La sequía ha hecho aflorar los restos de la antigua iglesia de Santa Eugenia de Cenera de Zalima, uno de los pueblos anegados a principios de los años sesenta del siglo pasado por la construcción del embalse de Aguilar de Campoo. Toscos capiteles de un románico tardío y otros góticos emergen junto a las ruinas del templo, del que apenas queda en pie una pequeña parte de lo que en tiempos fue la espadaña del hastial occidental.
Nuestro compañero Marcelino Alonso se acercó este fin de semana hasta la iglesia con su piragua y realizó un extenso reportaje fotográfico.