Santa Maria de Montlleó
Iglesia de Santa Maria de Montlleó
La antigua iglesia de Santa Maria de Montlleó se encuentra en el lado oeste de lo que fue el asentamiento medieval de Montlleó, fuera de su recinto fortificado. Desde Àger se llega siguiendo la carretera C-12 que va a Balaguer y sube al puerto. Desde arriba una pista de tierra que lleva al repetidor cruza los campos y se acerca a las crestas, en donde está el antiguo poblado, a casi 1000 m de altitud.
Las noticias documentales existentes son escasas, pero se sabe que la iglesia dedicada a santa María debió de construirse tras el acuerdo al que llegaron Bernat de Àger, el dueño del lugar en 1173, y el abad Ramon de Sant Pere, que le reclamaba la mitad del diezmo. Tras intercambiarse algunas posesiones y derechos resolvieron que ego Bernardus hedificavero ibi ecclesiam. A cambio el abad se comprometió a poner un clérigo en Montlleó. El templo funcionó como ermita dependiente de la parroquia de Sant Vicenç de Àger, junto con la iglesia de la Trinitat de la Régola, la de la Mare de Déu de Pedra y la de Santa Helena, que están igualmente diseminadas a las afueras del pueblo y a las que se sabe que se acudía, según documentos del siglo xv, uno de los sábados del mes de mayo para bendecir el término.
Se trata de un edificio pequeño y sencillo, que tenía un ábside semicircular y una sola nave cubierta con una sencilla bóveda de cañón que se debió techar en el exterior a dos aguas. Actualmente se encuentra en un estado de ruina y sólo se mantienen en pie el muro del ábside, la parte inferior del lienzo de poniente y un fragmento importante del meridional, en el que se puede apreciar el arranque de la desaparecida bóveda. La puerta, de la que sólo persiste el hueco en la pared, estaba en el lado meridional, cerca de la cabecera. En ese mismo muro, pero a los pies del templo, quedan los restos de un contrafuerte que es posterior a la obra románica ya que debió apuntalar el edificio cuando empezó a desplomarse. Los muros eran gruesos y estaban formados por sillarejo, bastante irregular, combinado en ocasiones con mampostería, y dispuesto de manera desordenada, excepto en el paramento exterior del ábside.
Aunque la factura general del templo es bastante tosca, se suele datar a finales del siglo xii.
Texto y fotos: Juan Antonio Campos
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 158; Fité i Llevot, F., 1985, p. 390; Sanahuja Vallverdú, P., 1961, pp.170 y 249; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, pp. 392-393;