Iglesia de Sant Feliu (o Sant Sebastià) de Monars

Para llegar hasta el lugar de Monars hay que tomar, en Oix, la carretera comarcal que se conoce como “Camino de Oix a Beget”. A su término, en la población ya ripollesa de Beget enlazamos con la carretera GIV-5223 que sigue hasta Camprodon. Entre los kms 8 y 9 nace una pista forestal, al lado de un depósito de aguas para el control de incendios, que nos lleva por la sierra Llarga hasta el estanque de Monars. Desde allí un pequeño camino, bien indicado aunque largo (1 hora), desciende por dicha sierra hasta la iglesia de Sant Feliu (o Sant Sebastià) de Monars.

Aunque el lugar de Monars está documentado desde finales del siglo x, la iglesia no aparece citada hasta el año 1064, en un documento por el que una dama llamada Arsendis dona a Sant Pere de Camprodon un alodio de la parroquia de Sant Cristòfol de Beget que lindaba con el camino a la iglesia de Sant Feliu de Monars. Dicha advocación parece ser la originaria del templo, que modernamente también es conocido como Sant Sebastià. En 1094 reaparece como afrontación de una donación a Sant Pere de Besalú de Arnau Arnall. En las Rationes Decimarum de la diócesis de Girona de los años 1279-1280 aparece citada la ecclesia de Monaris o Monariis.

La iglesia de Monars es de nave única, con ábside cuadrangular, sin que éste se diferencie en el exterior. Tanto la nave como el ábside se cubren con una bóveda de cañón ligeramente apuntada y se conectan por medio de un pliegue del muro. Ambas bóvedas arrancan de una cornisa interior con perfil de caveto que se prolonga a lo largo de los muros laterales. En el muro norte se ha abierto un paso a un edificio adosado a posteriori, posiblemente como sacristía, que es la única construcción añadida que rompe con las líneas originales del edificio románico.

El templo presenta varias aberturas. En primer lugar hay que mencionar la que perfora el muro sur del ábside, consistente en una ventana de doble derrame con dintel semicircular monolítico en el exterior. En la misma cabecera, en lo alto del muro este, hay un óculo practicado muy posiblemente a posteriori. La otra ventana del templo la contemplamos en el muro oeste, con las mismas características que la ventana absidal. Por último, la portada de acceso al interior se abre en el lado sur de este templo y presenta un arco de medio punto de dovelas bien labradas sobre cimacios decorados con una moldura de cuarto de bocel con una hendidura lineal, así como un dintel y tímpano lisos.

En cuanto al aspecto exterior, las fachadas norte y sur están rematadas con una cornisa de caveto bajo el alero que sostiene la cubierta de losas de pizarra. El paramento es de sillares de piedra caliza, de dimensiones irregulares, dispuestos en hiladas a soga y tizón, que configuran un muro de más de un metro de espesor. Este templo encaja con la arquitectura rural de la Garrotxa y el condado de Besalú entre finales del siglo xii o principios del siglo xiii. Hay que señalar, por último, que la cubierta del ábside se ha desplazado y ha tenido que ser apuntalada, así como que la cubierta del templo aparece cubierta de vegetación, por lo tanto, el estado de conservación del edificio no es el más deseable.

Texto y Fotos: MARCOS OJOSNEGROS MARÍN – Planos: FRANCESC XAVIER LLAGOSTERA GELIS

BIbliografía

Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 278-279; Rius i Serra, J., 1946, pp. 76, 89; Sala i Canadell, R. y Puigdevall i Diumé, N., 1977, p. 83; Sala i Canadell, R., 1978, pp. 88-89; Monsalvatge i Fossas, F., 1889-1913, II, XII, XVII; Murlà i Giralt, J., 1980, pp. 155-194; Murlà i Giralt, J., 1983; Marquès i Planagumà, J. M., 1984, pp. 23, 47, 59, 82-83, 141.