Ermita de Sant Andreu de Ruïtlles

La iglesia de Sant Andreu de Ruïtlles, actualmente sin culto, se encuentra en una propiedad privada situada en el sector sur del término municipal de Mieres. Se llega al lugar tomando, en la carretera GI-524, el desvío que conduce al vecindario de la Cellera. A continuación, debe seguirse por una pista asfaltada unos 2 km, hasta llegar a un camino que nos conduce a la finca donde se encuentra la iglesia. 

Parece que el lugar fue colonizado por los monjes del cenobio benedictino de Sant Esteve de Banyoles. De hecho, conocemos documentación del siglo xi, en concreto una bula del papa Benedicto VIII de 1017 (confirmada posteriormente por otra bula de Urbano II de 1097) donde se cita  Sancti Andrea in Rovilias entre las posesiones del citado monasterio. Otra bula papal, la de Alejandro III de 1174, ratifica de nuevo la posesión. En el siglo xiv aparece en diversos documentos notariales. Ya en el siglo xviii, a pesar de haber sido reformada la planta inicial del templo, consta que perdió su condición de parroquia debido a la despoblación, para pasar a ser sufragánea de Sant Pere de Mieres. Desde la adquisición de la finca donde está ubicada la ermita por su actual propietario ha dejado de celebrarse la romería anual.

Se trata de una construcción de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón, y muy modificada, como hemos dicho, en el transcurso del tiempo. El ábside es semicircular, con bóveda ligeramente apuntada y una ventana aspillerada en la parte central, cegada desde el interior del edificio, situado en el lado de levante. En el muro sur se adosó la sacristía y se intuye bajo la pintura una abertura que correspondería a la puerta inicial románica. 

La puerta de entrada, adintelada y con una inscripción de 1798, se encuentra a poniente. Encima se abre un ojo de buey y asentado sobre el extremo suroeste se encuentra el campanario de estructura octogonal, rematado en cúpula de época moderna, levantado con ladrillos. El cerrojo conservado en la puerta de la iglesia parece de época románica. Cabe destacar su ornamento con motivos geométricos, que lo diferencian de sus coetáneos, ya que no está acabado con una cabeza zoomórfica.

El aparejo corresponde al habitual en las iglesias rurales románicas del siglo xii, a base de piedras pequeñas, apenas desbastadas, dispuestas en hiladas uniformes. Por ello podemos pensar en una datación alrededor del siglo xii pero con modificaciones estructurales en el siglo xviii.

Texto: MONTSE JORBA I VALERO – Planos: JOAQUIM GALLART FIGUERA

Bibliografía

Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 257-258; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XI, pp. 267, 364, 507, XII, p. 244, XVI, p. 209; Murlà i Giralt, J., 1980, p. 40; Murlà i Giralt, J. y Teixidor i Santaeulària, J., 1999, p. 17.