Ermita de Sant Martí

La ermita de Sant Martí, también llamada de Santa Quitèria, es una de las dos iglesias parroquiales de Sant Miquel de Campmajor. Se halla en un cerro situado en el margen derecho de la riera del Tort. Para llegar hasta ella nos situaremos en la carretera GI-524 que llega desde Banyoles, y tomaremos a mano derecha el desvío que lleva a Santa Maria de Collel (GIV-5244). A unos 500 m sale un camino a mano derecha que conduce directamente a la iglesia.

Las primeras informaciones sobre el templo se remontan al siglo ix, cuando fue alzado por el abad Elies del monasterio de Sant Esteve de Banyoles. Según el acta de restitución de bienes ordenada por el obispo Servusdei en Banyoles (889), la iglesia habría sido fundada en el año 844. A finales del siglo xi y durante el siglo xii perteneció al monasterio bañolense. En 1512, el obispo Pere Boïl otorgó licencia para la construcción de un altar dedicado a santa Quiteria. A principios del siglo xviii la iglesia pasó a ser sufragánea de Sant Miquel de Campmajor.

De la edificación del siglo ix no se han conservado restos. Los vestigios de la construcción más antigua corresponden a un templo construido en época románica, del que queda el ábside, una parte importante del muro de mediodía, la portada y parte del campanario. El aspecto actual de la iglesia se debe, en gran parte, a una importante reforma efectuada en el siglo xviii, reforma en la que se sobrealzó y se amplió la nave, y también se cambió la orientación del templo, por lo que se construyó un nuevo ábside a poniente de planta poligonal. Adosada al muro sur, destaca la gran torre campanario de planta cuadrada, con dos antiguas aberturas de arco de medio punto adovelado, actualmente tapiadas.

La antigua iglesia era de nave única, con unas dimensiones más reducidas que la actual, y tenía a levante un ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera, que como hemos apuntado, aún existe hoy en día. La puerta se abría, como hoy, a mediodía. Este acceso fue adecuado en el año 2010, cuando se procedió al desescombro, la limpieza y la restitución de la portada y su porche. Se trata de una puerta de arco de medio punto con dovelas grandes, construidas con piedra travertínica de Banyoles. Para el arco de este porche se reutilizaron algunas piezas, una de las cuales exhibe una cabeza cuyo estado de desgaste impide identificar de qué figura se trata. La construcción románica era de sillares regulares de piedra arenisca. La época de construcción del muro y la portada podría situarse a inicios del siglo xi. Posteriormente se construirían el ábside y la torre-campanario.

Texto y foto: Almudena Montenegro Gallardo

Bibliografía

AA.VV., 2005, pp. 521-522; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1991, p. 157; Catalunya Romànica, 1984-1998, V, pp. 457-458; Marquès i Planagumpa, J. M., 2000, p. 134.