LAS RUINAS de la antigua parroquia de San Martín se encuentran localizadas al sureste de la plataforma del recinto amurallado alto en el que se ubicaría una primitiva fortaleza musulmana. Será a fines del siglo XVIII cuando llegue a convertirse en ruina, ya que aún en 1780 se celebraba diariamente misa. De una sola nave coronada por cabecera semicircular precedida por el tramo recto, se accedía a este espacio por un arco triunfal, tal y como reflejan los basamentos sobre los que se colocarían ambas columnas, asimismo encuentra un escalón como separación de ambas zonas. Hoy en día únicamente se conservan los cimientos de sus paramentos, los cuales están compuestos por un núcleo de mortero y cantos dispuestos a modo de media espina de pez envueltos por sillares de caliza perfectamente escuadrados de los que se conserva algún ejemplar aislado. Alonso Zamora, tras las excavaciones que allí realiza en los años ochenta, señala una diferencia entre los aparejos del muro norte y parte del oeste, con los muros sur hasta su unión con el presbiterio, siendo las cales de los primeros de color rojizo y grisáceas en el otro caso. Esta diferencia unida a la desviación en el alineamiento del muro sur respecto al eje central, señala las diferentes etapas constructivas. Los lienzos primitivos serían los que emplean las cales rojizas y en un determinado momento poco tiempo después, seguramente debido a problemas estructurales, se levanta el muro sur. El debilitamiento de esta fachada queda igualmente demostrado por la presencia de agrietamientos en la zona sur del ábside, la colocación de un contrafuerte de planta rectangular en la unión del muro de la nave con la cabecera y el refuerzo de la esquina suroeste del mismo. La cubierta tanto de la cabecera como de la nave debieron ser bóvedas de piedra caliza ya que se rescataron una gran cantidad de sillares al interior y paralelos al muro norte, muchos de ellos superpuestos y con signos de haber caído desde una elevada altura, a lo que hay que unir el amplio grosor de los muros. En las fachadas norte y sur de conserva el basamento de ambas portadas casi enfrentadas de 2 m de luz la del frente norte y 3,50 m la del sur., las cuales mantienen los basamentos de las comunas o pilastras. Al interior del muro de los pies, y tras las intervenciones arqueológicas que se llevaron a cabo, se encontraron restos de adobes que pertenecieron probablemente a una pila bautismal con unas dimensiones de 0,80 m de diámetro y 0,50 m de profundidad. Dado el material empleado para la construcción de esta pila podría formar parte de algún otro elemento, aunque según las dimensiones y su localización podría darse el caso de que cumpliese la función primeramente atribuida. En las mismas actuaciones se rescataron dos restos decorativos elaborados en piedra caliza, uno de ellos presenta el clásico ajedrezado con lo que podría pertenecer a una línea de imposta, mientras que el otro cuenta con una figura que muestra un libro abierto que formaría parte de la decoración de uno de los capiteles de las portadas.