Sant Iscle i Santa Victòria de Béixec
Iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria de Béixec
Las ruinas de la iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria se encuentran en la zona más elevada del vecindario de Béixec –denominado Bexabe en el siglo ix y Bexab en el xi, situado bajo el Montsec de Béixec, en las estribaciones septentrionales de la sierra de Cadí, entre el arroyo de Bastanist y el río Quer. El acceso se realiza desde la carretera LV-4055 en dirección a Montellà, desde la que arranca a mano derecha una pista asfaltada hacia Estana, por la que se ha de seguir hasta encontrar el desvío a Béixec.
La iglesia aparece mencionada en el acta de consagración de Santa Maria de La Seu d’Urgell de 839. No vuelve a aparecer mencionada en la documentación hasta el siglo xiv, con motivo de las visitas de los delegados del arzobispo de Tarragona que tuvieron lugar entre 1312 y 1314. Se sabe, no obstante, que fue señorío de la comunidad de presbíteros de Puigcerdà. El edificio se mantuvo en pie hasta que, hacia el año 1936, un vecino que no podía pasar con su carro derribó unos contrafuertes que sostenían el muro sur, hecho que provocó el derrumbe del templo. En la primera década del presente siglo, los vecinos procedieron al desescombro y clasificación de las piedras y consolidaron la estructura que quedaba en pie.
Actualmente sólo queda en pie parte del muro norte, de unos 8 m de largo con un grosor de 1,2 m, con una arcada adovelada que debía de albergar un altar. Del ábside quedan unas pocas hiladas de la zona noreste, que permiten saber que el aparejo estaba compuesto por sillares grandes de muy buena factura dispuestos en hiladas regulares. Gracias a unas fotos anteriores a su destrucción, se puede apreciar que había una ventana de doble derrame en el centro del ábside, otra cercana al ángulo este del muro de mediodía, y una más en la fachada de occidente. La puerta de acceso, probablemente precedida de una arquivolta, estaba en la zona de poniente del muro sur, y parece que había un banco corrido en el muro occidental, en cuyo ángulo oeste se conserva todavía una pila bautismal de piedra monolítica de época románica. En el exterior, junto al muro norte, en el espacio cementerial, se puede observar una pila de aceite rectangular de piedra de granito monolítica. El pavimento de losas de tamaño desigual, quedó a la vista tras la intervención, al igual que los escalones que separaban la zona presbiteral de la nave.
Por todo lo dicho, pensamos que se trataba de un edificio del siglo xii con alguna modificación posterior.
Texto: Montse Jorba i Valero - Fotos: Montse Jorba i Valero
Bibliografía
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