Santa Maria de Vilamitjana
Iglesia de Santa Maria de Vilamitjana
A 4 km al Sur de Tremp por la carretera C-74, en lo alto de un pequeño altozano, se encuentra Vilamitjana, repoblada hacia el siglo xii con la finalidad de constituir un enclave de importancia comercial y defensiva en la región. Su casco antiguo, antaño fortificado, conserva los trazos característicos de las poblaciones medievales. Una de las primeras referencias conocidas sobre esta población data de 1055, y es mencionada para determinar las lindes de un alodio. En 1213, Bernat Galindo donó los diezmos que percibía en Vilamitjana a favor del monasterio de Gerri como compensación a los cuidados recibidos mientras estuvo enfermo. En el año 1314, en una visita de los representantes del arzobispado de Tarragona al diaconato de Tremp, se constata la advocación del templo a santa María. Siglos más tarde, en 1758 y con motivo de una nueva visita pastoral, se tiene constancia de un cambio de titular, ya que había pasado a estar dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. En cambio, en el siglo xx el templo retomó su dedicación original.
Se trata de un edificio de una sola nave cubierta por una bóveda de cañón de perfil apuntado y reforzada por varios arcos fajones, cuya cabecera carece de ábside diferenciado. En el muro sur se conserva la puerta más antigua conservada, actualmente cegada, cuyo arco de medio punto está formado por dovelas bien labradas, pulidas y escuadradas, que contrastan con los toscos sillares de los muros, los cuales están dispuestos en hiladas uniformes. En el paramento sur se abren, además, una ventana realizada con sillares alargados y rematada por un arco mitrado, y varios mechinales. En la esbelta fachada occidental, que ha sido muy transformada, se observan zonas de diferente aparejo que son testimonio de varias fases de reformas, al igual que los vestigios de una espadaña de tres ojos, que fue cegada y sobre la que se apoya la actual. En cualquier caso, en este frontis, tan sólo es atribuible a la época románica el nivel inferior, con excepción de la portada gótica. Por los restos conservados, la construcción atribuible a época románica se ha datado entre finales del siglo xi y la primera mitad del xii.
Texto: David Rico Tortosa/Juan Antonio Olañeta Molina – Foto: David Rico Tortosa
Bibliografía
Bellmunt i Figueras, J., 1997-2000, IV, pp. 297 y 299; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, pp. 493-494; Puig i Ferreté, I. M., 1991, II, p. 143 y pp. 348-352; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1994, p. 396.