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Capitel izquierdo del arco triunfal. Daniel en el pozo de los leones

Identificador
40592_01_029
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 14' 21.31" , -3º 33' 31.48"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan Bautista

Localidad
Cerezo de Arriba
Municipio
Cerezo de Arriba
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA se encuentra dentro del caserío de la localidad, en la parte meridional, sin construcciones adosadas y con un atrio acotado en el terreno de mediodía. Es este un templo de una nave, con cabecera absidal, en el que el paso del tiempo le ha hecho trocar su aspecto, conservando sin embargo destacadas piezas de su fábrica original, principalmente en la parte oriental. Al exterior se conserva íntegramente la cabecera, compuesta de tramo recto y tramo curvo, organizados por un codillo; como ocurre también en Castillejo de Mesleón, el cuerpo bajo del ábside está enfoscado posiblemente por ser de mampostería, al igual que los paramentos del tramo recto, siendo de sillería tanto el cuerpo alto del ábside como todas las cornisas, esquinales y vanos. En altura, tres impostas organizan los cuatro cuerpos de los que se compone, la inferior de baquetón, la intermedia con listel y chaflán y la superior, que coincide con los cimacios de los vanos, con motivos vegetales de conocido tallo ondulante, de apariencia lisa, a cuyo perfil se adaptan perfectamente unas hojas también lisas que a su vez son origen de unos frutos rayados que rematan sobre el tallo. Son tres los vanos de la cabecera y de idéntica composición que no ornamentación; un arco doblado de medio punto es trasdosado por un guardapolvos de tacos, presentando arista viva la arquivolta exterior y baquetón la interior. Los apoyos son columnas de fuste monolítico situadas sobre basas desornamentadas compuestas por la secuencia toro, escocia, toro, sobre plinto con bolas en las esquinas. Todos los capiteles están trabajados; así en el vano más meridional -hoy cegado- se encuentran una pareja de aves afrontadas con las patas sobre el astrágalo y un fondo vegetal de tallos rematados en volutas. Frente a este, en el correspondiente a la otra columna, dos arpías cruzan sus cuellos en posición invertida y juntan sus picos a la altura del astrágalo. Sus alas están trabajadas en bandas de pequeñas incisiones rectas, mientras que las enroscadas colas lucen trabajo de trépano, ocupando la parte superior de la cesta deteriorado caulículo. A la izquierda, en el vano central, se repite el motivo de la pareja de aves que contraponen cuerpos y cabezas, estando unidos sus cuellos por un lazo trepanado; a la derecha, la cesta contiene dos parejas de seres híbridos, grifos, que aparecen erguidos sobre sus cuartos traseros, apoyando los delanteros en un tallo que los cruza a media altura, con sus cabezas afrontadas y las alas, que les salen de los cuartos delanteros, también cruzadas. Las sirenas es el motivo trabajado en el vano septentrional, en dos versiones; a la izquierda como híbrido entre humano y pez, a la derecha entre humano y pájaro, todo trabajado a bisel, recordando el plumaje ejemplos burgaleses. La cornisa, tanto en el tramo recto como en el curvo, presenta perfil de nacela y canes ornamentados, aunque el estado de conservación de alguno dificulta su identificación; en el tramo recto de mediodía se distinguen un reptil enroscado, una deteriorada pareja de lo que parecen deterioradas arpías, un centauro con arco, que vuelve su torso para disparar, una máscara monstruosa, representaciones humanas (una de cuerpo entero, otra muy deteriorada y una cabeza con rasgos negroides). Al otro lado del tramo recto la variedad es menor, ya que allí alternan canes con perfil de nacela con otros que representan cabezas animales (cerdo, toro) y uno con una hoja lisa de punta vuelta. La cornisa del tramo curvo es la más dañada, además es interesante comprobar cómo en su arranque meridional el perfil de la cornisa y las cobijas iban ornamentadas con tetrapétalas y hexapétalas inscritas en círculos, respectivamente. Entre los deteriorados canes, se aprecian representaciones animales y humanas (toro, ciervo, cerdo, junto a diferentes personajes de difícil identificación), cabezas, bolas, modillones... Como ya se ha dicho, el templo vio reformada su fábrica original, este es el motivo de haber perdido la portada, de contar con un pórtico cegado a mediodía, de haber visto recrecer su nave en la parte occidental o de lucir una torre en la parte septentrional, obras que fueron dejando su huella en los muros de caja, realizados en mampostería con refuerzos de sillería en las esquinas. En el interior, después de las transformaciones señaladas, se encuentra la iglesia de una nave, cubierta con armadura de madera, con un presbiterio al que se accede a través de un arco triunfal doblado de medio punto, con gran luz, compuesta por tramo recto y curvo, hoy sin solución de continuidad al no presentar ningún fajón. Este arco triunfal, con dovelaje bícromo, apea en semicolumnas adosadas de fuste liso sobre unas basas de perfil ático dispuestas sobre plinto. Este interior no iguala la riqueza decorativa vista en el exterior, caracterizándose por una mayor austeridad, así como rudeza en el trabajo de los diferentes motivos; los arcos son de arista viva y las impostas tienen un modesto perfil abiselado, salvo las correspondientes a los cimacios de los capiteles, donde se aprecian roleos vegetales de gruesos tallos y entrelazos con motivos de ocho, ocupando los espacios generados ramilletes de hojitas perladas. El capitel de la izquierda refleja el tema de Daniel en el foso de los leones, destacando lo imaginativo de la representación y lo rudo de su talla; en la parte superior de la cesta remates avolutados ocupan las esquinas y cabecitas humanas se disponen en el centro. El de la derecha representa dos parejas de leones mostrando su fiereza con las patas apoyadas en el astrágalo y las colas, después de pasar entre sus patas, se disponen en lo alto de la cesta con abultadísimo remate apiñonado. En las aristas se encuentran cabezas humanas luciendo tocados. El tramo recto organiza su paramento con un arco ciego a cada lado, dispuso de un banco corrido con perfil de bocel y únicamente se ornamenta con una imposta de filete y chaflán, a modo de cimacio. A los pies del templo, en el sotocoro, se encuentra la pila bautismal, de traza románica. Tiene unas medidas exteriores de 107 x 62 cm de vaso y está sostenida por un tenante de 29 cm, el cual es liso frente a la copa que se decora con una teoría de gallones, doce, planos y de medio bulto. Por todo lo visto, parece que la cronología en la que debe situarse este templo debe acercarse al primer tercio del siglo XIII.