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Vista del ábside desde el sur

Identificador
49450_01_009
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 9' 40.16" , -5º 18' 24.15"
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Andrés

Localidad
Olmo de la Guareña
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS muestra planta coronada por un ábside semicircular, tramo presbiterial, dos naves de tres tramos y espadaña a los pies, con una capilla adosada al norte. El material empleado es el ladrillo para la cabecera y espadaña, y piedra arenisca, bien en mampostería, bien en sillería, para el resto. Sólo el conjunto de la cabecera nos remite sin embargo a época románica, siendo el resto obras muy tardías, realizadas en el siglo XVIII e incluso en el XIX. Aunque se asienta sobre dos hiladas de sillares, la cabecera está realizada en ladrillo. En el ábside -de planta semicircular aunque casi poligonal-, sobre ese podium, se levantan dos cuerpos, el inferior recorrido por siete arquillos de medio punto, doblados, de corta altura, que reciben sobre ellos a otros tantos arcos de idéntica factura y mucho mayor altura, componiendo el segundo cuerpo, tres de los cuales presentan pequeñas saeteras. Sobre cada uno de estos arcos se disponen a su vez siete segmentos de ladrillos en esquinilla que dan paso al alero, formado por dos bandas de ladrillos a sardinel, aplantillados en nacela. El presbiterio es ligeramente más ancho, con el alero también a mayor altura. Los muros están recorridos igualmente por arquillos ciegos, con tres altos arcos en cada muro, sencillos, de medio punto, partiendo de la base y alcanzando hasta el alero, que, precedido del friso en esquinilla, repite el esquema del ábside. En el interior del templo el espacio ábsidal se articula igualmente en dos cuerpos, uno inferior recorrido por ocho arquillos apuntados, simples, separado del superior por una imposta de ladrillos a sardinel, aplantillados en nacela. El cuerpo superior está revocado, salvo los recercos de los tres grandes arcos, que cobijan además a cada una de las tres saeteras, con amplio abocinamiento. Un friso de esquinilla da paso a otra nueva imposta y ésta a la bóveda de horno apuntado, revocada y pintada con una imagen de San Andrés, obra al menos de los siglos XVI o XVII. El presbiterio es algo más ancho, articulado en dos cortos tramos, lisos y revocados, separados por un arco fajón apuntado y doblado, un esquema que repite también el arco triunfal. La bóveda es de cañón apuntado, arrancando de la típica imposta aplantillada en nacela. En los muros se conservan varias credencias originales, una en el paño más oriental del muro sur, con arco de medio punto, y dos más pequeñas, gemelas, también con arcos de medio punto, en el lado norte. Según los autores de las excavaciones realizadas en 1988, los restos más antiguos localizados se remontarían a la construcción de la cabecera de ladrillo, sin que haya referencias a posibles antecedentes. De ser esto así y teniendo en cuenta que Olmo ya aparece citada en 1116, sólo cabe concluir que el solar de la iglesia -que sin duda existiría a comienzos del XII- estaba en otro lugar o que para construir la mudéjar se arrasó aquélla por completo, incluida la cimentación. Partiendo de lo que hoy podemos ver cabe decir que sin duda esta obra guarda muchas relaciones con el foco mudéjar toresano, aunque el ábside de Olmo aparece ordenado también según el modelo de Santa María la Antigua de Villalpando. Por otro lado, las altas arcuaciones del presbiterio remiten también a tipologías de Toro, o a la iglesia de San Juan Bautista de Fresno el Viejo, una de las encomiendas más importantes de los hospitalarios. En cuanto a su cronología, probablemente nos hallemos en el momento de paso del siglo XII al XIII.