SITUADA EN LA PARTE CENTRAL de la Plaza Mayor de la localidad, aislada de construcciones adosadas, la iglesia de San Pedro organiza este espacio dominándolo desde su privilegiada ubicación. Es fábrica de aspecto severo con los lógicos añadidos fruto del paso del tiempo, pero conservando piezas de interés. En lo relativo a estas páginas, es su portada meridional -conocida como de San Miguel- el elemento que centra la atención, si bien no hay que pasar por alto lo comentado para ejemplos como Paredes de Buitrago o Manjirón y las reservas allí expuestas. Caracterizados principalmente por su modestia de medios, los edificios referidos sin embargo no renunciaban a ciertas delicadezas estéticas; en este ambiente hay que situar la presencia de un elemento como la presente portada en un edificio levantado en sillarejo y mampostería, austero en todo lo demás de su apariencia externa. Abriéndose en el costado sur del templo, algo elevada con respecto a la plaza por este lado y protegida por un pórtico moderno, se encuentra un vano de medio punto al que dan forma cuatro roscas de ladrillo que apean en las correspondientes jambas escalonadas, con un ladrillo aplantillado haciendo de transición entre estos elementos. La presencia del mencionado pórtico ahoga en la actualidad la portada tanto en sus laterales como, y especialmente, en la parte superior, donde oculta parte de las roscas externas; esta circunstancia impide reconocer la posible presencia de alfiz, tan habitual en este tipo de portadas. Afirma Fernández García que este elemento es vestigio de un pórtico anterior, que relaciona con el visto en el costado septentrional de la iglesia de Prádena del Rincón. Al mismo autor se debe la descripción de dos tallas “románicas del siglo XIII”, mencionadas también en el Inventario Artístico y fechadas en el mismo siglo. Por las imágenes publicadas, se ve que siguen el modelo de Maiestas Mariae, sosteniendo al Niño en sus rodillas y un fruto en la mano derecha; bajo la advocación de Virgen de Nazaret -patrona de la localidad- y Virgen de los Remedios -procedente de la ermita de Nazaret-; ambas son muestras retardatarias, reflejo ya de nuevas formas cuya ejecución no está exenta de cierto aire popular, que a veces parece antigüedad. La cronología que se viene manejando para la portada propone una fecha no anterior al siglo XIV para su erección.