Sant Just i Sant Pastor de Pedrinyà
Iglesia de Sant Just i Sant Pastor de Pedrinyà
El templo de Sant Just i Sant Pastor se localiza en el vecindario de Pedrinyà, un conjunto de masías dispersas en el extremo norte del término de Crespià, entre los riachuelos de Malhivern y de Can Vellana, que fluyen en la ribera izquierda del río Fluvià. Concretamente, el templo se halla dentro de los terrenos de Mas Teixidor, que es una extensa masía dedicada al turismo rural. Para llegar al templo, el acceso más sencillo es por la carretera comarcal N-260 que va de Figueres a Besalú. En el km 56, entre las localidades de Queixàs y de Dosquers, encontraremos la indicación hacia él. Tan sólo deberemos recorrer unos 300 m hasta topar con la edificación, que se sitúa a pie de camino.
El término de Petriniano se documenta por primera vez en el año 978, en el acta de donación del monasterio de Sant Pere de Besalú por parte del conde obispo Miró Bonfill. En el año 1151 formaba parte del dominio del condado de Besalú. En el año 1220, el caballero Guillem de Creixell cedió en testamento esta posesión a su hija Sibil·la. De los años 1236, 1275 y 1289 hay documentación sobre la existencia de un hospital en el lugar. La iglesia de Pedrinyà es sufragánea de la iglesia parroquial de Crespià desde 1337. El templo románico fue destruido en parte en un momento del que no tenemos constancia, y reconstruido en el año 1744, tal y como figura en la fecha grabada en la portada. Pere Teixidor narra algunas reformas en un libro de cuentas de 1805: cómo se hizo la bóveda, la construcción del altar y cómo se trajeron de Roma las reliquias de san Justo; la causa de estas reformas, cuenta Teixidor, fueron los destrozos hechos por los franceses.
La iglesia de Sant Just i Sant Pastor es un edificio de una nave y cabecera rectangular. Como acabamos de decir, en su mayor parte es una construcción posmedieval que, sin embargo, conserva elementos del templo anterior, tales como la planta de la nave (la parte baja de los muros), así como la fachada principal, en la que destaca la portada de acceso, a la que haremos referencia más adelante. El eje de simetría del mismo frontis queda remarcado por una pequeña ventana de doble derrame, también románica. El campanario de espadaña, posiblemente ya de época posterior, es de grandes proporciones y tiene dos aberturas de medio punto. El muro del norte del templo está reforzado por dos contrafuertes alzados a posteriori. La sacristía, de pequeñas dimensiones, está adosada a la nave principal. Por el interior, el templo está cubierto con bóvedas de arista, de factura claramente moderna, y completamente enlucido. Se entrevén algunos mínimos fragmentos de policromía en la cubierta del ábside, que en todo caso no corresponden a la época que nos atañe. Preside la entrada del templo un pequeño coro construido también modernamente.
El elemento más notable de época románica es la portada, que como se ha dicho se abre en la fachada occidental. Presenta un doble arco de medio punto en degradación, con dintel y un tímpano liso monolítico. Las dovelas son amplias y cortas. En el nivel de arranque de los arcos encontramos unas impostas que enlazan con un resalte horizontal que corre entre el dintel y el tímpano y crea, en su conjunto, una moldura biselada. Todos los elementos de esta portada son de piedra caliza y están bien pulidos. Esta tipología de portada es muy frecuente en el románico tardío de carácter rural, y se difunde, en gran parte, por las zonas pirenaicas y prepirenaicas. Se caracteriza por la falta de decoración y de hecho la que nos ocupa es uno de los modelos más simples. Por sus características y su tipología es fechable entre finales del siglo xii o principios del siglo xiii, cronología que correspondería también a la etapa de construcción del templo primitivo.
Texto y fotos: Almudena Montenegro Gallardo – Plano: Modesto Carreras Cort
Bibliografía
AA.VV., 2005, pp. 330-331; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1990, p. 119; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1991, p. 101; Catalunya Romànica, 1984-1998, V, pp. 424-426; Gurri Serra, F., 1998, pp. 193-195; Marquès i Planagumà, J. M., 2000, pp. 71-72;