Castillo de Rúbies

Al Este de la sierra del Montsec se alza el Montsec de Rúbies, montaña que adopta el nombre del caserío en el centro del cual se encuentra el castillo. Desde Santa Maria de Meià arranca un camino forestal señalizado en sentido noroeste que, tras unos 10 km obviando los caminos laterales, llega al castillo.

Aunque se tiene noticia de las iglesias de Rúbies ya en el siglo xi, la primera vez que aparece documentado el fuerte es en 1137, cuando se cita que Santa Maria de Meià poseía la iglesia del castillo de Rúbies, entre otros derechos. El siguiente dato consta en 1290, momento en que el convento de Santa Maria de Meià se convertía en señor jurisdiccional de la fortaleza tras la donación de Bernat de Montalt de todo lo que tenía en el pueblo. En el tratado de Roig i Jalpí de 1668 se puede leer que “En el lugar de Rubies, hay un Castillo, que oy està derruydo, con una Torre grande habitable, quadrada” la pared oriental de la cual es el único elemento que hoy se conserva.

Esta torre de vigía, con dos casas adosadas a cada lado, fue reutilizada y transformada en vivienda y hoy se encuentra en estado de ruina. En la pared que queda en pie, que mide unos 9 m de altura, se pueden apreciar tres niveles, de los que el inferior cuenta con una aspillera y el segundo con tres. El interior posee una planta trapezoidal de 5,5 m por 3,8 m por 6,9 m por 4,35 m con un grueso de muro de 80 cm, realizado con sillarejo ligado con argamasa y un relleno de tapial. En la esquina norte hay una abertura cuadrangular que permite ver el interior y la planta de la casa en ruinas, ya que la fachada oeste, donde se sitúa el acceso moderno de la construcción, está rodeada de vegetación.

Por la documentación y en comparación con otras torres edificadas con técnicas constructivas similares, se ha situado cronológicamente entre los siglos xii y xiii.

Texto y fotos: Raquel Cardona Segura

Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 340; Roig i Jalpí, G, 1668, p.107.