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Capitel de una columna del baptisterio

Identificador
40315_04_050
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 23' 37.70'' , -3º 48' 8.41''
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santo Tomás

Localidad
Castroserracín
Municipio
Castroserracín
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
Este templo se encuentra aislado, en lo alto de un peñasco, situado en la parte occidental de la población; se llega hasta él por un camino recientemente adecentado, al igual que el entorno inmediato de la entrada del mismo. Se trata de un templo muy transformado que al exterior luce un modesto aspecto y oculta en parte lo que fue su fábrica; realizado en mampostería con presencia de sillería en esquinales, cornisas y vanos, responde a un modelo de estructura habitual en estas tierras. Edificio de una nave, con cabecera recta y acceso meridional, al que posteriormente se le fueron añadiendo la torre, el pórtico de mediodía, así como la prolongación de la nave en su parte occidental. Se conserva un vano cegado en la cabecera, siendo este un estrecho hueco rematado en la parte superior por una forma semicircular, careciendo de cualquier motivo ornamental; al interior este vano queda oculto por el retablo, funcionando otro cuadrangular situado sobre él a modo de transparente. En el muro septentrional, realizado con los materiales ya citados, se conserva aunque removida, la cornisa pétrea que cuenta con perfil abiselado, salvo una pieza que lo tiene de nacela. En el flanco meridional se encuentra el muro que hoy forma un pórtico cegado, realizado también en mampostería, pero donde se pueden encontrar numerosas piezas talladas reutilizadas; de este modo, se puede distinguir parte de lo que parece perteneció a alguna antigua portada, con dovelas de hexapétalas con botón central inscritas en círculos decorados con motivos de puntas de clavo, junto a otras con molduras de perfil quebrado, muy similares a las que conforman el arco de acceso del baptisterio de esta misma iglesia. Situada dentro de este espacio se encuentra la portada del templo, con las mismas notas de sobriedad y austeridad que caracterizan el conjunto; un arco doblado de medio punto y achaparrado canon, con jambas como apeos, constituyen esta portada, sin más licencia ornamental que una chambrana que trasdosa el conjunto donde unos ramilletes de sencillas hojas moldean formas lanceoladas y donde surge una cabecita humana al modo de las que se pueden ver en los vanos del ábside de Sequera de Fresno. En el interior se mantiene la estructura vista fuera, aquí de manera más evidente; una sola nave cubierta con armadura de madera a dos aguas que se corresponde con una cabecera recta, organizando ambos espacios un arco triunfal de medio punto sencillo y desornamentado. De igual manera a lo visto exteriormente, la fábrica está compuesta de mampostería y sillería, y ha visto cómo se le añadían diferentes espacios, siendo de mayor importancia los de la cabecera, con el baptisterio en el lado de la epístola y la sacristía en el del evangelio. El presbiterio se cubría con bóveda de medio cañón, de la que aún quedan vestigios, que apeaba en unos muros de sillería organizados en tres cuerpos por impostas abiseladas a dos alturas, y arquerías ciegas en la parte inferior; esta arquería se ha mantenido fragmentariamente en el lado septentrional y se perdió en su totalidad en el opuesto al abrir el espacio destinado a baptisterio, que más tarde se tratará. Se compone la arquería de tres arcos rebajados que apean en columnas, presentando todo el conjunto un aspecto tosco y rudo; las columnas, de fuste liso, están situadas sobre plintos y apoyan en unas basas compuestas de una doble moldura de toro separada por una escocia, siendo el capitel la única parte ornamentada. De este modo se pueden distinguir una sirena de doble cola muy deteriorada, una liebre junto a una pareja de aves que picotean una planta y unas hojas de carnosos nervios. Comunicando con el presbiterio, en la parte meridional, se encuentra el baptisterio, pieza especialmente singular; se compone de un espacio cuadrangular de reducidas dimensiones organizando sus muros con arquerías de medio punto a partir de cuyos encuentros, arrancan unos nervios ojivos de perfil abocelado que se cruzan en decorada clave de nueva hechura. Los nervios apean en cuatro columnas situadas en las esquinas de idéntica estructura pero distinto motivo ornamental en el capitel, componiéndose de un alto basamento que da paso a un plinto prismático y este a una basa de gran desarrollo vertical con un primer toro decorado con hoja, una escocia lisa y un segundo y mucho menor bocel. El fuste, liso y de corto canon, da paso a un capitel de perfil troncocónico que remata en un cimacio de filete y chaflán. Los motivos de estos capiteles son variados, dos de ellos con temática vegetal simplificada hasta el extremo, otro con la conocida imagen de máscara que regurgita tallos, que ha sido estudiada por Heras Núñez y que en el campo de las pilas bautismales han trabajado tanto Ghislain como Bilbao López; en la última de las cestas aparece la simbólica pareja de palomas que bebiendo de una fuente, en la misma disposición pero mejor trabajada que la vista en Castrojimeno. Contiene este espacio una pila bautismal de aspecto singular; con unas medidas exteriores de 105 x 47 cm el vaso, sobre un tenante de 22 cm, aparentemente se trata de una sola pieza, pie y vaso; el primero, presenta muescas cóncavas de remate en piñón cuyo vértice se corresponde con la separación de los abultados gallones del vaso, mientras que entre estos, en la parte superior, aparecen esculpidas diferentes cabezas de primitivo aspecto, tanto humanas como animales -toro, carnero-. Completa la decoración una hoja tetrapétala de nervio central inscrita en un cuadrado, todo ello de sencillísimo trabajo en bajorrelieve. Una moldura lisa remata la copa en la parte de la embocadura. Santamaría López relaciona esta pila con la de Cuevas de Provanco, existiendo otros ejemplos de pilas decoradas con cabecitas dentro de la diócesis en La Cuesta, Requijada, Aldealengua de Pedraza o Cabezuela, siendo similares también otras de la diócesis burgalesa como Torregalindo o Moradillo de Roa.