RINER

La aldea de Riner se sitúa al Sur del Solsonés, en el término municipal homónimo y a unos 15 km de Solsona. En esta zona el paisaje es bastante accidentado y dominan los valles profundos y angostos, originados por la erosión fluvial del río Negre, afluente del Cardener, cuyo nombre parece estar en el origen del topónimo. En el núcleo de Riner hoy en día sólo quedan el castillo y la iglesia de San Martí. La escasa población del término vive diseminada por el territorio. Para llegar, desde Solsona hay que tomar la carretera C-55 en sentido a Manresa y, aproximadamente en el kilómetro 75, desviarse a la derecha hasta llegar a Riner.

La primera referencia documental del lugar se remonta al año 988, cuando Riner es mencionado como afrontación en una permuta entre el conde Borrell y el obispo Sal·la de La Seu d’Urgell. En 1013 está documentado Guifré de Riner, que estaba emparentado con Sal·la de Conflent a través de su mujer, Retrudis. El linaje de los Riner, que posteriormente pasaría a denominarse Cervera, ostentó el señorío del lugar hasta el siglo xiii, además de dominar durante los siglos xi- xii amplios territorios en la Segarra, el Baix Urgell e incluso en Lleida. A partir del siglo xiii los Cervera empezaron a vender territorios en esta zona, con lo que a principios del siglo xiv Riner acabó pasando a manos de los vizcondes de Cardona.

Castillo de Riner

El emplazamiento elevado del castillo de Riner, junto a la ribera del río Negre, le permitía dominar visualmente el valle de Riner y el camino que conduce de Solsona a Cardona.

Las primeras noticias del castillo se remontan a 1029, momento en el que el kastrum Rinero es mencionado en el documento de venta de una viña. Años más tarde, en 1048, se registra otra venta de un terreno propiedad del castrum. Según un documento de 1055, perteneció al linaje de los Cervera, que lo cedió en castellanía a los Riner, como se deduce en un documento de acuerdo fechado en el 1142 entre Ponç de Cervera y Pere de Riner, por el cual el primero otorgaba al segundo en feudo el castillo y sus derechos. Entre los siglos xiii y xiv estos derechos pasaron a la canónica de Santa Maria de Solsona, aunque parece ser que el vizconde de Cardona también ostentaba el dominio sobre el castillo, que años más tarde pasaría a formar parte del condado de Cardona.

Del castillo se conserva la torre de planta rectangular, que presenta unas dimensiones considerables: 15 m por 8m de planta, muros de 2 m de grosor y una altura de unos 18 m, con las esquinas ligeramente en talud. Dicha construcción, que debió de sustituir a otra precedente, fue erigida en el siglo xii siguiendo la tipología del donjon francés, que combina la función defensiva con la residencial. En el exterior se observa un aparejo a base de sillería bien trabajada, de mayores dimensiones en la parte inferior, y unida con mortero. Las aberturas son escasas y situadas todas a una considerable altura: una ventana en derrame rematada en arco de medio punto monolítico en el muro norte, otra rectangular, también de pequeñas dimensiones, y una saetera en el oeste, otra en derrame coronada en arco de medio punto monolítico y otra saetera en el muro sur y, por último, una ventana rectangular muy estrecha en el muro este. En dicho paramento se abren también dos puertas: la puerta original, situada a unos 7 m de altura en el nivel del primer piso, y la puerta que actualmente da acceso a la fortaleza, de época moderna, en el nivel del suelo. En el interior, destaca la amplitud de la sala, un espacio que se dividía en tres pisos cubiertos con techumbre de madera sobre vigas, que culminan en una bóveda de cañón apuntado. En el muro oriental se conserva una escalera que arranca del primer piso y conduce directamente a la terraza superior. Finalmente, en el sector norte de la torre se conservan vestigios de un foso excavado en la roca, mientras que en el lado sur se hallan los restos de una casa señorial construida en el siglo xiv o xv.

Texto y fotos: Nuria Trigueros Beltrán

Bibliografía

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