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Vista general de Sant Pere de Mogrony

Identificador
17080_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.26633, 2.08579
Idioma
Autor
Martí Beltrán González
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Pere de Mogrony

Localidad
Mogrony
Municipio
Gombrèn
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Pere de Mogrony

Descripción

GOMBRÈN

 

El pequeño municipio de Gombrèn se encuentra a unos 920 m de altura, cerca del límite occidental de la comarca del Ripollès, en la cabecera del río Merdàs. Entre los atractivos de la localidad destacan los espacios naturales que se encuentran en sus alrededores, que con los distintos paradores rurales que albergan constituyen el principal motor económico de la zona. Para llegar hasta su ubicación, desde Ripoll, debe tomarse la C-17 en dirección Norte, hasta la localidad de Campdevànol, y luego coger la carretera GI-401 que nace a mano izquierda, y que lleva hasta el mismo pueblo de Gombrèn.

 

El lugar de Gombrèn aparece documentado desde principios del siglo x, cuando formaba parte del término del castillo de Mogrony. Es posible que a principios del siglo xii ya existiese una pequeña capilla dedicada a santa María, aunque no es hasta el año 1400 que tenemos constancia documental de su existencia. El origen de la población es el de un puesto fortificado, como todavía atestiguan algunas de las antiguas casas que se conservan en la localidad. Hasta mediados del siglo xviii dependió de la antigua parroquia de Sant Pere de Mogrony, situada unos kms al Norte. En la actualidad, la parroquia del lugar está dedicada a santa María Magdalena, con una iglesia construida a principios del siglo xviii como principal lugar de culto.

 

 

Iglesia de Sant Pere de Mogrony

 

La antigua iglesia parroquial de Mogrony, dedicada a san Pedro, se encuentra a 1408 m de altura, en la vertiente sur de la montaña de Sant Pere, en la sierra de Mogrony. Para llegar hasta su ubicación se debe coger la carretera GI-402, que lleva de Gombrèn hasta la Pobla de Lillet. Unos 4 km después de salir del municipio de Gombrèn se debe girar a mano derecha por una pista bien asfaltada, que debidamente señalizada lleva hasta el santuario de Santa Maria de Mogrony. Para llegar hasta la iglesia de Sant Pere se deben pedir las llaves en la hospedería y subir caminando por unas empinadas escaleras hasta la cima de la montaña, donde se halla el templo.

 

La primera mención del topónimo Mogrony aparece en el acta de consagración de la iglesia abacial de Sant Joan de les Abadesses, fechada en el año 887. En dicha acta se menciona el castillo de Mogrony (del que, en la actualidad, no quedan restos), que el conde Guifré I donó al monasterio junto con sus propiedades: castro Mogronio, cum suo apendicio seu domos, terras cultas, vel incultas. Unos pocos años más tarde se menciona un pequeño templo o celda en sus alrededores, que en el año 906 ya tenía funciones parroquiales: cellam quoque qui dicitur Mucronio cum subjuncta sibi parroechia. Una primera referencia explícita a la iglesia dedicada a san Pedro aparece en el año 920, en una donación de tierras del presbítero Teodored: domum Sancti Petri Apostoli qui est fundatus in castro Mocronio, in comitatu Cerdaniense. De este texto se puede deducir que, durante estos primeros años de existencia, el templo pudo pertenecer a la diócesis de Urgell, debido a su situación geográfica. Estos datos parecen corroborarse por la ausencia de este templo en las listas parroquiales más antiguas del obispado de Vic. Sin embargo, a partir del siglo xii se confirma su pertenencia a la diócesis ausetana, cambio debido al dominio que el monasterio de Sant Joan de les Abadesses ejercía sobre las propiedades del castillo de Mogrony, entre las que se encontraba la iglesia.

 

Entre finales del siglo xi y principios del siglo xii, el primitivo templo fue totalmente reformado, aunque las obras se alargaron hasta su posterior consagración en el año 1138. Sin duda tuvo algo que ver en ello la compleja situación de Sant Joan de les Abadesses, cuyo poder se disputaban ferozmente la comunidad de canónigos establecida en 1017 (que sustituyó a las iniciales monjas) y la casa benedictina de San Víctor de Marsella, esta con el apoyo de los condes de Besalú. En este contexto, los vizcondes de Bas, Udalard y Ermessenda, consignan en el año 1083 la restitución de la iglesia de Mogrony (y de la de Vallfogona), que habían usurpado, al monasterio de Sant Joan. Las obras de Mogrony finalizaron pocos años después de estabilizarse la situación en el gobierno del cenobio, con la definitiva vuelta de la comunidad canonical en 1114.

 

A finales del siglo xii, debido a la construcción del castillo de Mataplana, se originaron numerosas pugnas de poder entre los castillos de Mataplana, Mogrony y el monasterio de Sant Joan de les Abadesses, que fueron solucionadas mediante diferentes pactos y concordias. A partir del siglo xiv, la capilla de Mataplana pasó a depender de la parroquia de Sant Pere de Mogrony. Durante el siglo xvii la parroquia fue despoblándose progresivamente, siempre a favor del municipio de Gombrèn, con una situación geográfica mucho más accesible. El abandono que sufrió el templo, así como el estado ruinoso en que se encontraba, propició su derrumbe en el año 1668. Por todos estos hechos, en el año 1695, la parroquia se estableció en la capilla de Santa Maria Magdalena de Gombrèn y la iglesia de Sant Pere quedó tan solo bajo el cuidado de un capellán y varios ermitaños.

