SU IGLESIA PARROQUIAL -unida según Madoz a la de Caborredondo- se ubica al este del maltrecho caserío en su punto más alto y sobre la ladera que asciende al páramo. Presenta planta de una sola nave con ábside semicircular y espadaña adosada al muro sur a la altura del presbiterio, muy modificada al convertirse en torre. En el templo se identifican dos etapas constructivas, correspondiendo a la románica el ábside con el profundo tramo recto que le antecede, ambos levantados en sillería labrada a hacha y con numerosas marcas de cantero, así como posiblemente la pila bautismal. Una segunda fase configuró los dos tramos más occidentales de la nave -cubiertos a inferior altura que la cabecera- y la torre. Aunque todos los paramentos manifiestan multitud de intervenciones, el elemento más definido es la cabecera. Se compone de un notable presbiterio, exteriormente visible sólo en su lado norte y cubierto con bóveda de cañón apuntado, y ábside semicircular cerrado por bóveda de horno que arranca como la anterior de imposta achaflanada. Exteriormente, el tambor absidal está compartimentado en tres lienzos por dos columnas adosadas alzadas sobre elevados plintos y rematadas por capiteles lisos que alcanzan la abiselada cornisa, integrándose en la hilera de simples canes de nacela que la sostienen, salvo uno, decorado con un erosionado busto masculino. Este mismo esquema se reproduce en otras iglesias burebanas como en Quintanarruz. En el eje del ábside se abre una ventana rasgada tipo aspillera, abocinada al interior y hoy cegada. En la cornisa del muro norte del presbiterio encontramos la única concesión decorativa del sobrio conjunto, en dos canecillos decorados con una cabeza de felino de rugientes fauces y puntiagudas orejas y otra humana. Un tercer canecillo, figurado con una cabeza masculina de marcada alopecia, se reutilizó en el muro meridional de la espadaña. Una vez en el interior percibimos que de la primitiva iglesia románica no resta sino la cabecera y el arranque de la nave, unida al antiguo presbiterio por la posterior reforma y en el que resta, aunque cegada, la ventana de arco de medio punto, abierta en el muro meridional, que daba luz al altar. Bajo ella corre por toda la cabecera otra imposta achaflanada. Los dos tramos de la nave -levantada en mampostería- son posmedievales, aunque probablemente erigidos siguiendo la traza de la original. Se cubren como dijimos a menor altura que el resto con bóveda de cañón reforzada por fajones. De traza románica es la pila bautismal, emplazada en una pequeña capilla abierta en el lado del evangelio de la nave. Su copa es semiesférica de 94,5 cm de diámetro y 84 cm de altura total, lisa y con un ensanchamiento en la embocadura; descansa sobre un basamento circular seguido de una basa achaflanada. El interior de la embocadura está recorrido por una moldura de bocel. Como la cabecera, su cronología parece corresponder a los años finales del siglo XII o primeras décadas del XIII.