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Fachada oeste de Sant Martí de Dosquers

Identificador
17098_03_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.19512, 2.7535
Idioma
Autor
Carles Sánchez Márquez
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Martí de Dosquers

Localidad
Dosquers
Municipio
Maià de Montcal
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Martí de Dosquers

Descripción

Iglesia de Sant Martí de Dosquers

 

Dosquers es un pequeño núcleo del municipio de Maià de Montcal ubicado en la vertiente occidental del río Fluvià, cerca de su confluencia con el Ser. Desde Besalú, accederemos al lugar por la carretera N-260, en dirección a Figueres. Tras recorrer 5 km por la mencionada vía, a mano derecha surge una carretera que conduce a la villa. El templo parroquial, dedicado a san Martín, se emplaza en el centro del vecindario,  ocupando una cota ligeramente más alta que las casas que la circundan. A escasos 200 m se asientan los restos del castillo de Dosquers, situado en un terreno boscoso entre el Mas Usall y la riera de Maià

 

Escasas son las noticias documentales del lugar. Aunque se supone que la construcción de la iglesia de Sant Martí estuvo vinculada en origen a la fundación del castillo de Dosquers, lo cierto es que no existen referencias documentales que permitan precisar los orígenes del conjunto. Ciertamente, la referencia más antigua se remonta al año 1206, en el que se menciona a un tal Johannis, clerici de Duobuschers. No volvemos a encontrar más referencias hasta el 1245, momento en que Guillem de Cabanelles, obispo de Girona (1227-1245) dejaba en su testamento el castillo de Dosquers a la capilla de Santa María y Todos los Santos del palacio episcopal de Girona. De este modo, la jurisdicción civil del lugar pasaba a las manos del obispo de Girona, por su condición de señor del castillo de Dosquers. Prueba de la autoridad episcopal sobre el lugar es la concesión efectuada por el rey Jaime I, en el año 1257, que eximía a los hombres de Duobusquerys, Crespià y Pedrinyà de la jurisdicción de la Curia de Besalú.

 

Algunos años más tarde, en el 1278, encontramos la primera mención a la iglesia de Sant Martí. Así, en el testamento del obispo Pere de Castellnou, que precisamente ejercía la jurisdicción civil del lugar, éste legó un cáliz de plata a la iglesia del lugar, denominada Sancti Martini de Duobus cheriis.

 

Entre  1312 y 1318 el obispo de Girona Guillem de Vilamaró encargó la defensa del castillo a Guillem de Castellnou, hecho que sugiere, tal y como ha apuntado Jaume Marqués, la continuidad de la familia Cabanelles en la guarda del castillo. De la poca documentación conservada en los siglos venideros se desprende que el castillo de Dosquers quedó como posesión eclesiástica bajo el dominio de la mitra gerundense hasta el siglo xix, ya que en el año 1802 los priores de Lladó y Jonqueres y el abad de Sant Pere de Besalú mantuvieron un litigio con el obispo de Girona para defender los derechos dominicales que habían adquirido en la fortaleza. Tras la ley general de desamortizaciones del 1855, el castillo fue comprado por los propietarios del manso Usall, una familia de terratenientes documentados en Dosquers desde el siglo xvii.

 

La iglesia actual de Sant Martí de Dosquers se presenta como una construcción de caja rectangular fruto al menos dos campañas constructivas. De la primera, románica, se conserva el ábside y el cuerpo occidental del edificio, así como parte del paramento original hoy embutido en los muros norte y sur. En una segunda campaña, probablemente acaecida en el siglo xv, se añadieron cuatro capillas, dos en el muro norte y dos en el muro sur, así como una sacristía rectangular adosada a la cabecera por el lado del evangelio. Otro de los añadidos tardíos es la tribuna al oeste de la nave.

 

Sin duda, el edificio románico debió plantear en origen una estructura de nave única, cuya tipología nos remite a edificios próximos como la iglesia de Sant Vicenç de Maià de Montcal. Así, la iglesia ha evolucionado desde la planta rectangular original de una nave a la que se añadía el remate en forma de ábside semicircular hasta la actual, notablemente modificada y con los añadidos de las capillas laterales. Sea como fuere, la nave románica original, del siglo xii, está cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada, mientras que el semicilindro absidial presenta asimismo una bóveda de horno precedida por dos fajones que descansan en semipilares. También la caja muraria es del siglo xii, elevada en excelente sillería que alterna con sillares de veta más gruesa. El interior del edificio está revestido de un enlucido de cal, salvo en la zona absidial, lo que permite ver la piedra de la fábrica románica con sillares cuya altura de hilada oscilan entre los 25 y los 30 cm.