 

La pérdida de la parroquialidad y la despoblación de la zona acentuaron el abandono del templo, hasta que en la segunda mitad del siglo xix, en el año 1880, el obispo de Vic Josep Morgades emprendió su recuperación. La restauración del edifico evolucionó intermitentemente, hasta que en el año 1915 se le intentó dar el impulso definitivo, ya bajo el mandato del obispo Torras i Bages y dirigida por el arquitecto de la diócesis de Vic, Josep Maria Pericas. La cabecera del templo no pudo ser reintegrada en el total de la restauración, por lo que en el año 1958, la diputación de Girona encargó la finalización de las obras de la iglesia para eliminar diferentes altares y pinturas del siglo xix, así como para reintegrar el aparejo, cuyo estado actual es muy reformado.

 

La iglesia de Sant Pere de Mogrony consta de una gran nave con su cabecera orientada hacia levante, en la cual destacan tres ábsides semicirculares dispuestos en forma de trébol. El ábside central es el de mayor tamaño, superando en aproximadamente un metro los laterales. Cada uno de los ábsides está decorado por series de tres arcuaciones ciegas separadas por lesenas, que en el central presentan una mayor altura y son coronadas, encima, por una cornisa con un friso de dientes de sierra.

 

La puerta de entrada al templo está situada en la fachada sur, cubierta por un atrio compuesto por tres arcadas. Esta galería porticada está cubierta por una bóveda de cañón, y muy probablemente fue construida con posterioridad a la estructura principal. La puerta está formada por dos arcos de medio punto en degradación, formados por dovelas regulares, de pequeño tamaño y bien dispuestas. También en el muro sur, sobre el ábside lateral, hay una gran espadaña de dos vanos de medio punto para las campanas. La iluminación del templo consta de seis ventanas de medio punto con doble derrame, todas ellas de similar tamaño y formadas por dovelas de pequeño tamaño y bien dispuestas. En el ábside principal se encuentran dos de ellas, situadas perfectamente centradas hacia el Este y el Sureste. En el ábside lateral sur se abre otra ventana, perfectamente centrada. En la misma fachada meridional hay dos ventanas más, aunque están cegadas en parte por el atrio, lo que confirma que este fue añadido a posteriori. Finalmente, en la fachada oeste hay otra gran ventana, situada a más altura que las cinco restantes.

 

La nave está cubierta por una bóveda de cañón, que va reforzada en su parte central por un arco fajón. En el interior, cada uno de los ábsides se antecede por dos arcos presbiterales en degradación, y va cubierto con la habitual bóveda de cuarto de esfera. El aparejo que se puede observar en el interior de la iglesia es moderno y muy modificado, fruto de todas las reformas que comenzaron a finales del siglo xx. Los diferentes muros de la construcción son muy gruesos, por lo que en su parte exterior todavía se puede apreciar un aparejo regular y de pequeño tamaño habitual en el primer románico, como corresponde a una construcción de finales del siglo xi.

 

En la puerta de entrada del templo se encuentra una interesante muestra de los herrajes típicos del Pirineo catalán. La puerta presenta una estructura metálica que se repite tres veces de arriba a bajo de cada una de sus hojas, y está constituida por un tallo horizontal cruzado por uno mas corto en perpendicular. El tallo es un pasamanos de poco grosor adornado por tres canales longitudinales, con un nudo en relieve en el punto donde nacen las espiras. Cada una de las espiras finaliza con un motivo en forma de cabeza de ave, que también aparece en iglesias como la de Sant Cristòfol de Toses.

 

De Sant Pere de Mogrony proceden dos bellos laterales de altar de época tardía, ya vinculados a las fórmulas del primer gótico, y una pequeña botella de vidrio de importación que se reutilizó como lipsanoteca. Durante algún tiempo se creyó que procedía también de la iglesia una talla de la Majestat que se conserva hoy en Estados Unidos, en el museo de arte de la Universidad de Yale (Yale University Art Gallery). Recientemente se ha confirmado, sin embargo, que la pieza procede de Sant Miquel de Prats, en Andorra.

 

En el Museu Episcopal de Vic se conserva una lipsanoteca procedente de Sant Pere de Mogrony (núm. inv. 491), que al igual que las tablas laterales del antiguo retablo gótico, custodiadas en el mismo museo, perteneció a la seminal colección del Cercle Literari de Vic, en la que ingresó en el año 1881.

 

El objeto es una pequeña ampulla sepulcral de vidrio, de forma esférica, mutilada en el largo cuello que con toda seguridad tenía en su origen. Este tipo de utensilios de vidrio eran utilizados para almacenar perfumes, aceites o ungüentos, aunque la que nos ocupa pasó luego a formar parte del tesoro de la iglesia como contenedor de reliquias. La lipsanoteca mide unos 6 cm de diámetro y está adornada con una serie de cinco voluminosos motivos circulares, proyectados hacia el exterior. Su estado de conservación no es muy bueno, ya que el vidrio está fragmentado y tan solo se conserva el fondo y los lados del envase. Por su tipología, y habida cuenta de la sencillez de los adornos, es probable que se trate de una pieza de origen andalusí, quizás fechada en los comienzos del siglo xi.

 

La lipsanoteca formaba parte del altar mayor de la iglesia dedicada a san Pedro y fue hallada bajo una lápida de piedra (también conservada en el MEV, núm. inv. 325). Dicha lápida era una losa de reconditorio, tapadera que protegía las reliquias conservadas en el altar, y está adornada con las inscripciones: fortonius p(res)b(iter), daqutiu(s) (presbite)r y fradila qui pr(esbiter). Junto con la lipsanoteca también se encontraban los fragmentos de otro pequeño recipiente, catalogado en el museo con el número de registro 890. Este objeto tiene unas dimensiones de unos 5 cm de altura y conserva una pequeña asa de vidrio verdoso.

 

Texto y fotos: MARTÍ BELTRÁN GONZÁLEZ – Planos: ROSA GIL GUACH

 

 

Bibliografía

 

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