Santa Maria de Sapeira
Iglesia de Santa Maria de Sapeira
Sapeira es una población situada en la cresta de la pequeña sierra de Raurella, que separa los valles de Esplugafreda y del Solà, y desde donde se disfruta de amplias vistas sobre los barrancos de Llepós y de Canarill. El origen etimológico de su nombre proviene de la catalanización de la expresión latina illa petra (la roca) que dio lugar a ipsa peira (poblado situado en lo alto de una montaña). Curioso es el caso parecido del cercano pueblo de Sopeira, sub petra o sots peira, situado en una zona de llano, bajo una gran roca, en donde se encuentra el monasterio Santa María de Alaón. Se llega a Sapeira por un camino asfaltado que se toma hacia el Este desde la carretera N-230, a la altura de Orrit.
Las primeras noticias documentadas sobre el lugar de Sapeira guardan relación, precisamente, con el monasterio de Alaón. En 974, se menciona una pequeña villa, así como diferentes posesiones del cenobio, situadas en el valle de Orrit, en un apéndice de Sapeira. Veinte años más tarde, se cita la villa de Peri, en el valle de Orrit, que autores como Rubió i Lois creen identificar con esta población. Por tanto, el castillo de Sapeira, documentado a partir del siglo xi, se habría creado con posterioridad a la existencia en el lugar de un núcleo habitado. El nacimiento y consolidación de un nuevo linaje, el de los señores de Sapeira, comportaría, también, la construcción y dotación de una iglesia como la de Santa Maria, el desarrollo de sus rentas parroquiales o el proceso de compra-venta de distintos territorios y posesiones. Guiu de Sapeira se enfrentó en 1078 en un litigio acerca de un alodio en Sant Esteve de Barreda con el obispo Ramón Dalmau de Roda, representante de los intereses del cenobio de Alaón, el cual, finalmente, se decidió a favor del monasterio en 1091, aunque el señor de Sapeira mantuvo la condición de feudatario sobre el mismo. En 1083 Rodla legó al monasterio de Gerri una cantidad importante de bienes y alodios, algunos de los cuales ubicados en Sapeira. Esto provocó constantes disputas entre sus herederos, como Rodla Ramon y sus sobrinos, con el obispo de Roda. Posteriormente, para obtener la protección del obispado ribagorzano, Gervasi, hijo de Rodla y de Gil·la de Sapeira, hizo donación en alodio de la iglesia de Santa Maria, así como de sus derechos y pertenencias –incluido Miró Bernat destinado al castillo– al obispo Ramon Dalmau, mediante un acuerdo cerrado en 1091. La vinculación de la iglesia de Sapeira con el monasterio de Alaón no llegó a ser tan duradera como la existente con los señores del lugar. A finales del siglo xii, Bernat de Sapeira llegó a ser abad de Santa María de Chalamera.
La actual iglesia parroquial de Santa Maria de Sapeira es un edificio que ha sido enormemente alterado a lo largo de los siglos, y que está configurado por una sola nave de planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón de perfil apuntado con dos arcos fajones ligeramente apuntados. Adell ha propuesto que, originalmente, la cabecera debió de estar compuesta por un ábside semicircular, que fue sustituido por un cuerpo rectangular que desempeña la función de sacristía. Del ábside original no se ha conservado nada que permita corroborar dicha hipótesis. Como parte de las reformas realizadas en el templo, se añadieron dos capillas laterales en el muro norte y una en el sur, todas ellas de planta cuadrangular. En el centro del muro sur, entre uno de los dos contrafuertes que refuerzan este paramento y la capilla mencionada, se abre la puerta de acceso. Conserva dos arcos suavemente apuntados con arquivolta en degradación, con una chambrana exterior que arranca, como los arcos, desde una imposta en bisel. Con posterioridad debió de añadirse un arco interior más pequeño, que arranca desde un punto más bajo de la jambas. La fachada oeste es lisa, presenta una alargada y estrecha ventana en su parte superior y sobre su esquina sur se alza una torre campanario moderna. Su dispar paramento es fiel testimonio de varias reformas a las que ha sido sometida con los años. Tuvo adosada una estructura arquitectónica, desde la que se accedía al coro elevado en los pies del templo por una puerta elevada, que hoy en día está cegada y cuyos vestigios se pueden observar en el paramento.
Los diferentes muros de la iglesia están realizados con sillares regulares, bien escuadrados y pulidos, dispuestos en hiladas ordenadas y uniformes. Este cuidado aparejo contrasta con el irregular sillarejo utilizado en algunas de las partes añadidas con posterioridad. En otras, como en la capilla sur, el material es idéntico al empleado en el edificio original, lo que puede ser indicio de la reutilización de sillares. Se ha datado la construcción de esta iglesia a caballo entre los siglos xii y xiii.
Texto y foto: David Rico Tortosa - Planos: Manel Castellnou Perucho
Bibliografía
Bertran i Roigé, P., 1977, pp. 77-94; Lledós i Mir, M., 1917 (1977), pp. 193-196 y 568-570; Miquel Rosell, F., 1945-47, I, pp. 60-62 y 64-66; Puig i Ferreté, I. M., 1981, pp. 275-277.