LA IGLESIA DE SAN VICENTE se encuentra en la Regla de Naviego y es el edificio más destacable del conjunto de templos existentes en esta zona del concejo de Cangas. Se trata de un territorio delimitado por la vega del río Naviego y el paso hacia León por el puerto de Leitariegos, en el que existen una serie de edificios con características comunes y bien diferenciadas de las que presentan los restantes templos del románico cangués. Las diferencias estriban, principalmente, en la proyección de la cabecera, que se compone de un tramo recto abovedado de considerables proporciones y cubierto por bóveda de cañón con frecuencia apuntado, que arranca de una marcada línea de imposta, y del ábside semicircular que, como es habitual, se cubre con bóveda de horno, también sobre imposta pronunciada. Un rasgo distintivo del grupo es la cubrición abovedada de la nave, que en este caso alcanza gran tamaño y adopta una disposición apuntada, acusando, como la bóveda del presbiterio y las trazas del arco triunfal, la cronología avanzada de la construcción, que muestra estrechos paralelismos con el templo de Monasterio de Hermo. La ornamentación, como en todas las iglesias de la zona, es escasa o nula, si bien los capiteles del arco triunfal presentan unas bolas que concuerdan con la línea de las impostas. En el exterior, la portada repite nuevamente el esquema ya comentado en otros templos cangueses que enmarcan el vano con un alfiz. Éste en Naviego realza las trazas de ojiva del arco de ingreso, acordes con las de los elementos constructivos comentados en el interior. Para terminar es preciso reseñar una interesante talla de madera, de pequeño tamaño, que representa la figura de San Vicente obispo, que, aunque acusa no pocos convencionalismos medievales de tradición románica, es preciso situar en el marco cronológico y estilístico del arte gótico