EL EDIFICIO, YA SIN CULTO y en incipiente ruina, es de mampostería de pizarra revocada, con cubierta del mismo material. La maleza que gradualmente la va cubriendo dificulta su observación, especialmente en el lado norte, donde llegan a verse algunos restos de otros muros. Consta de cabecera cuadrada y una sola nave, con espadaña que se eleva sobre el arco triunfal y a la que se accede a través de una escalera exterior. En el muro de mediodía, bajo un sencillo pórtico de madera, se halla la puerta de ingreso al interior. Es una construcción sumamente popular, lo que dificulta su adscripción estilística y cronológica, aunque nos parece que es una reedificación llevada a cabo hacia el siglo XVII, conservando como único elemento medieval la portada, que podemos considerar además como románica. Situada a ras de muro, se articula dicha portada con sencillo arco doblado, con la rosca interior de medio punto, lisa, y la exterior ligeramente de herradura, con escueta decoración compuesta por bocel tradosado por mediacaña rellena de medias bolas. Descansa el dovelaje sobre una imposta de listel y nacela separados por canalillo en V, apoyando directamente sobre las dobles pilastras. Parece ser esta portada el único elemento de sillería de todo el edificio, aunque está revocada. En cuanto a su cronología, la simplicidad de su composición y los apoyos de simples pilastras parecen hablar de un momento muy tardío, posiblemente ya de inicios del XIII. Incluso es muy posible que sea una pieza totalmente remontada, como parece deducirse de la distinta traza de sus dos arcos. Por otro lado, la tendencia a la herradura de la arquivolta exterior habría que atribuirla más bien a una falta de habilidad de los canteros que a unas referencias arcaicas. Finalmente, aunque sin vinculación románica alguna, cabe hacer referencia a una de las dos campanas que se conservan, de época tardogótica, con una inscripción en los típicos caracteres de la época y con relieves de San Miguel y el dragón, la Virgen con el Niño, bajo doselete, y dos leones pasantes flanqueando un castillo. Una pieza bastante excepcional dada su antigüedad y en grave riesgo de desaparición.