EN LA MITAD DEL PUEBLO se levanta el templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, una construcción de mampostería y sillería que pudo tener su origen en el siglo XIII, si bien lo que hoy queda corresponde a las reformas que se llevaron a cabo en los siglos XVII y XVIII. El único testimonio románico conservado en la iglesia es la pila bautismal, ubicada en el espacio próximo a la capilla mayor. Procede de la parroquial de Caracena del Valle, desde donde se trasladó aquí a mediados del siglo XX. Durante algún tiempo hizo las veces de fuente en el centro del atrio de la iglesia, pero el deterioro al que se veía sometida la pieza obligó a introducirla en el templo. Se trata de un magnífico ejemplar labrado en piedra caliza. Su vaso –112 x 84 cm– se sustenta sobre un estrecho pedestal cilíndrico y está decorado con gruesos gallones, una cenefa de arcos de medio punto entrelazados, dos líneas incisas y, en la parte superior, dos círculos que albergan una estrella y una cruz patada.