Sant Tomàs de Ventajola
Iglesia de Sant Tomàs de Ventajola
La iglesia de Sant Tomàs, se encuentra en una propiedad particular, en el centro del vecindario de Ventajola, perteneciente al municipio de Puigcerdà. Se accede por una pista asfaltada que parte en dirección Este desde el km 179 de la carretera N-260. Al llegar al Mas Meia, tomaremos el camino a la derecha que, tras pasar el puente sobre el río Aravó, conduce a Ventajola.
La primera cita documentada del templo data del año 958, en un precepto del rey Lotario que confirma las posesiones del monasterio de Sant Miquel de Cuixà. Estas posesiones serían luego en sendas bulas papales de Juan XIII (968) y Sergio IV (1011). Más adelante, en 1075, el conde de Guillem Ramon de Cerdanya devolvió la posesión del templo al monasterio de Cuixà, dado que anteriormente se había apoderado de él injustamente. Ya en el siglo xiv, concretamente entre 1312 y 1314, fue visitada por los delegados del arzobispo de Tarragona.
Se trata de una pequeña iglesia de una sola nave y un ábside semicircular, que en su etapa primitiva, hacia la primera mitad del siglo xi, posiblemente estaba cubierta con un entramado de madera y pizarra. No obstante, actualmente cubre con una bóveda de cañón, que descansa en un sobrealzamiento de los muros (de 1,5 m) construido en un momento indeterminado. La cubierta exterior es a dos aguas.
El aparejo, irregular, es a base de piedras sin desbastar trabadas con mortero de cal, colocadas en hiladas bastante rudimentarias. La decoración del ábside muestra cinco arquillos ciegos de la etapa inicial, más otro de construcción moderna. Además, se agrupan por parejas en lesenas de las que sólo quedan visibles dos. Destacamos que casi todo el ábside está cubierto por una capa de cal que sólo deja visible el aparejo en la zona baja, a base de sillarejo irregular trabado con argamasa. La otra parte del ábside, reconstruida, se nos muestra lisa y sin ventanas.
Los muros de la nave, con un grosor aproximado de 80 cm, se muestran ligeramente inclinados y parecen coetáneos del ábside. La datación propuesta para ambos se sitúa alrededor de la primera mitad del siglo xi. Luego, como se ha dicho, los muros fueron sobrealzados para substituir la cubierta de madera por la actual bóveda de losetas bajo cerchas de madera.
En el interior, totalmente encalado, se observan dos ventanas, posiblemente de doble derrame en origen, una en la fachada occidental y la segunda en el muro sur, junto al ábside. En una etapa posterior, posiblemente hacia el siglo xviii, se abrió una capilla lateral en el muro sur, y a continuación se adosó una sacristía. La fachada occidental remata con una espadaña de doble vano, que también es posterior.
La puerta de acceso, situada en el muro de mediodía, corresponde a una modificación moderna. Cabe señalar que en el recinto de la propiedad se encuentra la antigua puerta de acceso al santuario de Santa Maria de Quadres, datada en el año 1740, que el actual propietario adquirió y trasladó a Ventajola en el último cuarto del siglo xx.
Prácticamente en el centro de la fachada de poniente se conserva una pila bautismal adosada al muro. Se trata de un bloque monolítico de piedra caliza de forma troncocónica, sin decoración, con la boca sensiblemente más ancha que la base que, a su vez, descansa sobre un disco monolítico de unos 18 cm de alto. Corresponde al modelo habitual en las iglesias románicas rurales, que se suele datar hacia finales del siglo xii o a inicios del xiii.
Texto: MONTSE JORBA I VALERO – Fotos: MONTSE JORBA I VALERO/SOL RIERA ALIER – Planos: JOSÉ MIGUEL RODRÍGUEZ MANJÓN
Bibliografía
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