Sant Martí de la Corriu
GUIXERS
Iglesia de Sant Martí de la Corriu
Para llegar a Sant Martí de la Corriu desde Solsona, debe tomarse la carretera LV-4241 que conduce a Sant Llorenç de Morunys y, pasado dicho municipio, en el kilómetro 39’5, desviarse a la izquierda para recorrer unos 5 km hasta la iglesia.
Las primeras noticias sobre la Corriu, que datan de 960 y 982, se encuentran en la documentación del monasterio de Sant Pere de Graudescales, que se benefició de donaciones de casas y de un alodio en el lugar. Sin embargo, en ninguno de estos documentos aparece mencionada la iglesia de Sant Martí. En cambio, sí que figura en la controvertida acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, cuya fecha de 839 no puede ser tomada como cierta, ya que responde a una cronología bastante más tardía. No obstante, su presencia en el acta indica que ostentó la categoría de parroquial, que mantenía todavía en 1313, cuando fue visitada por los delegados arzobispales.
La iglesia de Sant Martí de la Corriu ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, las cuales distorsionaron ostensiblemente el edificio original. Éste debió de constar de una única nave y de un ábside cuadrado, que en un momento posterior fue sustituido por otro, también de planta cuadrada. La fachada occidental es, así mismo, fruto de una remodelación tardía, como puede deducirse por su portada gótica. De esta misma época deben de ser las bóvedas apuntadas de la nave y el ábside, así como parte del muro norte, donde se ubica una escalera. En la parte septentrional del edificio, justo al lado del ábside, se construyó en 1738 una capilla. En definitiva, los vestigios románicos se concentran en la parte meridional de la iglesia, y son de difícil visibilidad debido a las construcciones adyacentes y a la irregular orografía del terreno. En la parte sur del ábside se abre una ventana de derrame simple y arco de medio punto monolítico.
Reutilizado en una jamba de la portada se encontraba un relieve que actualmente se conserva en el Museu de la Vall de Lord, en Sant Llorenç de Morunys. En un extremo del mismo, se representa a la Virgen con el Niño, cobijados bajo un arco de medio punto. Junto a ellos, ocupando el centro del relieve y también en un arco, una mujer vestida con toca y túnica larga sujeta por el antebrazo a un personaje algo más pequeño. En el otro extremo de la composición un personaje de pequeñas dimensiones aparece con los brazos cruzados sobre el pecho en el interior de una forma rectangular alargada. Jordi Camps plantea la posibilidad de que la escena esté relacionada con algún ritual funerario en el que el cuerpo del difunto en el interior de su sepulcro representaría su alma. Por su parte, en la cartela que acompaña a la obra en la exposición del museo se indica que en esta pieza, que podría tener función de exvoto a causa de la muerte de un niño, aparecen la Virgen con el Niño, el infante difunto en el interior de un sepulcro visto desde arriba y los padres de éste cogidos de la mano. Sin embargo, varios detalles llevan a dudar de ambas interpretaciones. Por una parte, el hecho de que la mayor de las dos figuras centrales sea la mujer permite cuestionar que se trate de los padres. Por otra parte, la forma como ésta coge por el antebrazo al otro personaje es utilizada también en algunas representaciones de santos intercesores que presentan el alma de algún difunto ante Cristo o la Virgen. Tal es el caso, por ejemplo, del tímpano de la portada norte de la catedral de Basilea. Además, en la figura del presunto niño en el sepulcro hay un detalle que puede resultar significativo: desde la parte superior del recuadro descienden dos líneas incisas paralelas que terminan rodeando la cabeza del personaje. Da la sensación que se ha pretendido representar a un ahorcado y no a un difunto en su sepulcro. De esta forma, el gesto de los brazos cruzados se explicaría más por la intención de mostrar la piedad del ajusticiado que por representar a un cadáver enterrado. De ser correcta esta interpretación, la pareja central podría representar a una santa que presenta al ajusticiado ante la Virgen y el Niño para lograr la salvación de su alma. Una obra con la que está muy relacionada, tanto por la tosquedad y esquematismo de su talla, como por las similitudes iconográficas, es la decoración escultórica de las dovelas de la portada de la cercana iglesia de Santa María de Puig-Aguilar. En la misma también aparece la Virgen con el Niño, así como un personaje en un recuadro. En este último, también se aprecian en la parte superior del marco unos trazos de lo que podría ser la soga de un ahorcado. En este caso, estas imágenes están acompañadas por la figura de un ángel, que parece estar señalando hacia un lado, y que está representado en una dovela que podría no estar situada en su lugar original. En este caso, el ángel estaría desempeñando el papel de intercesor que en el relieve de la Corríu es protagonizado por la figura femenina. Por lo tanto, la repetición, con ciertas variantes, de tan peculiar escena en dos templos cercanos, lleva a pensar que en ambos se podría estar aludiendo a alguna historia local relacionada con el ahorcamiento de un inocente. Ambas obras han sido datadas en el siglo xiii.
En 2004, los batientes de la puerta de la Corriu fueron robados y, aunque se recuperaron posteriormente, se sustituyeron por unos nuevos. Actualmente, se conservan en el Museu de la Vall de Lord. Según Lluïsa Amenòs en estos batientes conviven herrajes de época gótica con otros reaprovechados de la antigua puerta románica. En ellos, unos tallos dispuestos en horizontal están rematados por dos volutas opuestas en los extremos. En el centro, se entrecruzan con dos tallos verticales más cortos, también terminados en volutas. En una de las piezas más simples, sin decoración incisa y sin los tramos verticales, se aprecian, rematan las volutas unas cabezas de ave. Amenòs ha incluido estos herrajes en el que denomina grupo A.3, en el que también figuran los de las puertas de Sant Julià de Canalda, Santa Eulàlia de les Cases de Posada (ambos en el Solsonès) y Sant Vicenç de Castell de l’Areny (Berguedà). Todos se han fechado en un marco cronológico que abarca desde finales del siglo xii hasta principios del xiii.
Texto y fotos: Juan Antonio Olañeta Molina/ Montserrat Barniol López - Planos: Associació Cultural Vall de Lord
Bibliografía
Amenós Martínez, L., 2004, pp. 75 y 83; Amenós i Martínez, L., 2009; Bolós i Masclans, J., 2006b, p. 69; Catalunya Romànica, 1984-1998, xiii, pp.107-109; Riu i Riu, M., 1996-1997, pp. 348-350; Riu i Riu, M., 2006-2007, pp. 395-397; Vidal Sanvicens, M. y Vilaseca López, M., 1979, pp. 209-212.