LA IGLESIA PARROQUIAL, dedicada a Santa Eulalia de Mérida, se sitúa en un altozano que domina el caserío por el sur, y conserva de su pasado tardorrománico únicamente su cabecera, levantada en mampostería de grandes bloques pizarrosos procedentes de una cantera local. De planta rectangular, le da paso un arco de triunfo apuntado con las aristas matadas por chaflanes, posiblemente rehecho, que apea en una imposta de filete y nacela y en responsiones prismáticos de aspecto también modificado y, en el caso del meridional, notablemente desplomado. La cabecera se cubre con una bóveda de cañón apuntado que parte de una imposta sin moldurar y se refuerza con un fajón liso que apea en sendas ménsulas, siendo contrarrestados sus empujes por sendos estribos con remate en talud en la zona media de los muros laterales. Al exterior, estos muros se coronan con una cornisa achaflanada soportada por una hilera de sencillos canes, con perfil de simple nacela la mayoría, uno de proa de nave y otro con lo que parece un desfigurado prótomo. En el testero, al exterior, se mantiene la primitiva ventana, abierta en el eje del ábside y compuesta de una pequeña saetera, hoy cegada, rodeada por un arco ornado con puntas de diamante. Los tres muros de la cabecera conservan los canzorros de un desaparecido pórtico que la rodeaba completamente. El cuerpo de la iglesia, levemente descentrado respecto a la cabecera, es obra posterior, y se divide en dos naves al añadirse en 1621 una estrecha colateral al sur, abierta a la principal mediante dos arcos rebajados sobre un pilar cilíndrico. En el testero de esta nave se reutilizó como ventana un arco de medio punto con un bocel en la arista que seguramente procede del edificio primitivo, al igual que algunas de las dovelas del arco de acceso al pórtico septentrional, reformado éste en 1965. A tenor de lo conservado, estamos ante los restos de un edificio de construcción tardía, erigida posiblemente ya bien entrado el siglo XIII, acorde pues con la postrera población del lugar que evidencia el documento de Moreruela, siguiendo las pautas de austeridad del románico de la zona (Bercianos de Vidriales y la desaparecida iglesia de Fuentencalada parecen sus referentes más inmediatos) y con evidencias de reformas posmedievales.