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Vista occidental de Sant Pere Desplà

Identificador
17009_01_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.84152 , 2.47451
Idioma
Autor
Marina García Carbonell
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Pere Desplà

Localidad
Arbúcies
Municipio
Arbúcies
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Pere Desplá

Descripción

Iglesia de Sant Pere Desplà

 

La iglesia de Sant Pere Desplà se encuentra dentro de la finca del Mas Can Ferrer, manso estrechamente ligado a la historia del templo. Se accede a través de una pista forestal que nace en el km 7 de la carretera GI-543, que va de Arbúcies a Viladrau. 

 

El templo aparece por primera vez documentado en el año 923 en el acta de consagración de la vecina iglesia de Sant Quirze de Arbúcies  Más tarde, en el año 1058, se menciona como Sancti Petri de Eremo en una dotación de alodios de la noble Gerbega, viuda de Odó, en favor del monasterio de Sant Marçal del Montseny.

 

La iglesia actual conserva elementos de la primitiva construcción, aunque fue reformada notablemente en los siglos xii-xiii, y luego también en época moderna (s. xvii); cabe señalar también la restauración de que fue objeto a finales de siglo xx, en la cual, además, se localizaron algunos fragmentos de pintura mural de época prerrománica.

 

El templo está formado por una sola nave rectangular, que muy posiblemente en época románica estaría cubierta por una bóveda de cañón apuntado (que habría sustituido una techumbre de madera anterior), y encabezada por un ábside semicircular con una ventana de doble derrame. Dichas estructuras fueron construidas aprovechando elementos del anterior templo prerrománico. Entre las reformas románicas se incluyen, además, el refuerzo del muro norte mediante arcos formeros, para sostener la bóveda, y el ensanchamiento del muro oeste.

 

El análisis del aparejo permite diferenciar las dos fases de construcción en época medieval. Las estructuras más antiguas están formadas por pequeños sillares sin desbastar, y se concentran prácticamente en la zona de la nave. El sector oriental, en cambio, está construido con aparejo de mayor tamaño, a base de sillares bien tallados y escuadrados, característicos del románico avanzado.

 

La puerta de entrada, situada en el muro de mediodía, esta formada por dos arquivoltas decoradas con elementos geométricos de forma triangular, yuxtapuestos por sus bases; por sus características podría pertenecer al siglo xii o xiii. En el siglo xvii aproximadamente se remató el muro oeste con un campanario de espadaña de doble vano. El aspecto actual de la cubierta y su consolidación se deben a la restauración moderna.

 

Las pinturas murales, descubiertas concretamente en el año 1983, constituyen uno de los ejemplos más antiguos que se conservan en Catalunya. Aunque han llegado hasta nuestros días muy fragmentariamente, se puede apreciar en ellas elementos que las acercan a conjuntos pictóricos igualmente antiguos, como el de Sant Quirze de Pedret o el de las iglesias de Sant Pere de Terrassa.

 

Las pinturas se concentran en el muro sur, aunque se piensa que posiblemente en el muro norte habría también decoración mural, que ha desaparecido. Lo conservado son una serie de personajes nimbados, en total seis, que parecen avanzar en dirección al ábside, señalándolo con la mano derecha extendida mientras la mano izquierda reposa en el pecho. Las figuras van ataviadas con largas túnicas de mangas anchas y cuello redondo. Cada una está enmarcada en una especie de hornacina que se repite a modo de arquería formada por arcos de medio punto que descansan sobre capiteles y columnas sin decoración. El programa se completa con elementos vegetales decorativos formados por dos tallos en forma de V flanqueando un tallo central que luego remata una especie de florón.

 

La disposición de dichos elementos hace pensar que podría tratarse de una representación de los apóstoles, o bien de personajes santos o bienaventurados muy recurrentes en los programas icnográficos de la época. Como ejemplos próximos, y salvando las distancias estilísticas, se ha señalado por ejemplo la arqueta de Astorga, fechada cerca del año 900. Hay otros ejemplos catalanes que se aproximan más al programa representado en los muros de Sant Pere Desplà: los frescos del Sant Sepulcre de Olèrdola (mediados siglo xi) representando a los bienaventurados inseridos dentro de arcos, y las pinturas de Sant Pere y de Sant Miquel de Terrasa (siglos x y xi), contienen figuras nimbadas que miran también en dirección al ábside.

 

Texto y fotos: Marina García Carbonell – Planos: Isabel Font Mercader

 

 

Bibliografía

 

Calzada i Oliveras, J., 1984, pp. 17-19; Catalunya Romànica, 1984-1998, V, p. 266-267; Pladevall i Font, A., 1987,  pp. 191-198.