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Vista general desde el norte de Sant Andreu de València d'Àneu

Identificador
25024_08_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.634438, 1.110728
Idioma
Autor
Marc Estola i Tantull
Juan Antonio Olañeta Molina
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Andreu de València d'Àneu

Localidad
València d’Àneu
Municipio
Alt Àneu
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Andreu de València d'Àneu

Descripción

VALÈNCIA DE ÀNEU

Iglesia de Sant Andreu

La iglesia de Sant Andreu, situada en la parte alta del pueblo, fuera de lo que fue la villa amurallada, pertenecía a los condes de Pallars y al castillo de València d’Àneu desde el siglo xii. En 1487 pasó a la casa de los Cardona y en el siglo xvii a la de los Medinaceli. No aparece documentada como iglesia parroquial hasta 1574. De la fábrica original se conserva íntegramente la cabecera, formada por un ábside semicircular, y el presbiterio. Entre 1782 y 1788 se documentan diversas reformas en el edificio en las que debió de sustituir la nave primigenia por la actual. Asimismo, se añadieron unas capillas laterales, el porche en el acceso lateral y el campanario.

 

El paramento exterior del ábside es liso, se alza sobre un zócalo, y en él se abren tres esbeltas ventanas de doble derrame y arcos de medio punto monolíticos de piedra toba. Mientras que en el vano septentrional el arco está algo rebajado, en el meridional se marcan las dovelas con trazo inciso. Corona la estructura una moldura con decoración de ajedrezado que discurre bajo la cornisa, y que está apoyada en veinte canecillos de perfil de cuarto de bocel, ornados algunos de ellos con motivos geométricos, entre los que se observan retículas realizadas con trazos incisos, líneas paralelas en zigzag, series de pequeñas molduras lisas colocadas en horizontal o grupos de cinco cuadrados huecos dispuestos en ajedrezado. En el lado sur del lienzo se conservan un par de mechinales. El tramo oriental del muro sur del presbiterio, situado entre el ábside y el cuerpo del campanario, presenta unas características similares al paramento absidal, pues también cuenta con una ventana de doble derrame y arco de medio punto monolítico de piedra toba con las dovelas simuladas mediante trazos incisos, con cuatro canecillos con decoración geométrica, esta vez soportando una moldura prismática lisa, y con cinco mechinales. Asimismo, el aparejo utilizado en ambas zonas del edificio es muy similar, y está compuesto por sillarejo de tamaño menudo y bastante homogéneo, dispuesto en hiladas muy regulares. Tan sólo en la parte inferior de la esquina oriental del muro sur del presbiterio se observa la presencia de algunos sillares de mayor tamaño y diferente material. En la parte oriental del templo se aprecia como el cuerpo presbiterial, más alto que el ábside, pero menos que la nave, permitía la transición entre estos dos espacios.

 

Interiormente, el ábside, que queda oculto tras un retablo moderno, se cubre con bóveda de cuarto de esfera, mientras que el tramo presbiterial que le precede lo hace con bóveda de cañón.

 

Se ha datado la construcción del edificio románico, del que, como hemos comentado, tan solo se ha conservado la cabecera, a finales del siglo xii o de inicios del siglo xiii.

 

Pinturas del ábside (inv. 150, 151 y 152)

 

En la bóveda del ábside estaba representada una Maiestas Mariae, es decir, la Virgen María en majestad con el Niño, que presidía la escena de la Adoración de los Magos, la cual estaba situada sobre un colegio apostólico que no se conserva. Estas pinturas murales, que han sido fechadas a finales del siglo xii. El conjunto se conserva en tres plafones que ingresaron en 1963 en el entonces Museo de Arte de Cataluña, pero fueron devueltos al obispado de Urgell e ingresados en el Museo Diocesano de Urgel en 1967 donde se les dio el número de inventario 20. En 2000 se modificó dicha numeración, de tal forma que a la Maiestas Mariae ‒que mide 233 cm de alto y 162 cm de ancho se le asignó el número 150, al del rey Gaspar con el ángel ‒que mide 171 cm de alto y 123 de largo el 151, y al fragmento de los reyes Melchor y Baltasar ‒que mide 100 cm de alto y 122 cm de largo‒ el número 152. El conjunto, que destaca por su simplicidad, ha sido relacionado estilísticamente con el frontal de Sant Quirze de Durro. Tiene un estilo lineal y popular, en el que predomina la línea fina y negra en los contornos, así como el dibujo plano, lineal y esquemático, sin relieve ni volumetría, lo que refuerza el carácter geométrico de la silueta de las figuras y los pliegues de sus vestidos. Las pinturas de València de Àneu son una simplificación de modelos más antiguos. En el fondo está compuesto por franjas de colores ocre, rojo y verde, todos ellos planos, sin gradaciones. Las figuras de la Virgen y del Niño parecen realizadas por un maestro que no vacilaba en los trazos rápidos y seguros.

