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Vista desde el sur de Sant Martí de Joval

Identificador
25075_03_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.9781368,1.586205
Idioma
Autor
Francesc Rodríguez Beltrán
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Martí de Joval

Localidad
Sant Just Joval
Municipio
Clariana de Cardener
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Martí de Joval

Descripción

CLARIANA DE CARDENER

Iglesia de Sant Martí de Joval

Para llegar a la iglesia de Sant Martí de Joval se ha de tomar la carretera C-55 desde Solsona en dirección a Manresa. Recorridos 1,7 km tras el desvío de la C-149, arranca una vía asfaltada a la izquierda, que debe seguirse durante 1,2 km, hasta desviarse de a la derecha. A los 2,5 km es visible un templo, con la misma advocación construido con posterioridad.  Los restos que nos interesan se encuentran apenas unos metros más al Norte, sobre una elevación, en medio de la arboleda.

 

El lugar de Joval aparece mencionado en 977, en el acta de consagración de la iglesia de Santa Maria, celebrada por el obispo Guisad II, quien unió a ésta el término de Joval.  Con anterioridad, en 839, Iovale figuraba entre las parroquias pertenecientes a La Seu de Urgell en un documento que los especialistas consideran como falso. En 1068 Amat Pere Joval es uno de los testigos de la venta de la villa de Neules por parte del conde Ermengol IV de Urgell a Guillem Company. La primera mención de la iglesia de Sant Martí se produce en 1071, cuando Arnau Mir de Tost reconoció tener la parroquia de Joval por su señor, el conde Ermengol IV. En la centuria siguiente, esta iglesia estuvo sujeta a Solsona o, al menos, así consta en las sucesivas bulas papales que en 1150, 1180 y 1188 la mencionan entre las posesiones solsoninas.

 

En fecha indeterminada, buena parte del edificio se derrumbó y tan sólo quedó en pie su cabecera, de planta ligeramente trapezoidal, que fue cerrada a la altura de su arco de entrada mediante un muro en el que se abrió una puerta con arco de medio punto adovelado. Originariamente, el edificio fue concebido con una planta formada por una sola nave rectangular, de modestas dimensiones, que quizá se cubriera con una estructura de madera, y un ábside cuadrado. 

 

Lipsanoteca

 

En el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona se conserva una lipsanoteca hallada en este templo. Se trata de un objeto de madera de estructura prismática y vaciado en su interior, apenas desbastado y sin ninguna pretensión artística, con unas medidas de 10 cm de largo por 6,2 cm de ancho y 4 cm. de alto. Conserva una tapa de 7,8 cm de largo por 3,5 cm de ancho y 2,5 cm de altura, que se puede acoplar al cuerpo principal introduciéndola por uno de los extremos y desplazándola por las ranuras laterales. La pieza ingresó en el museo antes de 1925. En su interior se hallaba un pequeño papel, firmado por Joan Serra i Vilaró, en el que puede leerse lo siguiente: “Lipsanoteca hallada en 1924 por Josep Segué en las ruinas del templo de Sant Martí, situadas en la colina que hay sobre la actual parroquia de Joval. Me dijo que estaba aún en el orificio de la pilastra que sostenía el ara y que se encontraba tapado con la madera adjunta [se refiere a la tapa de reconditorio que aparece descrita más adelante], en la que hay escrito lo siguiente: uodalardo = Miro = sacerdo = Seniofre sacer = Bernardo”.  Se trata de una pieza de gran simplicidad y extremadamente funcional. Sorprende la hendidura que presenta uno de sus lados, que podría indicar la existencia de una tapa anterior, diferente a la actual que, en efecto, no parece ajustarse por completo a su actual caja. El objeto se ha datado en el siglo xii sin que se hayan aportado elementos justificativos de esta cronología, por lo que podría remontarse sin dificultad a la segunda mitad del siglo anterior.

 

Tapa de reconditorio

 

El Museu Diocesà i Comarcal de Solsona conserva también una tapa de reconditorio de reliquias procedente de esta iglesia y que, igualmente ingresó antes de 1925, momento en el que fue catalogada con el número de inventario 293, que fue sustituido posteriormente por el actual, 963. En el momento de su descubrimiento tapaba un orificio practicado en el altar y en el que fue hallada la lipsanoteca descrita anteriormente. Se trata de una pieza confeccionada con el mismo tipo de madera que la lipsanoteca. Su forma es ligeramente redondeada, tiene base prácticamente plana y está toscamente tallada. Sus dimensiones son 17,5 cm de largo por 14,4 cm de ancho y apenas 2,5 cm de altura en su parte más gruesa. Su tosca factura denota una procedencia modesta y una absoluta falta de ostentación en su intención. Presenta ciertas inscripciones, también toscamente gravadas, que le otorgan cierto interés, al menos por lo que a su datación se refiere. En su parte superior pueden leerse los nombres de cinco individuos sobre cuya identificación no se sabe más que fueron algunos de los presentes en el momento de la colocación de las reliquias en el altar. La primera persona que transcribió estas inscripciones fue Serra i Vilaró, quien sólo leyó cuatro de los cinco nombres, ya que consideró el que aparece en tercera posición como el final de la palabra sacerdos que seguiría al nombre de Miró. Esta omisión ha sido reproducida fielmente por todos los investigadores que han estudiado la pieza desde entonces, sin excepción.  La lectura completa de las inscripciones tal como puede verse hoy en día reza así: uodolardo/ miro sac[er]/ emo/ seniofre sacer/ Bernardo.  

 

La datación de la pieza resulta problemática. La consagración del templo parece haber sido realizada en el siglo xii y el documento, conservado en la lipsanoteca mencionada arriba, es prácticamente ilegible. Con todo, algunos autores, basándose en su tosquedad y en la grafía de las inscripciones, la ubican en la primera mitad del siglo xi, cronología que compartimos y que creemos avalada por la presencia del nombre de Emo, antropónimo que adquirió una gran popularidad durante la segunda mitad del siglo x y la primera de la centuria siguiente.

 

                                                                         Texto y fotos: Francesc Rodríguez Beltrán

 

Bibliografía

 

AA.VV., 1990, p. 148; Bach i Riu, A., 2002, pp. 97-98, 281-282, 298 y 346-347; Baraut i Obiols, C., 1978, pp. 51, 99-101 y 172-175; Bolòs i Masclans, J. y Hurtado Pérez, V., 2006, p. 41; Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, pp. 93-94; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXII, pp. 371-372; Costa i Bafarull, D., 1959, I, pp. 234 y 641-649; Galera i Pedrosa, A., 1998, pp. 305-306; Kehr, P., 1926, pp. 341-343; Sitjes i Molins, X, 1977, pp. 119-121; Villanueva Astengo, J., 1803-1852, IX, p. 230.