Identificador
09212_02_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
-3º 13' 44.9" 42º 49' 25.25" ,
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Herrán
Municipio
Valle de Tobalina
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA CONSTRUIDA PRINCIPALMENTE durante el siglo XVI en una de las partes más elevadas del caserío, es indudablemente una de las mejores y más monumentales del Valle de Tobalina. Interiormente aparece perfectamente iluminada, amplia y bien conservada tras una reciente restauración. Su planta consta de una nave de tres tramos a la que se abrieron capillas y un ábside poligonal. El último tramo de la nave es la parte más antigua del edificio que fue construida con gruesos muros de mampostería, como así se manifiesta en el acusado derrame interior del ventanal abierto a los pies, cubriéndose ahora con bóveda de crucería sencilla. Adosados a ambos muros, se conservan dos columnas románicas con sus respectivas impostas que corresponden a la vieja fábrica tardorrománica. Sólo uno de los capiteles está decorado -el otro es liso- representando en un vértice de la cesta a dos cuadrúpedos que afrontan sus cuerpos en una sola cabeza y en el otro un ave de forma muy esquemática. Ambos están labrados por la mano de un escultor muy local que ha realizado un trabajo ciertamente tosco. De época medieval es también una estela discoidal con líneas incisas que se encuentra colocada a los pies de la nave y que fue hallada durante las recientes obras de restauración del templo. El siguiente tramo, más ancho que el que le precede, se modificó al abrirse una buena capilla del siglo XVI dedicada a Santa Lucía. Justo enfrente se halla la sencilla portada lateral que permite el acceso al interior de la iglesia. En el tercer tramo, el que antecede al ábside poligonal, formando el crucero, hay dos capillas alargadas pero poco profundas. En el muro que delimita la capilla lateral izquierda y la capilla de Santa Lucía, se observa el enterramiento yacente del presbítero Vizcarrondo a cuyos pies aparece un sonriente pajecillo. El ábside poligonal está embellecido por un buen retablo rococó de nogal sin policromar. Según se desprende de la documentación de la fábrica de este templo, a mediados del siglo XVI comenzaban los preparativos para la construcción de la iglesia. En 1557 se entregaban 56.844 maravedís al cantero Rodrigo Martínez Peñasco “para en pago de la obra que hace en la dicha yglesia con los quales ha de acabar de hacer la dicha obra conforme al contrato que tiene hecho”. Consta que también trabajó el cantero Pedro Ruiz de la Torre. Parece que tras pleito, la obra fue continuada por los hermanos Gonzalo, García y Juan Tibas, quienes la acabaron hacia 1580. No debió de resultar sólida pues a principios del siglo siguiente tuvieron que realizar nuevos trabajos Juan de Cubas y Hernando de las Rozas sobre trazas de Juan de Naveda. Posteriormente se levantaría la sacristía y se haría alguna obra más en las que intervino Simón de Jorganes. El resultado fue un amplio templo de complicadas bóvedas sostenidas por nervaduras estrelladas. A juzgar por el testamento de don Juan Ochoa de Salazar, obispo de Plasencia y natural de San Martín de Don, buena parte de la construcción pudo ser pagada por él. Los pocos restos románicos hallados en este edificio proceden de una iglesia románica anterior que con toda seguridad fue demolida para construir posteriormente este monumental templo, que es consecuencia directa del auge demográfico experimentado por Herrán y por otros muchos pueblos del Valle de Tobalina durante el siglo XVI.