 

La representación de la Maiestas Mariae responde al tipo bizantino de la Kyriotissa, sentada y concebida como sede de la Sabiduría, es decir, como trono del Verbo encarnado. La mandorla mística apuntada y formada por dos franjas de colores azul y rojo que rodea a la Virgen, además de simbolizar la unión hipostática de Cristo, enfatizaría el misterio de la Encarnación y mostraría a María como una figura corredentora, ligada a la Salvación. La Virgen aparece inscrita dentro del área oval de tono amarillento, coronada con un nimbo dorado y tocada con un velo o maphorion cuyo color blanco es símbolo de la virginidad que, por su disposición y tratamiento, tiene paralelismos con el velo del frontal de Durro. En el velo de la Virgen y en el Niño se puede apreciar el dibujo preparatorio en almagre, en el que se trazó un eje de simetría que solo se siguió en parte. Las miradas de la Virgen y del Niño demuestran cierta humanización que preludia cierto lenguaje gotizante. El manto azul que cubre a la Virgen cayendo en holgados repliegues por el contorno de su imagen representa la pureza. Las túnicas de Jesús y la Virgen son rojas, color identificado tradicionalmente en las composiciones marianas con el amor. Los pies de ambas figuras están dispuestos en rotación externa, aunque los de la Virgen descansan sobre el arco de la mandorla. María sostiene con sus dos alargadas manos al Niño, que se halla sentado frontalmente en su regazo, mientras que alza la mano derecha con los dedos en actitud de bendecir y sostiene con la mano izquierda ‒plegada sobre el pecho‒ el volumen o el rollo de pergamino donde está escrita la doctrina salvadora del mensaje divino. Bajo la imagen se conserva una cenefa con medios círculos de color amarillo, azul y rojo sobre fondo negro.

 

Flanqueando la Maiestas Mariae están los tres magos de Oriente. Los dos de la izquierda no han conservado sus respectivas inscripciones identificativas. Además, el de la derecha ha perdido también la parte superior de la cabeza y la corona que fueron añadidas en una restauración. El modelo de los magos, aunque más estilizado, presenta similitudes con el de Santa María de Taüll, paralelismo que queda patente en las coronas flordelisadas, si bien son más lineales y exageradas en València d’Àneu, y en sus vestidos, aunque son más pobres, especialmente por la forma simple de sujetar las capas. Los dos visten una túnica corta, propia de personajes laicos, y la capa abierta sujeta sobre el pecho. Llevan medias y calzan zapatos negros puntiagudos con sus piernas dispuestas en posición de avance. El más próximo a la Virgen es imberbe. Lleva su ofrenda con la mano derecha en un bol y con la izquierda señala hacia el centro de la imagen, hacia el Niño. Detrás de él, y adoptando la misma postura, se sitúa el otro rey, con barba negra. A la derecha de la Virgen presenta su ofrenda Gaspar, identificado por la inscripción gaspas, quien avanza la mano que sostiene el bol de la ofrenda y señala con la otra a María. También porta una corona flordelisada, viste una túnica y un palio. Gaspar, que en este período se representa como el más joven, suele figurar normalmente al otro lado, ya que en el lugar que ocupa en este conjunto suele estar destinado a Melchor. Aquí Gaspar, además de estar situado fuera de su lugar habitual, no parece el más joven de los tres, que sería el más cercano a la mandorla a la izquierda de la Virgen. En lugar de mirar al Niño, gira la cabeza hacia atrás, hacia un ángel nimbado que le muestra algo que, probablemente, sea una de las escenas del arco absidal desaparecidas. Bajo esta teofanía había un colegio de apóstoles y santos dispuestos bajo arcadas del cual se conservan dos fragmentos con dos figuras, una de las cuales corresponde a una fotografía anterior a 1935 del archivo Mas y la otra a un fragmento muy deteriorado y de dudosa atribución del Museu Diocesà d’Urgell.

