La pequeña iglesia parroquial de San Félix es un templo de una sola nave, con muros de mampostería y sillarejo revocados, con cubierta de falsa bóveda de ladrillo de formas barrocas (siglo XVIII), arcos de medio punto y portada abierta al mediodía. Según las noticias de que disponemos, este pequeño templo fue la iglesia conventual de las monjas Calatravas, actualmente radicadas en la ciudad de Burgos. Aún se puede leer en el atrio de acceso al templo la data “AÑO DE 1796” y en el contrafuerte situado a la izquierda de la portada documentamos “1710 FCO. HOZ”. El conjunto monástico que vemos en la actualidad, de la misma orden que el cercano de Riofresno, es obra del siglo XVIII. La iglesia parroquial conserva en su interior como único resto románico la pila bautismal, cuya copa presenta gallones interiores y exteriores, éstos ceñidos a media altura por una cinta en cuyo interior se repite la decoración de clavos. Presenta pie corto, grueso y de forma circular y en los ángulos de la basa decoración de bolas con caperuza y una cabecita monstruosa similar a las de las pilas de Hinojal o Quintanilla de Riofresno. Las dimensiones son 130 cm de diámetro x 86 cm de altura total, de los que 32 cm corresponden al tenante.