Identificador
09514_05_006
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 0' 28.67'' , - 3º 26' 11.97''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Cubillos de Losa
Municipio
Junta de Traslaloma
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
SE CONSTRUYÓ EL TEMPLO a base de sillería y mampostería arenisca, con cabecera cuadrada, a cuyos costados norte y sur se adosan respectivamente una capilla y la sacristía. La nave está precedida en el lado meridional por un pórtico, que resguarda la portada y el acceso al campanario, que está constituido por una espadaña adosada al esquinal suroeste del templo. De todo esto podemos considerar obra románica la espadaña -siempre con las dificultades que hay para catalogar este tipo de estructuras-, parte de los muros de la nave y algunos sillares y piezas reutilizados en la cabecera. La espadaña, como acabamos de decir, es prolongación del hastial de la nave hacia el mediodía y así debió ser desde el origen, constituyendo hoy el cierre occidental del pórtico. Está levantada a base de mampostería, con los esquinales y vanos de sillería, contando con dos cuerpos, el inferior de algo mayor espesor, prismático y macizo, rematado por una imposta de listel y chaflán que da paso al cuerpo de campanas, con dos troneras de medio punto sobre las que se eleva el remate triangular. No cabe duda de que estamos ante un campanario cuya tipología fue creación del estilo románico, pero como ocurre en muchos otros casos, la ausencia de elementos más definitorios, unido a la secular perduración del modelo, no permite asegurar que date de este momento. Quizá las profundas reformas que sufrió el templo también pudieron afectar a su estructura, aunque igualmente es posible que por ser independiente del templo pueda haber sobrevivido sin mayores problemas. En definitiva existen los mismos motivos para considerarla románica como posterior. De la caja de muros permanece en pie de época ro mánica la mitad oriental del muro norte de la nave, siendo evidente un derrumbe que afectó al resto del paño, que debió ser reconstruido. Este fragmento de lienzo -que hoy queda dentro del cementerio- es de sillarejo, conservando en la coronación la primitiva cornisa de listel y chaflán y seis canecillos muy fragmentados que parecen todos de proa de nave. En el lado sur se conserva asimismo otra parte original, ahora de sillería, correspondiente a todo el extremo occidental, apreciable sólo desde el acceso al campanario. Al margen de estos testimonios constructivos, cabe reseñar que en la cabecera del templo, reconstruida en época moderna, se hallan insertados seis canecillos, distribuidos en la parte superior de los muros, aunque sin relación con la cornisa. Uno se encuentra en el lado norte (de triple nacela escalonada), tres en el oriental (dos de triple nacela y otro con una cabeza monstruosa, de rasgos antropoides, barbada, con ojos hundidos y cabello puntiagudo) y dos en el de mediodía (una cabeza muy similar a la anterior y otra igualmente de rasgos antropoides, con musculado cuello, sin barba, mirando hacia un lado y cubierta por un casquete). De estas piezas, las de triple nacela están talladas en arenisca, mientras que las cabezas son los únicos elementos de todo el conjunto que se labraron en piedra caliza blanca. Esta misma circunstancia parece poner de relieve la existencia al menos de dos escultores destacando la maestría del que labró esos tres rostros monstruosos, cuyos ojos rehundidos recuerdan a alguno de los canes de San Nicolás de El Almiñé, que sin embargo no parecen obra del mismo artífice. En el testero de la cabecera se reutilizaron numerosos sillares románicos, algunos con marcas de cantero y otros con una serie de rayas verticales paralelas -o en ocasiones oblicuas-, en número de cinco, nueve y once. Da la impresión que se trata de algún tipo de numeral, aunque desconocemos su función. Pasando al interior del templo, encontramos los muros totalmente revocados, aunque el conjunto es ya obra muy tardía, de hacia los siglos XVII o XVIII. Sin embargo los nervios de la bóveda de crucería de la cabecera apoyan en dos ménsulas que no son sino dos capiteles tardorrománicos reutilizados, decorados del mismo modo: sencillas hojas planas angulares que rematan en bolas, con un motivo geométrico triangular en el centro.