Identificador
33469_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 31' 49.3" , -5º 49' 48.74"
Idioma
Autor
Adriana Carriles García
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Tamón
Municipio
Carreño
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Claves
Descripción
AUNQUE SE DESCONOCE EL ORIGEN del topónimo, la primera referencia documental a la iglesia de San Juan de Tamón es temprana, pues se incluye en el testamento del rey Alfonso III, fechado el 20 de enero del año 905. Según este documento, Alfonso III y la reina Jimena confirmaban las donaciones efectuadas por sus predecesores a favor de la Iglesia de Oviedo, donaciones a las que sumaban otras nuevas, incluyendo In Tauaza ecclesiam Sancti Iohannis cum sua villa. Algunos años después, concretamente el 8 de agosto de 921, su hijo, el rey Ordoño II, confirmaba dicha donación. Y aún en 1112 la reina doña Urraca volvía a dejar constancia de dicha donación. El edificio actual es una construcción moderna que presenta, como rasgos esenciales, las características generales de las iglesias populares posteriores al siglo XVII en Asturias, es decir, nave rectangular y cabecera de testero recto, con la sacristía y el pórtico adosados a un lateral; la torre campanario, que actualmente se sitúa sobre la puerta principal de acceso, fue levantada en 1905. La iglesia de San Juan Bautista de Tamón ha experimentado diferentes fases constructivas a lo largo de su historia. A la construcción prerrománica que mencionan los documentos, le sucedió un templo de estética románica, y a su vez, dicho templo fue reconstruido posteriormente, dándole la apariencia actual. La construcción románica se configuró, muy probablemente, según el tipo habitual para los templos de zonas rurales, es decir, una iglesia de nave única, de trazas rectangulares, y cabecera de testero recto. Cuando en 1792 el canónigo e historiador local Carlos González de Posada visitó la iglesia de San Juan de Tamón, afirmó que el edificio aún “conserva su estructura primitiva en los montones de cilindros (en lugar de columnas) agrupados, con capiteles caprichosos, y arcos dentro de arcos”. De todo ello, hoy sólo se conserva una saetera en el muro testero, descubierta recientemente, al realizarse unas obras de mejora del cementerio anexo. Se trata de una saetera de algo más de 1 m de altura y de configuración románica. Al interior, esta ventana tiene una disposición extraña, en una zona de tránsito entre la sacristía y el ábside; probablemente se deba a un cambio del eje constructivo ocurrido a la hora de edificar el templo actual, que pudo ser levantado ligeramente desplazado de los límites originales, pero manteniendo el muro testero románico (luego ampliado) y su saetera, como vano de iluminación entre los mencionados espacios. Si bien estos elementos conservados no son significativos desde el punto de vista estilístico, sí lo son para seguir completando el panorama histórico de la zona.