Pasar al contenido principal
x

Vita interior de los restos de los dos ábsides de Sant Pere de les Maleses

Identificador
25171_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.280000, 1.030000
Idioma
Autor
David Antonio Rico
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio (Relación)

Sant Pere de les Maleses

Localidad
La Pobla de Segur
Municipio
La Pobla de Segur
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Pere de les Maleses

Descripción

LA POBLA DE SEGUR

Monasterio de Sant Pere de les Maleses

Este antiguo monasterio benedictino se encuentra en las afueras de La Pobla de Segur, a unos 6 km en dirección Noreste siguiendo la carretera N-260 que conduce hacia Sort, a la izquierda del barranco de les Maleses o de Sant Pere, cuyas aguas torrenciales alimenta al río Noguera Pallaresa a la salida del Congosto de Collegats. Una vez en el área de descanso de La Figuereta, se ha de proseguir el itinerario a pie por el camino de Gramuntill, desde el que parte poco después una senda señalizada de unos 3,2 km hasta los restos del cenobio.

 

El monasterio de Sant Pere de les Maleses, originalmente dedicado a san Esteban, está documentado desde el año 868, cuando el abad Atilio, junto a otros miembros de la comunidad monacal, realizaba una donación de bienes procedentes de la casa de Sant Andreu a favor de la parroquia de Sant Vicenç de Oveix, a la que quedaba vinculado durante un corto periodo de tiempo. Poco después recibía diferentes donaciones, primero por parte del conde Llop y, más tarde, en 892, el lugar de Espluga de Baiarri de manos de los condes Borrell y Ermengarda. A lo largo del siglo x el monasterio registró una intensa actividad que le permitió consolidar su posición de influencia y poder sobre la zona, aprovechando su ubicación en el paso natural de Collegats entre los dos condados de Pallars. Esto quedó reflejado en el incremento de donaciones de bienes, como las registradas en 973 cuando el conde Ramon de Pallars cedió el pueblo de Sossís, cercano a Claverol, junto a todos sus dominios, posesiones, diezmos, primicias y habitantes al cenobio benedictino. Años más tarde, en 976, en presencia del obispo Guisad de Urgell y otros jueces de la Iglesia, el mismo conde y su hermano Sunyer, devolvían al monasterio la parroquia de Espluga de Teodor. A lo largo del siglo x y comienzos del xi, se produjo la separación entre el monasterio de Sant Pere de Les Maleses, con el abad Isarn al frente, y la parroquia de Oveix, comandada por el abad Baró, hecho que quedó registrado en un documento de 1010. A mediados del siglo xi, como consecuencia de diferentes convenios con los condes de Pallars, el cenobio será objeto de diferentes permutas de bienes y posesiones, acabando finalmente en poder del condado de Pallars Sobirà. Años más tarde fue el propio conde Artau I quien vendió a Ramon Bertran y su esposa Guisla el castillo en honor a Sant Pere de les Maleses por una cantidad de cuarenta onzas de Barcelona. De nuevo, entre 1093 y 1094 aparece documentado el monasterio con motivo de diferentes ventas de los condes Artau ii y Eslonça o en una donación de los condes Artal y Ramon. El monasterio de Sant Pere figura históricamente primero como cenobio independiente y después como priorato del monasterio de Gerri de la Sal. Aunque su dependencia a este último no ha podido determinarse con exactitud, debió suceder a lo largo del siglo xi, pues las referencias documentales que se conservan sobre Sant Pere hablan del cargo de prior y no de abad a partir de entonces. Según se desprende de la propia documentación de archivo de Gerri, en la que se cita la sujeción a Saint-Victor de Marsella, y en donde aparece mencionada una iglesia en honor a san Pedro, algunos autores han relacionado ésta con la iglesia del monasterio de Les Maleses. En cambio, otros historiadores como J. Villanueva o A. Coy i Cotonat mantienen, de acuerdo con R. d’Abadal, que el monasterio ya estuvo anexado al de Gerri desde el año 868 debido a la falsificación documental acaecida en el mismo a finales del siglo xi, que contemplaba, entre otros, una nueva versión del documento del abad Atilio en el que se incluía el monasterio de Gerri en la donación de bienes hacia la parroquia de Oveix, y por consiguiente su vinculación al cenobio de Sant Pere de Les Maleses. Se tiene noticia de que , en 1230 el prior Berenguer empeñó un par de cálices de plata por cien sueldos al abad Frèdol de Gerri.

