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Vista general desde el norte de Sant Miquel de la Vilaplana

Identificador
25042_10_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.9961907,1.245475
Idioma
Autor
Nuria Font Marco
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Miquel de Vilaplana

Localidad
Vilaplana
Municipio
La Baronia de Rialb
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Miquel de Vilaplana

Descripción

LA BARONIA DE RIALB

Iglesia de Sant Miquel de Vilaplana

La parroquia de Sant Miquel se encuentra en Vilaplana, un pequeño pueblo situado en una planicie de la cresta que separa Peramola y Tiurana. La forma más fácil de acceder es desde Gualter, por el camino que bordea el pantano de Rialb a lo largo de unos 15 km. El templo está rodeado de campos de cereal, a unos 150 m al Sureste de la población, en un pequeño montículo, junto a la rectoría.

 

El topónimo de Vilaplana aparece por primera vez en un documento de 1041 en el cual, los hermanos Ramon, Geribert, Rodlan y Arnau reclamaban judicialmente el alodio de Villa Plana a su hermanastro Guitard. El municipio contaba en aquel entonces con un castillo que confrontaba al Oeste con el castillo de la Clua, tal y como se señala en una noticia de 1044, año que pasó a formar parte de las propiedades de Santa Maria de la Seu d’Urgell y de su canónica, por medio de una donación de Almatruda y sus hijos. Así, el término de Vilaplana, formado por masías dispersas, se convirtió mediante donaciones particulares, de la que la última data de 1062, en una de las propiedades de dicha canónica y Bertran de Vallferosa. Seguramente, el documento más importante referente a Vilaplana es la concordia entre este noble y el obispo Arnau de Preixens en el año 1171, y en la que se establecía la construcción de un pueblo en forma de castillo, debido a que la masías habían sido destruidas, junto con sus explotaciones agropecuarias, por parte de algunos nobles. Aunque dicho documento podría ser una carta de poblamiento, no aparece en él ni el aspecto normativo referente a los pobladores, ni sus condiciones y garantías. A partir de dicho año, el obispo de Urgell pasó a ser señor de Vilaplana. La primera noticia documentada sobre la iglesia de Sant Miquel de Vilaplana se remonta a 1280, fecha en la que el templo ya ostentaba la categoría parroquial.

 

Exteriormente, el edificio se conserva en muy buen estado gracias a las intervenciones que se han llevado a cabo a lo largo de estos años. Su planta rectangular está constituida por una nave de 6 m de ancho por 12,5 m de largo, cubierta con bóveda de cañón, y una cabecera formada por un ábside semicircular, a un nivel más bajo que la nave, en el centro del cual, levemente descentrada hacia el Norte, se abre una ventana de doble derrame. En el exterior, el aparejo que conforma la cabecera está dispuesto horizontalmente en hiladas uniformes de sillares medianos bien labrados, entre los que se abren varios mechinales, algunos de ellos alineados con el arco de la ventana. En la parte alta del paramento, encima de la ventana, el aparejo es más pequeño y tosco pero bien dispuesto. La cubierta del ábside está formada por losas de piedra. El muro sur queda parcialmente oculto por una sacristía que fue añadida con posterioridad. En el mismo se abre una ventana cuadrada, fruto de alguna de las reformas acometidas con posterioridad. El aparejo, dispuesto en hiladas horizontales, es más tosco que el resto de la construcción y combina sillares medianos y pequeños. La entrada principal de la iglesia se encuentra en el muro norte, mirando a la población, lo que justificaría su inusual ubicación. Está formada por un arco de medio punto en el que se aprecian claras muestras de haber sido reformado. En el tramo oriental del muro se abren sendas ventanas, una cuadrada y de factura moderna, y otra alargada y de doble derrame, contemporánea a la construcción del lienzo en el que se encuentra. Junto a la puerta, en su lado occidental, se alza el cementerio, construido con posteridad y que rodea esta parte del muro y la fachada occidental. Bajo la actual cubierta de teja árabe hay tres hiladas de losas superpuestas, que conformaban el tejado original, el cual cubría la nave en doble vertiente. En la fachada occidental, que ha sido está muy reformada, tan sólo la  parte inferior del muro se corresponde con el paramento románico. Se aprecian claramente las trazas de su primitiva techumbre a doble vertiente. La espadaña bífora y el óculo que se abre en el centro del muro son obras de fecha posterior.

 

En el interior del templo, que presenta un aspecto un tanto descuidado, la nave está cubierta por una bóveda de cañón, en la que un arco fajón apoyado en sendas pilastras determina los dos tramos. Un zócalo recorre todo el perímetro de la nave. Las paredes cuentan con sendas parejas de arcos formeros de medio punto adosados al muro, arrancan. Los de la parte occidental son más bajos que los otros dos. El ábside está cubierto por una bóveda en cuarto de esfera. En una de las reformas se abrió una hornacina ligeramente desplazada hacia el Sur. La bóveda esta formada por hiladas de sillarejo rectangular dispuestas de manera irregular que contrastan con la mampostería utilizada en el muro absidial, de mayor tamaño y bien colocada. La parte superior del muro occidental, así como la bóveda y el arco fajón, están enyesados.

 

La iglesia probablemente fue construida a principios del siglo xii.

 

Texto y fotos: Nuria Font Marco

Bibliografía

 

Bach i Riu, A., Gabriel i Forn, M., 2005, pp. 72-74 y 178-179; Bertran Roigé, P., 1985; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 279; Rius i Serra, J., 1946, I,  pp. 329-333; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, pp. 470-471.