Identificador
40555_01_023
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 27' 41.12" , -3º 28' 3.51"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Aldealuenga de Santa María
Municipio
Aldealuenga de Santa María
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
TEMPLO SITUADO dentro del caserío de la localidad, en su extremo septentrional que se corresponde con la parte más elevada del núcleo, dentro de un espacio de acceso limitado por una cerca. Es iglesia de una nave, con cabecera recta, que ha visto crecer su extensión gracias a una sacristía adosada en la parte oriental, un pórtico cerrado a mediodía, aunque este parece haber sustituido a otro anterior, y un espacio a los pies donde hoy se sitúa la pila bautismal. Por las partes que permanecen a la vista, parece que la fábrica debió realizarse en mampostería más o menos concertada, dejando reservados los vanos, cornisas y esquinas para sillería. Al exterior conserva gran parte de la cornisa que recorre tanto la cabecera como la nave en sus muros septentrional y meridional, faltando únicamente este último flanco de la nave por el recrecimiento del pórtico. En la cabecera la cornisa de nacela es sostenida por canecillos de escaso repertorio y desarrollo ornamental; de esta manera, en la parte meridional aparecen una docena de canecillos con perfiles de nacela, uno lobulado, otros con frutos y uno con un barrilillo; de igual suerte, en la parte septentrional la secuencia de nacelas es mayor, apareciendo ya en la zona más cercana a la nave, un cérvido y un centauro armado con un arco, en actitud de disparar. En la cornisa de la nave, a mediodía, sólo se conserva el primer canecillo, luciendo una composición con la representación de una pareja humana, ambos vestidos con traje talar, marcando la cintura, y capucha; el de la izquierda se lleva la mano al cuello mientras el personaje de la derecha aparece saludando. La cornisa del muro septentrional sin embargo, conserva una parte mucho mayor de su estructura, además de lucir motivos ornamentales de mayor riqueza iconográfica, con figuras humanas en diferentes actitudes, motivos vegetales, representaciones animales, del bestiario,... Al lado de mediodía, como ya se ha señalado, se añadió un pórtico cegado, que cuenta en sus muros con diversas piezas reutilizadas que parecen evidenciar la existencia de otro anterior; aleatoriamente por tanto se disponen elementos casi todos con diferentes motivos vegetales inscritos en círculos, otra con tres altas hojas de nervios picudos o piezas de una cornisa de zarcillos. El actual acceso a este espacio se compone de una portada de medio punto con vanos a los lados en disposición simétrica, contando también con piezas reaprovechadas de anterior factura; a pesar de lo alterado de este pórtico, Santamaría López lo relaciona por ejemplo con Valdevarnés, como testimonio de lo característico de la tierra de Maderuelo. Protegida por esta estructura, la portada del templo se presenta como un destacado conjunto ornamental; organizada a partir de tres arquivoltas de medio punto trasdosadas por una chambrana de tacos de escaso bulto y reducido tamaño, esta portada, dispuesta en saledizo, reúne un buen número de motivos ornamentales. La arquivolta exterior se decora con una abstracta interpretación de vegetal, semejante a capullos, inscrita en tallitos perlados, mientras que en la intermedia, una serie de frutos rodea un doble bocel por cara separado por un listoncillo; la menor de las arquivoltas ha visto mutilar su parte externa de perfil achaflanado y que trasdosa un dovelaje con flores tetrapétalas dentro de círculos cóncavos rodeados de tallitos en el resto del espacio y ocupando un bocel los perfiles interno y externo de su intradós. En cuanto a los apeos, estos alternan jambas acodilladas con una columna entre ellas; la imposta, con perfil de listel y chaflán, presenta en este último decoración de tallos triples que van acogiendo en sus meandros conjuntos de abultadas hojitas de marcado nervio central, todo ello trabajado a bisel, en la parte derecha y tallos triples que van alternando la formación de clípeos con el cruce en ángulo. Esta primera jamba tiene los perfiles abocelados; la columna de la derecha ha perdido la basa, que debía ser similar a la conservada al otro lado, con plinto y doble toro con escocia intermedia, todo ello sin ornamentar, al igual que el fuste. Por lo que se refiere a los capiteles, ambos trabajados, se distingue a la izquierda una pareja de leones en plena lucha, cuya representación no deja de ser fruto de la imaginación del autor, así como la factura, donde se observa un intento de representación en perspectiva, mientras que a la derecha, aparece una pareja de arpías que reúne sus miradas, junta los extremos de sus alas y entrecruza sus colas de reptil. En el interior se encuentra una única nave, organizada en cuatro tramos, además del añadido de los pies, cubiertos con yeserías barrocas, siendo la cabecera a partir del arco triunfal lo mejor conservado de la fábrica primitiva. Este arco de triunfo, de medio punto, doblado, apea en pilastras sin ornamentar y donde la única presencia de una imposta de bisel altera la homogeneidad del conjunto, dando paso a un presbiterio cubierto con bóveda de medio cañón -hoy con las mismas yeserías que la nave- que cuenta con un arco ciego de medio punto en sus muros laterales; después del cimacio de listel y nacela, estos arcos descansan en unas columnas de fuste monolítico y poca altura, situadas sobre lo que fue un banco corrido adosado al muro que posiblemente recorriese todo el espacio. Este banco servía de basamento sobre el que se sitúan los plintos lisos y prismáticos que sostienen unas basas con un toro inferior muy desarrollado, bolas angulares, filete intermedio y toro de menor envergadura en la parte superior. Entre los capiteles, por su parte, se distingue a partir de un collarino abocelado, los del muro septentrional con parejas de hojas lisas y frutos en la parte superior -en el más oriental los frutos son sustituidos por cabezas humanas de fisonomía bien representada- situándose pequeñas piñas entre ellas. De los correspondientes al muro meridional, uno parece seguir el modelo anterior, aquí con motivos vegetales mucho más carnosos, mientras que el otro se distingue por la ausencia de cabezas, la sencillez en el trabajo de talla, la presencia de policromía y un ábaco ornado con círculos en relieve, ausente en el resto. Cuenta además este templo con una pila bautismal de traza románica, ubicada a los pies del mismo. Se compone de un vaso semiesférico con una moldura de triple bocel en la cara superior de la embocadura y gallones de escaso bulto que arrancan de un baquetón situado en la parte inferior. Tiene unas medidas exteriores de 110 x 60 cm y se completa con un tenante liso con bocel inferior de 30 cm En lo referente a la cronología, este templo debe situarse en la parte final del siglo XII, comienzos del siglo XIII.