 

En el exterior, el ábside presenta un cuerpo superior con paramentos de hileras de cantos rodados, fruto de los añadidos y modificaciones realizadas en época moderna que afectaron sustancialmente la distribución de la fábrica románica. Un friso sostenido por ménsulas marca el acabamiento del muro original y el inicio del posterior. En el registro inferior, un sencillo vano de doble derrame desempeña la función de iluminar el interior del templo.

 

El elemento más interesante del conjunto es la portada del lado occidental. Se compone de arco de ingreso y cuatro arquivoltas que apoyan sobre jambas e imposta lista. El tratamiento  con arquivoltas en gradación que enmarcan un tímpano liso se nos presenta aquí como una de las constantes del románico de la Garrotxa-Empordà, repitiendo un esquema decorativo muy parecido al de las portadas de Sant Pere d’Albanyà y la mencionada Sant Vicenç de Maià de Montcal. Sobre la portada hay una ventana formada por tres arcos en gradación que apoyan en una imposta lisa.

 

El frontispicio es coronado por una moldura de doble vertiente, una solución decorativa desarrollada con sorprendente semejanza en la fachada de la iglesia de Corsavell, también dedicada a san Martín. El hastial occidental se remata con una torre rectangular calada por dos arcos de medio punto para las campanas. Se accede a ella desde el exterior mediante un cuerpo de escalera en el lado norte.

 

 

Capitel

 

Procedente de la iglesia de Sant Martí de Dosquers, el Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles custodia un capitel de piedra caliza (22 x 24 cm) que ingresó en el museo en el año 1958 (núm. inv. 84)

 

Pese a que la pieza presenta un acusado deterioro y está mutilada en la zona del ábaco, todavía puede apreciarse la decoración de forma simétrica que se desarrolla en sus cuatro caras. La composición está presidida por un cuadrúpedo rampante que muerde la ornamentación vegetal que surge del registro superior, a modo de tijas invertidas. Según Jordi Camps, el repertorio mantiene un claro paralelo con la escultura gestada en el área de Girona-Empordà, como el claustro de Sant Pere de Galligants o el claustre de la catedral de Girona. En cualquier caso, la pieza muestra una acusada frontalidad y simetría, lo que unido al además a los citado paralelos  parece indicar una fecha próxima al último cuarto del siglo xii.

 

 

Restos del castillo

 

Los vestigios del castillo de Dosquers se alzan entre la vegetación y la hojarasca, al otro lado de la riera de Maià con respecto a la iglesia de Sant Martí. Todavía pueden apreciarse algunos paños de pared, que permiten definir el antiguo perímetro del edificio. El interior está presidido por dos grandes rocas travertínicas que dividen la fortificación en dos partes. En la roca central, que presenta una longitud de 7 m, se advierten restos constructivos que podrían indicar la existencia de una construcción inicial en este punto, a modo de torre o atalaya. A poco más de cuatro metros se dispone la segunda roca (o quer) adosada a la pared perimetral. En relación a ello, algunos autores han relacionado las notables dimensiones de las dos rocas centrales con el topónimo Dosquers (dos piedras).

 

Por lo que se refiere al análisis estructural y tipológico, es preciso destacar los restos del sector oriental, donde se alza una pared de 8 m, probablemente la mejor conservada, con un grosor de 110 cm. En la cara interior de este muro pueden apreciarse un primer nivel de saeteras, sobre el cual se yergue un segundo registro con pequeñas aberturas y un tercero con ménsulas. Asimismo, en el sector noroccidental se dibuja una pequeña puerta rectangular abierta en el grosor del muro. En general, la construcción presenta sillares irregulares y poco trabajados alternados con hileras de cantos rodados.

 

Respecto a la datación, en función de la documentación histórica conservada varios autores datan la construcción del castillo en sus líneas fundamentales en el siglo xiii. No en vano, la tipología de los restos constructivos induce a pensar que la fortaleza se construyó a partir de una construcción previa sobre la roca principal. En cualquier caso, el castillo debió jugar un papel destacado como lugar estratégico para el control de los caminos que desde el Fluvià transitaban hasta Besalú, así como del territorio de la fértil llanura de Crespià, Pedrinyà y Dosquers.

 

 

Texto y fotos: Carles Sánchez Márquez – Planos: Xevi Llagoster

 

 

 

Bibliografía

 

Castells Catalans, 1967-1979, III, pp. 58-61; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 249-252; Corominas Planellas, J. M. y Marqués Casanovas, J., 1967-1978, IV, pp. 164-166; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XVI, p. 71; Murlà i Giralt, J., 1983, p. 108.