Identificador
16245_02_030n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 14' 9.67'' , -2º 5' 16.55''
Idioma
Autor
Adrián Martínez Vicente
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Villalba de la Sierra
Municipio
Villalba de la Sierra
Provincia
Cuenca
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL de Villalba de la Sierra se sitúa en el extremo oriental del pueblo. Se trata de una obra de transición del románico al gótico, levantada en el siglo XIII. Toda ella está construida a base de sillarejo. La particularidad que presenta es que el material utilizado esta vez es la piedra de toba. Conserva, todavía hoy, algunas líneas y fundamentos de su fábrica original. Pero las sucesivas reformas en los siglos posteriores a su construcción fueron aportando nuevas formas y elementos que son los que podemos contemplar actualmente. Con todo ello, el templo presenta la siguiente estructura: una única nave, presbiterio recto y ábside semicircular, con resaltes en las esquinas. En el muro sur se adosa un cuerpo bajo a la nave y presbiterio que hace de sacristía y de capilla, construidos posteriormente. La puerta de entrada se sitúa en este cuerpo, dando paso a un pequeño portal que da entrada a la nave principal. Asimismo, resultado también de una nueva intervención, se levanta sobre el presbiterio un pequeño cuerpo a modo de cimborrio. Remata el conjunto una pequeña espadaña a los pies, construida con un único aparejo en sillería de piedra de toba, que conserva su aspecto original. Con dos contrafuertes laterales, presenta dos ventanas, una de medio punto y otra adintelada a media altura, y en la parte superior, en el primer piso, doble vano de medio punto y un tercer vano en el segundo nivel, rematado todo a su vez por una estructura triangular. De tiempos románicos mantiene parte del ábside semicircular –con una ventana saetera en el centro–, la espadaña levantada a los pies y parte del muro norte, donde se abre una pequeña portada de arco apuntado y recercado sin decoración, actualmente tabicada, que daría acceso al antiguo cementerio. Además en este pequeño templo, y en este muro septentrional concretamente, queda manifiesta, claramente, la sobreelevación de la nave, no sólo por el cambio de fábrica sino también por los canecillos y la cornisa original que todavía hoy se conserva a los pies del templo, en la esquina norte. La cubierta del edificio queda resuelta de diferentes modos: si encontramos una cubierta a dos aguas en la nave, en el caso del cimborrio se puede observar que es a cuatro. Eso sí, todo el edificio presenta el mismo material de teja de cerámica curva. El vuelo de los aleros, en cambio, se recoge en simple o doble rosca de teja vuelta en toda la iglesia, excepto en el ábside y en el cimborrio, resueltos con cornisa de piedra. En el interior, la nave apilastrada, con cornisa corrida, está cubierta por bóveda de cañón con lunetos. Queda dividida en tres tramos. En el lado de la epístola se abren los accesos a la sacristía, a una pequeña capilla y la puerta de entrada al templo. Frente a ésta, hay un espacio acondicionado para ubicar y conservar la pila bautismal. El paso de la nave a la cabecera se resuelve con un arco triunfal. El presbiterio se cubre con una cúpula central de media naranja sobre pechinas, mientras que el ábside lo hace mediante falsa bóveda. En él se conserva una pequeña ventana abocinada de medio punto, muy retocada. A los pies se levanta el coro. Todo queda enlucido en blanco y amarillo ocre. En el interior del templo, en un espacio acondicionado recientemente para ello, frente a la puerta de acceso, se conserva la pila bautismal. Un magnífico ejemplo que presenta forma de copa. Sobre un pedestal circular, en el que apenas ya se puede apreciar la decoración que poseía a base de puntas de diamante o rodete de cabeza de clavo (decoración que exclusivamente aparece en esta pila y en la de Cañamares), se sustenta el vaso en forma de cuenco. Vaso que presenta una decoración a base de arquería, unos arcos rebajados con curvatura de doble media caña que apoyan en columnas que se recogen en una moldura en la base. En las albanegas se aprecia decoración de tipo vege- tal. Por su parte, el brocal del vaso queda decorado por un borde sogueado y una ancha cenefa de trenzado. Un magnífico ejemplar de cuidada decoración y de similares características a las pilas de La Frontera y Zarzuela de la Sierra.