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Vano en el ábside

Identificador
50135_01_026n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 18' 39.54'' , -1º 13' 17.07''
Idioma
Autor
Jorge Arruga Sahún
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de la Virgen de la Leche

Localidad
Layana
Municipio
Layana
Provincia
Zaragoza
Comunidad
Aragón
País
España
Descripción
Se trata de un conjunto que se mantiene en pie por fortuna de la buena calidad de sus fábricas, ya que no ha sufrido apenas modificaciones con posterioridad a su construcción, salvo la apertura de un nuevo acceso en el muro meridional, de dimensiones muy similares al original y realizado a base de un sencillo dintel. De hecho, ni tan siquiera se aprecian mejoras en lo relativo a la zona de cubiertas, las cuales están en la actualidad completamente recubiertas de una gruesa capa de tierras y maleza, en proceso de franco deterioro, y quedando especialmente expuesta la zona de los pies, en la cual se hacen perfectamente visibles gruesas grietas que amenazan la estabilidad del conjunto. Otro elemento que se interrumpe al finalizar la zona del ábside son los contrafuertes de piedra sillar en la zona del lienzo meridional, si bien en el lado de septentrión prosiguen en toda su longitud. No obstante, de haberse llevado a cabo intervenciones en la fábrica original, parece muy probable que éstas no distasen mucho en el tiempo del levantamiento original, ya que tanto la técnica como la labra de la piedra son muy similares. El edificio de la ermita se encuentra aislado, en la zona alta de un pequeño promontorio que domina la llanura circundante, aproximadamente a un kilómetro del pueblo de Layana. Se trata de una construcción de planta rectangular con un remate semicircular correspondiente a la zona del ábside. Mide 19,2 m entre el extremo de la zona absidal y los pies. Por su parte, la anchura de la ermita alcanza los 7,1 m en la zona de mayor desarrollo, si bien en otros puntos de la edificación esta medida se reduce ligeramente hasta oscilar en torno a los 7 m. La doble portada, la cual es el único elemento que rompe con el muro de sillar liso en todo el conjunto, se sitúa en el muro sur, aproximadamente en la mitad del mismo. La zona de acceso correspondiente al arco de medio punto tiene 1,4 m de anchura, siendo su pareja adintelada algo mayor, con una anchura total de 1,5 m. En cuanto a los vanos que rompen con la uniformidad del conjunto, son prácticamente inexistentes. En la zona meridional tan sólo hay una estrecha aspillera próxima a las dos portadas de entrada; por su parte a los pies se abre una estilizada ventana de medio punto de apenas veinte centímetros de anchura al exterior, en la actualidad, además, parcialmente tapiada por piedras irregulares. El ábside continúa con la misma tónica de hermetismo mural, abriendo un hueco que apenas si puede ser considerado como ventana, descentrado con respecto al eje de la iglesia, situación que se repite en toda la longitud del lienzo septentrional, el cual queda cerrado por completo al exterior. No obstante, esto no parece haber sido así en origen, ya que se aprecian restos de una antigua entrada en la zona septentrional del edificio, si bien en la actualidad se encuentra clausurada. La homogeneidad en cuanto al trabajo de la piedra sillar es notable, destacando únicamente el mayor tamaño de los bloques de las esquinas y de refuerzo de vanos, muy probablemente como resultado de la experiencia de los maestros canteros frente a las mayores solicitaciones estructurales de dichas zonas que por corresponder a momentos históricos diferenciados. El sillar tipo que se encuentra en la ermita tiene unos 35 cm de altura, si bien hay ejemplares que difieren ligeramente de esta medición estándar, sobre todo en las zonas próximas al arco de medio punto de la portada de acceso, en la cual el tamaño de las piedras disminuye y pierde su regularidad hasta devenir en sillarejo mal aparejado que contrasta con el cuidado trabajo de escuadría y colocación del resto de la fábrica. Los únicos elementos decorativos que destacan en la totalidad de la edificación son las impostas del arco de medio punto de la portada principal, decoradas a base de motivos vegetales y geométricos, y los breves modillones de la zona superior del lienzo sobre los que apoya una moldura corrida, que contrastan con la sobriedad del resto de la ermita. Especialmente significativas son las mencionadas impostas, ya que el trabajo del friso de palmetas inscritas de la occidental y los motivos estrellados en espiral enmarcados por roleos de la oriental fueron labrados con esmero. Estos elementos son casi los únicos referentes a la hora de buscar pistas acerca de la época de realización del templo. En su sencillez, la fábrica recuerda a otras obras de Cinco Villas, como la estancia abierta en la parte occidental de la iglesia Inacabada de El Bayo, que se supone anterior a la edificación finalmente interrumpida. El repertorio ornamental recurre a temas propios del pleno románico, ciertamente evolucionados. Por tanto, es admisible una datación en pleno siglo XII. Quizá esta modesta construcción de Layana y la de El Bayo sean testimonio de un tipo de edificación eclesial rudimentaria generalizada en la comarca, que sería sustituida por los grandes templos tardorrománicos. No se aprecian marcas de cantero o inscripciones destacables en ninguna de las zonas de la ermita, ni tan siquiera relativa a cruces de enterramiento como suele ser habitual en otras edificaciones de la época.