Situada en la cima del pueblo y con el caserío arracimado en terrazas en torno a ella, la parroquial de Calcena es un ejemplo de Hallenkirche o iglesia de planta de salón, que ha sido calificada como la fabrica religiosa más notable de la zona occidental de la Sierra del Moncayo. Llegó a tener dignidad de Colegiata. Existió un templo románico en el mismo solar, del que no se aprovechó apenas nada cuando en el siglo XVI se acometió la construcción del templo actual, impulsada por don Hernando de Aragón, nieto bastardo de Fernando el Católico y Arzobispo de Zaragoza, además de importante mecenas de las artes en el Reino de Aragón. La fábrica del templo combina la mampostería, el sillar y el ladrillo o rejola, que se utilizan en distintas partes de la construcción. La planimetría renacentista, aunque sumó elementos posteriores meramente decorativos, mantuvo su planteamiento como templo de tres naves de altura similar, una de ellas con tres tramos, cubiertas enteramente con bóveda estrellada. En ladrillo se levantó la parte superior de una torre de obra mudéjar de planta cuadrada, mientras que la zona inferior es en piedra. El despejado interior se articula por columnas anilladas y a él se abren diversas capillas que contienen un rico muestrario de arte mueble y numerosos añadidos barrocos del XVIII, prueba del activo mecenazgo ya citado. Esta apariencia esconde un único testimonio conservado de su pasado medieval. Se trata de la portada del muro meridional, que se encuentra cobijada por un pórtico con bóveda estrellada. La portada, que alcanza una anchura total de 3,57 m, está formada por cuatro arquivoltas de medio punto muy molduradas con medias cañas y baquetones, y dispone de una chambrana exterior adornada con puntas de diamante. La arquivolta interior apea sobre jambas rectas y las tres exteriores sobre tres parejas de capiteles que flanquean el arco de medio punto de la entrada, que posee una luz de 1,48 m. Estas seis columnas de fuste cilíndrico se rematan con capiteles tallados con motivos vegetales de innegable rudeza. Se reconocen hojas grandes lisas o bien hojas de palma rematadas en bolas o piñas, en los capiteles occidentales. En los orientales se ven estrías dibujando cabrios o bien hojas lisas vueltas en elementos protuberantes, que no ocultan su derivación del habitual diseño de crochets que caracteriza la hojarasca gótica. Las proporciones y recursos decorativos utilizados en la portada, y muy especialmente los motivos derivados del crochet, permiten datarla en el primer tercio del siglo XIII y denotan el conocimiento del lenguaje arquitectónico renovador que pudieron haber conocido quizá a través de edificaciones cistercienses. No olvidemos que a escasos kilómetros de Calcena, el lugar de Trasobares pertenecía a una fundación femenina cisterciense dependiente de Tulebras. Por tanto, la portada de Calcena ha de ser considerada como obra de un románico inercial. Junto a la portada renacentista del lado norte, se ubica un arco de tosco trazado ligeramente apuntado que pertenecía a la ermita de San Miguel y que fue trasladado y reconstruido aquí.