LA IGLESIA PARROQUIAL DE LANGAYO, bajo la advocación de San Pedro, domina desde lo alto de un cerro el pueblo. Rodeada por un murete de piedra, dos escalinatas dan acceso al recinto; una nos conduce a la cabecera, al este, y la otra, al sur, al pórtico de ingreso al interior. Desde éste poseemos una visión panorámica del pueblo mientras que desde el lado norte divisamos las tierras de labor y las suaves laderas de las lomas. Es un edificio de factura básicamente tardorrománica-protogótica, del siglo XIII. Su planta es la de un rectángulo imperfecto –fruto de las construcciones y reformas posteriores–, dividida en tres naves muy modificadas. De esta primera época podemos considerar parte de la fábrica, la portada, dentro de un pórtico, y parte de éste. Del edificio se conservan las bóvedas de crucería de las naves laterales y el primer tramo de la central y la bóveda de cañón de los dos últimos tramos de esta misma nave. Los soportes, aunque no poseen un desarrollo completo, pertenecerían al tipo de la escuela hispano-languedociana, definida por Lambert, al llevar columnas pareadas en alguno de los frentes del pilar. Los capiteles han sido transformados o sustituidos –difícil de precisar– por el enyesado existente. La portada, que se conserva dentro del pórtico de acceso, en el lado sur, está realizada en piedra, destacando del resto del pórtico revocado en blanco. Se abre en arco de medio punto apoyado en jambas mientras que las arquivoltas son apuntadas y sostenidas por columnas acodilladas. Tanto el arco como las jambas tienen chaflanadas las aristas y entre ellos se interpone la imposta decorada con molduras superpuestas de filete, bocel y moldura a bisel. Esta imposta se continua hasta el final de la portada. Las dos sencillas arquivoltas de que consta la portada solamente decoran su arista con un baquetón en el caso de la interior y con un chaflán en la exterior. Sus capiteles, con collarino, son del tipo habitual en esta zona y muy influenciados por la estética cisterciense, tres hojas muy planas en su base que terminan en una especie de bolas en la parte superior. Las basas están compuestas por un tambor más ancho que el fuste y un podio cuadrado cuyo ángulo ha sido suavizado en las dos columnas interiores y circular en las exteriores. El pórtico está actualmente cerrado aunque es muy posible que en tiempos estuviera abierto lateralmente, como probaría el arco que en el lado de la cabecera está ahora cegado. Este pórtico es prácticamente obra tardogótica, aunque mantiene algunos elementos que se pueden remontar a la época que nos interesa, como algunos canecillos del alero , vegetales, principalmente flores, y animales (cocodrilo, león, mono, cerdo o perro). Destaca también una figura humana de ojos saltones que sujeta una lanza y parece formando escena con el siguiente canecillo que presenta una fiera que abre la boca amenazadoramente.