Identificador
40332_02_047
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 24' 13.6" , -3º 57' 21.44"
Idioma
Autor
Raimundo Moreno Blanco
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
San Miguel de Bernuy
Municipio
San Miguel de Bernuy
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL RÍO tiene su origen en la tradición oral de una aparición mariana en el cauce del Duratón, de donde recoge su advocación. Se encuentra situada en la zona sur de la población, en la salida de la carretera que une la localidad con Cobos de Fuentidueña y Carrascal del Río. La actual ermita se edificó a lo largo del siglo XX, momento en el que se reaprovecharon los materiales dispersos de las cercanas ermitas de San Martín y San Pedro, sitas en el despoblado de Bernuy, para agruparlas en un templo al que no corresponden, disponiéndolas en ocasiones de forma harto imaginativa. Así podemos ver una imagen de septiembre de 1973 en que se observa el edificio dispuesto ya en su ubicación con su actual estructura, pese a que experimentaría importantes reformas posteriores en las que se irían añadiendo más piezas románicas y ennobleciendo sus paramentos. En la antigua imagen observamos como la fachada de los pies sólo cuenta con la portada, el vano este y tanto los muros como la pequeña espadaña estaban compuestos en un aparejo más pobre que la actual sillería. Se encuentra extrañamente orientada de norte a sur, respondiendo a lo encajonado de su ubicación entre la ribera del río y la mencionada carretera con las que se alinea. Ostenta una sencilla planta de cabecera semicircular en la que no se marca el tramo recto del presbiterio adosada a una única nave rectangular. Se cubre por entero con moderna armadura de madera. Atendiendo a los restos románicos reaprovechados en su exterior hemos de anotar en primer lugar la portada, situada en el muro meridional y compuesta por un sencillo arco de medio punto exornado por una chambrana abilletada que arranca de un cimacio de listel y chaflán corrido a modo de imposta que se prolonga hacia los vanos laterales. La decoración de este es distinta según el lado hacia el que se desarrolla, lo que se corresponde con los distintos momentos en que fue dispuesta: al este tallos ondulantes cuyos meandros ocupan tripétalas; al oeste, esquemáticas palmetas inscritas en tallos circulares que rematan en volutas. El resto del material reaprovechado se dispone en el muro este, el que mira a la carretera, centrándose en las partes altas, donde en el alero se yuxtaponen piezas con decoración de taqueado, rosetas de cinco y seis pétalos insertas en clípeos, tallos ondulantes y varios frutos carnosos. Asimismo se disponen cercanos al ángulo sureste tres canecillos en los que se representan dos animales -uno caprino y el otro, más deteriorado, pudiera ser un cánido con las fauces abiertas- y entre ellos una figura humana cuya cabeza está siendo devorada por un gran cuadrúpedo. Por el interior se distribuyen distintas piezas, en su mayoría capiteles, principalmente por los muros oeste y sur que en la mayor parte de los casos dan lugar a extrañas asociaciones. En el muro oeste se disponen los siguientes elementos: - Un modillón de lóbulos, cercano a la puerta de ingreso y que hoy sirve como apoyo a una pila aguabenditera de mínimas dimensiones. - Parte de una arquivolta perteneciente a una portada, en la zona cercana a la cabecera, compuesta por un baquetón corrido y dos líneas incisas a bisel, origina un espacio similar al de un arcosolio en cuyo interior se coloca una pequeña escultura moderna de San Miguel venciendo al demonio. - Un capitel que por su estructura bien pudo pertenecer a una portada, hoy se utiliza como peana para el mencionado San Miguel, y en él, aunque en avanzado estado de deterioro se representa la figura de un grifo al que le faltan cabeza y extremidades acompañado por una enigmática figura humana descabezada, con los brazos en cruz pareciendo señalar algo en las alturas, que viste túnica y apoya los pies en el collarino. Sus medidas son 30 cm x 28 cm x 43 cm. Dan paso a la cabecera, sendas columnas adosadas dispuestas al modo en que lo harían en un templo románico las semicolumnas en que apearía un triunfal, en este caso inexistente. Ambas rematan en deteriorados capiteles tallados a bisel, que parecen de lo más antiguo conservado en este cajón de sastre. El capitel oeste muestra una figura humana en cuclillas que parece soplar una cerbatana o un instrumento musical de viento frente a un cuadrúpedo; el este, está aun más perdido y en él sólo se distinguen cenefas de losanges rehundidos. En la cabecera se disponen dos nuevas hornacinas mediante la reutilización de las roscas de sendos vanos, en esta ocasión posiblemente pertenecientes a ventanales por su menor tamaño: La hornacina situada más al oeste se forma, al igual que la del muro, mediante un arco de medio punto recorrido por un baquetón y dos líneas incisas talladas a bisel que apea en jambas, a las que da paso una pieza haciendo las veces de cimacio con perfil de listel con línea incisa. En el interior, y sobre dos columnas pareadas que arrancan de basamento y toro con garras en sus vértices, se ubica un capitel que sirve de peana a una custodia lignaria. La iconografía que ostenta muestra una escena de caza donde en las caras laterales dos figuras humanas, una con arco y la otra con objeto cilíndrico, acosan a un esbelto cuadrúpedo pasante. Las figuras están completamente desproporcionadas en su tamaño y se acusa el alargamiento de los talles en las tres figuras Por su estructura y medidas pudo estar diseñado para un pórtico. Sus medidas son 40 cm x 50 cm x 34,5 cm. La hornacina más cercana al este esta conformada con la misma estructura y decoración que la anterior. En su interior cobija un capitel en el que un animal vacuno ocupa el frente de los capiteles de las dos columnillas pareadas en que reposaba, dejando los laterales para un tallo ondulante en cuyo interior se disponen palmetas y un sencillo motivo de entrelazo. Al igual que en el caso anterior bien podía pertenecer a un pórtico. Entre estas últimas hornacinas, se adosan al hemiciclo dos columnas reutilizadas con tan buena intención como falta de acierto. La que se sitúa a la izquierda del espectador parte de una basa sobre basamento con garras en sus vértices para dar paso al fuste de la columna, sobre él se dispone una nueva basa formada por toro y escocia sobre la que se apoya un pequeño capitel en el que se muestra un tosco águila de frente con las alas explayadas. De similar modo está compuesta la columna situada la derecha del espectador, con la diferencia de que en este caso es irreconocible la iconografía del capitel por su avanzado estado de deterioro. Estos dos últimos capiteles emparentan en dimensiones, cronología más temprana y labra con los situados en la zona del pretendido arco triunfal, mientras que un grupo aparte formarían los situados en las hornacinas, de cronología probablemente más tardía y mejor factura.