Identificador
47220_01_012
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 22' 19.03'' -4º 50' 45.37''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Pozáldez
Municipio
Pozáldez
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
AL IGUAL QUE EN LA MAYOR PARTE de templos románico- mudéjares de la provincia, de la antigua iglesia de San Boal tan sólo ha subsistido la cabecera y parte de la caja mural. En época moderna esta construcción de una sola nave experimentó una reforma sustancial utilizando también ladrillo. Consistió en dotarla de mayor altura, introducir una torre herreriana (siglo XVII) sobre el tramo del presbiterio y añadirle un pórtico meridional y una sacristía en su lado norte. A los siglos XVI, XVII y XVIII corresponde la mayor parte del templo, de una nave y coro alto a los pies. Así, un artífice llamado Pedro Troche, maestro de albañilería y carpintería, recibía 1000 reales en el año 1625 a quenta de las bóvedas de San Boal. Poco antes había estado ocupado en la obra de enlucir y macizar los arcos de las paredes de la Yglesia de San Boal obteniendo por ello 250 reales. El coro alto renacentista de madera de nogal, situado a los pies del templo y fechado en 1574, va sostenido por altas columnas lignarias de fuste estriado. Se decora el sotocoro con casetones hexagonales y espacios romboidales entre ellos, con sus florones perfectamente labrados y diferenciados. La balaustrada está animada por medio de arquillos de medio punto con venera, separados por columnillas. Encima hay un órgano rococó construido en 1779 por el maestro Isidro Gil, vecino de Cervillejo de la Cruz. En su exterior el ábside presenta nueve arcos ciegos, de medio punto y doblados que, arrancando desde el suelo alcanzan las inmediaciones de la cornisa. Ésta fue modificada en una de las intervenciones modernas. Entre el remate de los arcos y la propia cornisa se desarrollaba un friso en esquinilla que si bien muy deteriorado, fue inexplicablemente suprimido en la última restauración. Por su parte, los arcos tercero, quinto y séptimo aparecen cortados en su mitad inferior por otros arcos no doblados configurando una solución ya experimentada en El Salvador de Toro, que dinamiza aún más el paramento. En ellos se disponían las aspilleras de iluminación, hoy cegadas por la existencia en el interior de un retablo neoclásico del XVIII. Finalmente, el tramo recto, visible en su lado meridional ya que el norte esta cubierto por la torre de escalera y la sacristía, introduce cuatro arcos doblados enmarcados por una suerte de alfiz. También han subsistido parte del los muros del cuerpo de la iglesia. Concretamente es visible el del mediodía en su mitad occidental. Aunque muy deteriorado, puede apreciarse como ha sido ampliado y recrecido en altura. Por el contrario, está oculto en su lado oriental por el pórtico que cubre la puerta de acceso al templo, lugar en el que se encuentra enfoscado. Fruto del proceso de restauración iniciado en la década de los noventa, concretamente en 1996 al ser retirado el revoco de esa puerta, apareció la primitiva portada de la iglesia. De ladrillo y gran sencillez, se compone de un abocinado a base de seis arquivoltas de perfil recto que enlazan con jambas acodilladas. Poco es lo que puede verse desde el interior, tan sólo comprobarse cómo la cabecera ha perdido el arco de triunfo y resulta imposible comprobar la articulación de la primitiva fábrica. Para concluir es necesario apuntar siquiera una aproximación cronológica. En opinión de Manuel Valdés, los elementos de San Boal se situarían en la órbita de los modelos emanados de Toro, es decir en torno al segundo tercio del siglo XIII.