En el siglo xvii, a raíz de la apertura del paso por el Congosto de Collegats, el monasterio de Les Maleses empieza a registrar un pronunciado declive que lo llevó al abandono y la ruina. Ya en el siglo xix, había quedado reducido a un pequeño santuario de importante devoción que, aún así, fue abandonado de manera progresiva. En la visita realizada en a comienzos del siglo xx por Ceferí Rocafort, éste constataba su mal estado de conservación, y la desaparición de gran parte de la capilla y muros del resto de dependencias. Desde entonces  el antiguo cenobio el estado de ruina no ha hecho sino acrecentarse con los años.

 

El conjunto edilicio destaca por estar construido aprovechando un abrigo natural rocoso orientado de Este a Oeste, el cual fue ampliado en su día excavando la propia pared, a la manera de Sant Vicenç de Pinsent o Sant Miquel del Fai. Dicho conjunto está formado por una pequeña iglesia situada en el extremo oriental y un grupo de dependencias monacales abiertas en su costado meridional, bajo la roca, aprovechando ésta como techo de las mismas. También existen algunos restos de edificaciones de carácter auxiliar entre el cenobio y el curso del río, pero la espesa maleza impide la identificación y estudio de las mismas.

 

La iglesia, de pequeñas proporciones, debió de tener una sola nave de planta rectangular y una cabecera formada por un ábside principal y un pequeño absidiolo lateral situado entre el primero y la roca, ambos de planta semicircular y cubiertos por sendas bóvedas de cuarto de esfera. En el principal se abren un par de ventanas, ambas de doble derrame, una de ellas centrada en el muro y con arco de medio punto formado por dovelas de piedra toba, mientras que la otra, en el lado sur, está muy deteriorada. También el absidiolo presenta los restos de una ventana de doble derrame, de menores proporciones, en gran parte desfigurada por la presencia de un orificio en el paramento. A la altura del arco presbiterial que enmarca el ábside principal se aprecian los restos de un muro de apenas 1 m de altura que cerraban dicho espacio absidal. El muro oeste de la iglesia ha desaparecido totalmente, y del muro sur que es la fachada exterior del edificio, tan sólo se conserva una parte completamente invadida por la vegetación. Es por ello que, los diferentes elementos presentes en dicho costado del templo, según Puig i Cadafalch, como son la puerta de acceso principal, con dos columnas y una arquivolta, y dos ventanas, no sean visibles en la actualidad.

 

A continuación de la iglesia, los diferentes ámbitos quedaban delimitados mediante una serie de muros divisorios perpendiculares al costado sur, que determinan dos grandes espacios intermedios seguidos de al menos cuatro estancias en el extremo oeste, de menores proporciones, abiertas hacia el costado sur, y cuya función exacta resulta difícil concretar. El acceso a los espacios intermedios se realizaba a través de una puerta todavía identificable. Además, se conserva una ventana de un solo derrame a escasa distancia, a la que le falta la parte superior.

 

Existe una notable diferencia entre el tipo de materiales utilizados en la iglesia y el resto de la construcción monacal. Mientras que en el templo se utilizó un aparejo compuesto por sillares regulares, sin pulir y dispuestos en hiladas ordenadas, en las ventanas, los arcos, así como en las bóvedas absidales, se usó piedra toba de corte más preciso que en el resto de paramentos. Por su parte, en el resto de muros del conjunto, a diferencia de la iglesia, predomina el sillarejo, mucho más irregular y de distintos tamaños, con las diferentes caras sin pulir.

 

El monasterio de Sant Pere muestra diferentes características tipológicas propias de la arquitectura troglodítica, a la manera de otros hábitat cercanos, como el conjunto troglodítico de Sorta, el de Esplugallonga o el de Espluguell, cercanos al pueblo de Serradell, en el Pallars Jussà, en un intento de adaptación a las características propias del terreno mediante una disposición longitudinal, rehuyendo de los esquemas claustrales más utilizados en su época, aunque quizás entre las construcciones anexas pudiese contarse con un patio o claustro a la manera tradicional. Se ha datado este conjunto a caballo de los siglos xi y xii.

 

Texto y fotos: David Antonio Rico

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, p. 462; Sànchez i Vilanova, L., 1984.