Identificador
33315_03_009
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
María Fernández Parrado
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Oles
Municipio
Villaviciosa
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
AISLADA DEL CASERÍO y con el mar como fondo, la antigua iglesia de San Félix de Oles, que actualmente está cerrada al culto y con las funciones parroquiales trasladadas a una nueva construcción más próxima al pueblo, es un edificio de considerables dimensiones en el que, a pesar de las numerosas reformas y reconstrucciones, todavía se conservan algunos elementos de su primitiva fábrica tardorrománica, erigida probablemente en los últimos años del siglo XIII o principios del XIV. El oscurantismo característico de las fuentes medievales es total en el caso que nos ocupa, a no ser que por aquel entonces fuera conocida con diferente denominación. El hecho es que como hoy lo conocemos no aparece citado hasta 1385-1386 en la Nómina de parroquias de la diócesis de Oviedo recogida el Libro Becerro de la catedral, donde se dice al respecto, que San Feliz de Oles húsanla apresentar padrones herederos. Es capellán della Alvar Gutierrez e beneficiado Iohán Alfonso, entre los cuales se repartían los diezmos y procuraciones que corresponden a esta capellanía. Actualmente en proceso de restauración, el antiguo templo de Oles, de nave única y cabecera cuadrada, siguiendo las trazas originales aunque modificadas en cuanto a las dimensiones de la nave, conserva de la primitiva construcción la parte de la cabecera, con su sencillo arco triunfal formado por un arco apuntado con las roscas dobladas y apoyado sobre las impostas de las que parten las jambas acodilladas, todo ello sin ningún tipo de decoración, siendo la tónica predominante la desornamentación. En el interior de la capilla, cubierta con bóveda de cañón apuntado, que parte de una línea de imposta lisa, la estructura mural sólo aparece animada por la estrecha saetera de derrame interno que se abre en el centro del testero. La nave, modificada en sus dimensiones longitudinales en alguna de las intervenciones efectuadas a finales del siglos XVIII, momento en que se construyó la monumental espadaña que remata el imafronte, conserva algunos de los puntos de luz originales, aspilleras de derrame interno como la que se abre en el muro norte. En el exterior, algunos canecillos lisos de los aleros de la cabecera y la nave, y las dos portadas, abierta una en la fachada occidental y otra en la meridional, son los únicos vestigios que restan de la construcción tardorrománica. Estas dos portadas, muy semejantes entre sí, se componen de un arco apuntado, envuelto en guardapolvo liso y apoyado sobre impostas troncocónicas, toscamente decoradas a base de rudimentarias hojas lanceoladas, entre las que se sitúan perlas, en una interpretación muy simplificada de los repertorios difundidos durante el románicos pleno.