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Vista exterior de la iglesia

Identificador
31395_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 36' 3.81'' , -1º 38' 40.91''
Idioma
Autor
Carlos Martínez Álava
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Antigua iglesia de San Pedro

Localidad
Garínoain
Municipio
Garínoain
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
IGLESIA Y CASALES DEL RECINTO que albergaron durante decenios las ventas de Garínoain se encuentran, como es natural, al pie de una vía de comunicación importante, en este caso la carretera N-121, antiguo camino real entre Pamplona, Olite y Tudela. La antigua iglesia de San Pedro es un interesante templo de nave única que, al estar dentro de una propiedad particular y conservarse enmascarado por construcciones posteriores y gruesos revoques, no ha sido nunca catalogado. Incluso se consideraba que la ermita había desaparecido. Afortunadamente, el edificio, de buen sillar, ha conservado la mayor parte de su articulación primitiva. En la documentación del siglo XVII la iglesia de San Pedro se situaba en las ventas “de las praderías”, asociada entonces a una casa. En 1658, Fernando de Olcoz, a la sazón abad de Leoz y mayordomo de la cofradía de San Pedro de Garínoain, autorizó el arriendo de la casa aneja a la iglesia como mesón. El aspecto que todavía hoy conserva esa construcción, sucesivamente renovada, es la de mesón, venta o posta. Conserva el portalón de entrada, un amplio zaguán y un patio interior. En consecuencia, podemos pensar que, por lo menos desde mediado el siglo XVII, el protagonismo de la antigua iglesia de San Pedro en su entorno arquitectónico fue menor, incluso residual. ¿Y antes de esa fecha? Verdaderamente son muy escasas las referencias documentales conservadas. En la Edad Moderna la gestión de la iglesia y su recinto dependía de la cofradía de San Pedro, regida a su vez por un mayordomo. Ésta debía de ser también la modalidad de gestión del edificio durante la Edad Media. Ejemplos similares se documentan en las cercanas iglesias de Eunate o Echano. Lamentablemente no nos ha llegado de su vida medieval más que la propia iglesia y parte del perímetro mural exterior del recinto. Todo su frente meridional, erigido sobre la vía Pamplona-Tafalla fue completamente renovado para su uso como venta. Posteriormente, el antiguo templo has sido usado hasta hoy como almacén o granero. En planta muestra una sencilla nave única, dividida en tres tramos regulares y testero recto. Las divisiones internas tienen su equivalencia en los anchísimos contrafuertes exteriores. Conserva dos portadas, una el centro del muro sur y la otra abierta sorprendentemente sobre el muro oriental, donde teóricamente se debía encontrar el altar mayor del templo. Los alzados son unitarios, sólidos y de cierta carga estilística. Los paramentos murales se erigen con hiladas regulares de sillares de arenisca, bien escuadrados y muy homogéneos. Junto a ellos, quizá los elementos más característicos sean los contrafuertes, que siempre se muestran anchos y planos. Alcanzan la línea del tejaroz tras un rebaje en simple (norte) o doble pendiente (sur). Junto a ellos, la cornisa corre sobre canes lisos, a intervalos de cinco o seis por tramo. La articulación sólo se conserva en buen estado por el lado septentrional, que da al exterior de la finca. Por el otro lado los deterioros son evidentes. Destacan especialmente los contrafuertes que refuerzan los ángulos orientales del templo, muy coherentes con la estructura arquitectónica general. Por el otro lado el casal adherido impide valorar las características de esta parte del templo. Nave y presbiterio se cubren con bóveda de cañón apuntado sobre gruesos fajones de sección rectangular y grandes ménsulas, a modo de pilastrones recortados. Muro, soportes y bóveda se unen mediante una imposta lisa sin molduraciones. La puerta principal se abre en el centro del muro meridional. Su marco se articula como un sencillo vano rectangular, con arquitrabe en forma de tímpano sobre zapatas lisas. En el centro geométrico del arquitrabe luce un bello crismón recientemente descubierto. Está tallado con decisión en un profundo bajorrelieve, siguiendo las pautas tradicionales de los crismones trinitarios (P, S, alfa y omega, cruz y remates horquillados). Se conserva otra puerta, similar a la anterior, en el centro del hastial oriental. Su tímpano sobre zapatas queda liso. Sorprendentemente se articula al revés de lo que sería arquitectónicamente lógico, ya que se abría desde dentro hacia otra sala medieval adjunta al templo. De hecho los goznes de las hojas de la puerta quedan del otro lado del muro. Como todo el entorno de lo que suponemos antigua cabecera del templo ha sido modernamente transformado, la justificación de este extremo quedará para posteriores análisis a la luz de restauraciones futuras e intervenciones arqueológicas en su entorno. Conserva también una ventana de profundo abocinamiento interior y medio punto liso. Los contrafuertes finos, pero longitudinales, con talud en doble escalonamiento y extensión hasta el tejaroz, aparecen por vez primera en la cabecera de la abacial de La Oliva, erigida en el último tercio del siglo XII. A pesar de su reducida carga estilística, puertas similares se observan en el antiguo palacio real de Pamplona, erigido en los últimos años del siglo XII. En consecuencia, ésa debe ser también la cronología del templo que nos ocupa.