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Muro sur de Sant Esteve de Montesclado

Identificador
25089_06_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.505274, 1.243913
Idioma
Autor
Azucena Povill Espinós
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Esteve de Montesclado

Localidad
Montesclado
Municipio
Farrera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Esteve de Montesclado

Descripción

 

FARRERA

Iglesia de Sant Esteve de Montesclado

Los restos de la antigua iglesia parroquial de Sant Esteve se hallan junto al cementerio de Montesclado, situado en las afueras de la aldea. Desde Burg, se debe tomar la carretera que lleva a Tírvia y, 200 m antes de llegar a ésta, hay que desviarse a la izquierda en dirección a La Glorieta, pasada la cual se continúa hacia Montesclado, que se halla a 2,4 km. Unos 600 m antes de llegar a misma, el camposanto se halla en medio de un prado a la derecha.

 

La primera constancia documental del lugar se encuentra en la visita pastoral de los delegados del arzobispo de Tarragona de 1314, momento en el que la iglesia parroquial estaba integrada en el decanato de Cardós. En el siglo xv, Montesclat aparece adscrito al cuartel de Tírvia, dentro del vizcondado de Castellbó. Según el testimonio de Pere Tragó, en 1519, la población carecía de muralla y su iglesia parroquial estaba ubicada fuera del núcleo. A partir de entonces, la parroquia debió de empezar a decaer, ya que, en la visita pastoral de 1758, el visitador mandó trasladar las funciones parroquiales a la capilla de Sant Isidre, debido al mal estado de Sant Esteve. A pesar de ello, el cementerio se mantuvo en su ubicación original, junto a la antigua iglesia. 

 

Poco se conserva de la primitiva iglesia parroquial de Sant Esteve, de la que tan sólo subsiste un pequeño fragmento del ángulo suroeste y buena parte del muro sur, que actualmente se encuentra aprovechado como muro de cierre del camposanto.  Lamentablemente, los escasos restos no permiten concretar cómo era su planta. La fachada meridional mide 15,60 m de largo, 2,90 m de alto, en su punto máximo, y tiene un grosor de 0,70 m. Su aparejo está compuesto por irregular y tosco sillarejo, prácticamente sin labrar, dispuesto de forma muy poco uniforme. Únicamente se han conservado dos vanos, que se encuentran tapiados. Por una parte, la puerta de acceso, descentrada hacia el oeste, es, en su cara externa, de arco de medio punto totalmente cubierto por el enlucido y, en el interior, de arco de medio punto rebajado y con losas radiales. Por otra, próxima al extremo oriental, se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto. En la parte exterior del muro son visibles una serie de mechinales, de pequeño tamaño, dispuestos a un mismo nivel y con un ritmo regular. Próximo a la puerta y a muy poca altura, existe un pequeño grabado de una cruz que algunos autores han considerado que puede tratarse de una marca de cantero. 

 

A pesar de lo fraccionario de los restos conservados, se ha datado la construcción de este templo en el siglo xi, sin descartar que pudiera haber sido realizada en la centuria siguiente.

 

Texto y foto: Azucena Povill Espinós

 

Bibliografía

 

Abadal i de Vinyals, R. d’, 1955 (2007), I, pp. 20 y 22;  Bertran i Roigé, P., 1979a, p. 309; Bosch González, M., 2001, pp. 34 y 37; Cabestany i Fort, J.-F. et alii, 2004, pp. 117-119; Castells Catalans, Els, 1967-1979, II, p. 1483; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, pp. 190-191; Madoz Ibáñez, P., 1985, II, pp. 159-160; Rocafort i Sansó, C., s. d., p. 693; Tragó, P., 1982, p. 60; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, I, p. 268; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, II, pp. 172, 178-179, 191-192, 207, 263-264 y 268-271.