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Portada de Santa Maria de Puig-Aguilar

Identificador
25111_03_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.1554302,1.6579916
Idioma
Autor
Montserrat Barniol López
Juan Antonio Olañeta Molina
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa María de Puig-Aguilar

Localidad
La Corriu
Municipio
Guixers
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de Puig-Aguilar

Descripción

GUIXERS

Santuario de Santa Maria de Puig-Aguilar

El santuario de Santa Maria de Puig-Aguilar se encuentra en un paraje de espectacular belleza, en lo alto del monte homónimo, en el pueblo de la Corriu. Se accede al lugar por la carretera LV-4241 desde Solsona. Aproximadamente en el punto kilométrico 23, sale una pista forestal que, en unos 7,8 km, llega al lugar. El último tramo hay que recorrerlo a pie.

 

Lamentablemente, no se conservan noticias de época medieval referentes a este santuario. Adicionalmente, a lo largo de los siglos ha sido tan reformado y transformado, que son escasos los elementos de la primitiva iglesia románica. El edificio actual consta de una única nave rectangular orientada al Norte, que se cubre con una bóveda de cañón que arranca desde una imposta y en la que dos arcos fajones delimitan tres tramos. A ella se añadieron una sacristía en su lado septentrional y una torre campanario a levante. Además, los muros de la nave fueron sobrealzados y el acceso, en el muro meridional, cobijado bajo un pórtico. Finalmente, en el paramento occidental fueron adosados dos contrafuertes.

 

Sin duda alguna, el elemento más interesante del edificio es la puerta ubicada en el muro meridional, adyacente en su ángulo occidental. Presenta dos arcos de medio punto en gradación, en el exterior de los cuales algunas dovelas incluyen unos relieves cuya tosquedad es compensada por sus posibles interpretaciones. En la cara frontal de la clave, inserta en un arco de medio punto, se representa una figura, muy posiblemente femenina, con un niño en su regazo. Mientras que en la cara exterior de la dovela situada a su izquierda aparece una figura humana enmarcada en una forma rectangular con los brazos cruzados sobre el cuerpo, dos dovelas hacia su derecha se muestra a un ángel, también en el interior de un arco. En el intradós del arco exterior se disponen tres figuras más, dos juntas y una tercera aislada, todas ellas con los brazos en jarras. Mateo Vidal y Montserrat Vilaseca han interpretado la figura antropomórfica con los brazos cruzados sobre el cuerpo e inscrita en un rectángulo como un difunto, y apuntan a que su presencia podría deberse a que muchas iglesias cristianas se edificaron en lugares de enterramiento e incluso de sacrificios humanos. Sin embargo, parece difícil pensar en la translación de estos temas, supuestamente funerarios, a una portada. Xavier Sitjes, en cambio, propone identificar esta figura con Judas, que actuaría como contraste con la ejemplaridad de los otros personajes, si bien reconoce lo inusual de dicha imagen. Jordi Camps, por su parte, ha identificado dicha figura con un alma, aunque, como el mismo autor reconoce, su representación se aleja de su habitual iconografía. En cuanto a las otras imágenes, Camps reconoce a la Virgen con el Niño y un ángel turiferario, similar a los que en ocasiones acompañan a María, como en el tímpano de Cornellà de Conflent.

 

Para la interpretación de esta peculiar escena resulta de gran interés la comparación con el relieve que, procedente de Sant Martí de la Corriu, se conserva en el Museu de la Vall de Lord, en Sant Llorenç de Morunys. Además de sus evidentes similitudes estilísticas –tosquedad y esquematismo de la talla–, son de reseñar sus paralelismos iconográficos. En la Corriu, junto a la imagen de la Virgen con el Niño, aparece un personaje con los brazos sobre el pecho, muy parecido al de Puig-Aguilar, inscrito también en una forma rectangular. La cuerda de la que parece que cuelga el individuo de la Corriu permite interpretarlo no como un cadáver en su sepulcro, sino como un ahorcado. En la dovela de Puig-Aguilar el sujeto también da la impresión de que cuelga de una soga de la que se aprecia el nudo en el travesaño superior. Aunque este detalle podría parecer que avala la interpretación como Judas planteada por Sitjes, ello no es así por la presencia de los dos personajes centrales. Una mujer que coge por el antebrazo a un segundo personaje podría ser interpretada, como se verá en el texto dedicado a Sant Martí de la Corriu, como una santa que intercede por la salvación del alma del ahorcado. En Puig-Aguilar sería el ángel, que realiza un gesto con su mano, el que podría haber asumido este rol de intercesor. Ello implicaría que las dovelas no están situadas en su posición original. La repetición, con ciertas variantes, de tan peculiar escena en dos templos cercanos, lleva a pensar que en ambos se podría estar aludiendo a alguna historia local relacionada con el ahorcamiento de un inocente y el interés por la salvación de su alma.

 

Estas figuras de las caras exteriores de las dovelas, junto a las del intradós, presentan una ubicación en la puerta muy inusual en el ámbito catalán, donde se cuenta con escasos ejemplos de decoración dispuesta de forma radial en las arquivoltas. Si bien la portada de Covet sería una notable excepción, no puede establecerse relación alguna entre ambos conjuntos.

 

La imposta en la que descansan los arcos, en el lado oriental está decorada con un friso, que se duplica con diferente tamaño en el arco exterior, que incorpora un motivo repetido a base de flores de ocho pétalos. Estos motivos florales fueron muy habituales en los repertorios románicos y ampliamente recurrentes en contextos funerarios. Así, no es extraño encontrar estos mismos motivos decorando estelas –como algunas custodiadas en el museo de Solsona– o distintos sarcófagos –como los de Sant Andreu de Linya, en Navès, y Hortoneda, en Clariana de Cardener–, en los que proliferan flores, estrellas, cruces y otros motivos radiales, todos muy similares. Es preciso recordar también que en algunas ocasiones este tipo de relieves funerarios fueron reutilizados en los muros de construcciones posteriores, con lo que su función pasaba a ser meramente decorativa. Buscando ejemplos no muy lejanos, es inevitable pensar en Sant Iscle i Santa Victòria de Llinars de l’Aiguadora, en Castellar del Riu (Berguedà) y en Santa Maria de Camps, en Fonollosa (Bages). Cabe plantearse la cuestión de si esta  decoración de las impostas puede relacionarse con el contexto funerario al que parecen aludir los relieves de las dovelas, o bien responde más bien a una intención meramente ornamental.

 

Se han fechado estos relieves entre finales del siglo xii e inicios del xiii, aunque, si se tiene en cuenta la configuración de la imagen de la Virgen con el Niño y se compara con las numerosas tallas lígneas conservadas, posiblemente se deba retrasar su hasta ya avanzada esta última centuria.

 

 

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/ Montserrat Barniol López - Fotos: Montserrat Barniol López - Planos: Associació Cultural Vall de Lord

 

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, pp. 113-114; Riu i Riu, M., 2006-2007, pp. 405-408; Sitjes i Molins, X., 1986, pp. 156 y 234-235; Vidal Sanvicens, M. y Vilaseca López, M., 1979, pp. 212-214.