ESTE TEMPLO SE ENCUENTRA UBICADO entre los barrios de Orejanilla y El Arenal pero históricamente estuvo más vinculado al primero siendo utilizado tras su ruina como cementerio donde se enterraban hasta 1962 los vecinos de dos de los barrios de Orejana, Orejanilla y La Alameda. Parece ser que el edificio objeto de estudio es el único resto que ha llegado a nuestros días de una pequeña abadía que existió en el lugar y cuyas pertenencias fueron compradas por los vecinos del pueblo durante la desamortización, abandonando la iglesia. Su estado actual es de ruina consolidada. Es un templo compuesto de ábside semicircular, tramo recto y una sola nave. Se amplió hacia el sur adosando otra estancia rectangular que se tabicó para albergar una sacristía y quizás una especie de pórtico. Se conserva la estructura original del edificio, los muros permanecen en pie así como las bóvedas de la cabecera y tan sólo ha desaparecido la cubierta de la nave aunque parte de los muros meridional y occidental fueron reconstruidos para poder tener un recinto completamente cerrado y albergar el cementerio en su interior. Todo el edificio está construido en mampostería a excepción de la cabecera en cuyas esquinas y cornisa se emplean los sillares. El tambor del ábside es liso, solamente roto por la abertura de dos pequeñas ventanas en los laterales, una de ellas de formato rectangular postmedieval cegada en la actualidad y una pequeña ventana saetera abocinada al interior. La cabecera se culmina con una cornisa construida con sillería sostenida por una serie de canecillos todos ellos de proa de barco. El acceso al templo se realiza a través de dos portadas muy sencillas, la primera de ellas ubicada en la fachada occidental y compuesta por un arco de medio punto, protegido por una chambrana con tres filas de tacos, recibido por dos cimacios de listel y nacela que a su vez se apoyan en sendas jambas prismáticas. Esta puerta se encuentra actualmente cegada. Sobre la portada occidental, en la parte alta del muro, hay una pequeña ventana de arco de medio punto cuyas dovelas se decoran el intradós con bocel y el extradós con media caña, y una pequeña chambrana de nacela. El acceso actual se realiza a través de la puerta ubicada en el lado sur que plantea un esquema muy sencillo con arco de medio punto apoyando en jambas prismáticas y la clave decorada con un simple entrelazo muy tosco. El interior se encuentra en un estado deplorable abundando las zarzas y espinos y encontrándose muchas de las tumbas abandonadas. La parte correspondiente a la cabecera es la que mejor se conserva con un gran arco de medio punto doblado sostenido por pilares rectangulares con cimacio de perfil de nacela que se prolonga por el presbiterio y el ábside. El presbiterio está cubierto con bóveda de cañón y el ábside con bóveda de cuarto de esfera; ambas bóvedas estuvieron enfoscadas pero hoy día es visible en muchas partes la plementería que las conforma.