 

Cristo crucificado (inv. 654)

 

El Museu Frederic Marés de Barcelona conserva desde su fundación en 1946 una talla policromada de Cristo que procede de esta iglesia (inv. 645). Mide 96 cm de alto por 87 cm de largo y 22 cm de ancho y, con el de Escaló, son los dos únicos que subsisten de los valles de Àneu. Por sus características, la ejecución de esta pieza se puede situar en la segunda mitad del siglo xii. Se ha incluido en la escuela catalana pirenaica de dicha centuria, también conocida como Taller de Urgell, por oposición al singular taller de Erill. Durante la Guerra Civil esta imagen se escondió en unas condiciones de humedad que provocaron la pérdida de sus dedos y de un fragmento de la rodilla izquierda. Las puntas de los pies se conservan roídas y los brazos fueron modificados debido a que, después de la restauración, quedaron acoplados al cuerpo con una inclinación menor y con los deltoides deformados. En 1974 sufrió una caída que también afectó a su estado de conservación. La cabeza presenta el cabello peinado con la raya en medio y el resto echado hacia atrás, hasta caerle por la espalda en forma de una cabellera compacta que llega hasta la altura de la axila, tal y como sucede en otros ejemplares del Pallars Jussà o en el Cristo de Capdella. El bigote es recto y termina en un rizo a cada lado, mientras que la barba cae en forma de pequeños bucles acabados también en sendos rizos. La línea que enmarca los ojos es un recurso utilizado en obras de cierta calidad, como las figuras del frontal de Santa Maria de Taüll. Presenta una leve deformación de la cara como consecuencia de su posición casi en tres cuartos al elevar el lado izquierdo y quedar en un registro superior el ojo y la oreja izquierda respecto al lado derecho. Las costillas están marcadas y se unen a través de una suave ondulación. El interés por marcar la anatomía se relaciona con otros talleres de escultura de Salardú, en el valle de Aran y Manresa. Las piernas están ligeramente inclinadas y acentúan la ondulación que muestra toda la imagen. La leve curvatura marcada por el eje establecido entre la cabeza y los pies permite relacionarlo con el denominado Cristo de 1147, conservado en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (inv. MNAC 15950), atribuido al taller de Urgell, y datado en el año que le da nombre. El ombligo aparece destacado y las rodillas están señaladas por debajo del perizonium, cuyo nudo, y buena parte de la correa que lo ciñen, quedan escondidos bajo un gran pliegue que cae en el centro, mostrando unos bordes plegados en zigzags. En el borde inferior presenta una cenefa en forma de franja con dos líneas y un motivo perlado en relieve. El ceñidor es igual que la franja de la cenefa, pero con las perlas más grandes. Conserva muestras de policromía, pero sufrió repintes y restauraciones equívocas que desfiguraban la talla original. Algunas restauraciones que en el pasado pretendían readaptar la obra a los nuevos gustos artísticos suprimieron rayados, relieves y pliegues y añadieron simulaciones pintadas. El tórax desnudo parecía llevar ropa ajustada y la sangre se esparcía con abundantes chorreos. Recientemente la talla fue restaurada y no muestra aquellas desfiguraciones.

 

Pila bautismal

 

Bajo las escaleras del coro, hay una pila bautismal con un pie cilíndrico de granito que mide 53 cm de alto. El vaso de piedra picada mide 40 cm de alto y el diámetro exterior es de 80 cm, mientras que el interior mide 62 cm. La superficie exterior del vaso presenta una decoración incisa formada por un motivo zigzagueante horizontal con una línea en su parte superior, inciso. Recorre el interior del vaso una cenefa que enmarca otro motivo en zigzag.

 

Pila benditera

 

En la cara interior del muro occidental hay encastrada una pila benditera semicircular con una línea horizontal en la zona superior atravesada por un trazo inciso con forma un ancla, como metáfora de la iglesia cristiana o del propio Cristo. El ancla está flanqueada por los bajorrelieves de un rombo y una flor de seis pétalos deteriorada.

 

Lipsanoteca (inv. 5403)

 

En el Museu de les Cultures del Vi de Catalunya, en Vilafranca del Penedès, se conserva desde 1972 una lipsanoteca de piedra (inv. 5403) procedente de la colección Manuel Trens. Presenta unas dimensiones reducidas de 40 mm por 72 mm y 50 mm, y se ha fechado entre los siglos xi y xii. Es una pieza cúbica con un vaciado interior que mide 55 mm y 40 mm con una profundidad de 30 mm. Presenta una tapa piramidal a cuatro aguas con la particularidad que las aristas superiores de la caja presentan una forma curva. Las cuatro caras de la tapa están decoradas con plaquetas triangulares unidas por tres clavos.

 

Texto: Marc Estola i Tantull/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Marc Estola i Tantull - Planos: Glòria Esteve Dolade

 

Bibliografía

 

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