Identificador
09145_05_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 45' 9.92'' , -3º 48' 12.00''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
San Felices
Municipio
Tubilla del Agua
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA MONUMENTAL IGLESIA DEL BARRIO superior de San Felices se encarama en el centro del caserío, dispuesto en la acusada ladera que inicia el ascenso hacia los páramos que rodean el valle del Rudrón. El edificio actual es fundamentalmente obra de un gótico final, de nave única compuesta por dos amplios tramos cubiertos con dos bóvedas de crucería con terceletes y combados en el oriental -que hace de capilla- y de terceletes el oeste. La portada se abre al norte, mientras que una torre de planta cuadrada se dispone ante el hastial occidental. Aunque el origen románico del edificio fue ya dado a conocer por Luciano Huidobro, quien en 1923 hablaba de “tres preciosas ventanas con columnas pareadas y decoración elegantísima románica vegetal...” y más tarde, en 1953, por José Pérez Carmona, autor que acertadamente relacionaba sus relieves con San Esteban de Moradillo de Sedano, parece existir una asentada confusión acerca de la filiación de tales vestigios, directamente ignorados por unos o increíblemente calificados como prerrománicos por otros, disparidad de errores que simplemente parece responder al desconocimiento directo del edificio. Pese a la mayor modernidad de su apariencia externa, la ampliación y reforma tardogótica del templo respetó y reutilizó el hastial occidental del románico, así como el muro meridional hasta el inicio del amplio tramo que hoy hace de cabecera, sobreelevando ambos. Podemos así, pese a lo fragmentario de lo conservado, afirmar que la iglesia primitiva de San Felices era un edificio de nave única, aparejado en sillería con la mediocre piedra del páramo local, cuya anchura era quizá sólo algo menor que la actual gótica. De la nave primitiva nos resta parte de los dos tramos más occidentales, que debían articularse internamente mediante responsiones o semicolumnas, hoy desa parecidas, aunque es aún visible la roza de unos de estos soportes en el muro meridional, entre las dos ventanas. Los restos más significativos corresponden a las tres ventanas cegadas conservadas, dos dispuestas en el muro sur y otra, más elevada, en el hastial occidental, todas acogiendo una variada y refinada decoración. La ventana del hastial es visible desde el coro que ocupa hoy el fondo de la nave, y conserva su estructura de arco doblado de medio punto sobre columnas acodilladas rodeando la saetera, notablemente abocinada al interior (aunque no pudimos acceder al interior de la torre que condena este vano, nos informaron que su estructura se repetía al exterior). La rosca del arco se decora con finas palmetas de carnoso tratamiento inscritas en clípeos, y ambos capiteles y cimacios reciben ornato vegetal: de hojas ensiformes dispuestas en dos niveles oblicuos y ramillete de grana central -siguiendo el modelo del capitel que corona el haz de columnas quebrado de Moradillo de Sedano-, bajo cimacio de brotes con piñas en el derecho, y doble corona de hojas lobuladas entre las que corre una banda de hojas ensiformes del tipo antes visto, con cimacio de hojas trilobuladas, en el izquierdo. En el muro meridional, la ventana del tramo oeste, parcialmente oculta por el forjado del coro, nos muestra sus dos columnas acodilladas de fustes monolíticos sobre basas áticas de abultado toro inferior, con garras y sobre finos plintos. Perdido el relieve del capitel izquierdo, el derecho se decora con dos haces de carnosos acantos de puntas incurvadas que brotan en tres niveles de un tallo central, rematado por una piña o grana. Sobre los cimacios, de simple listel y nacela, voltea un arco de medio punto profusamente decorado con tres niveles de incurvadas hojitas ensiformes, que invaden la rosca y el intradós. La ventana del segundo tramo, mejor conservada, decora su arco con una sorprendente profusión vegetal, a base también de tres niveles de hojas picudas y cerradas que acogen gruesos caulículos -de excepcional volumen- y bayas arracimadas en sus puntas. El arco apea en sendas columnas, coronadas por capiteles vegetales. El del lado izquierdo repite el esquema de helechos o acantos ramificados de cuyas puntas penden pesadamente piñas, mientras que su cimacio se decora con el recurrente tallo ondulante que acoge brotes en sus meandros; en la cesta derecha se ensayó un ornamental entrelazo de tallos en el ángulo, que en los laterales se enroscan a modo de molinillo, dando lugar a hojas acogolladas y piñas. El cimacio repite el esquema del anterior, aunque sustituyendo las hojitas por racimos. Ocupa el tímpano interior de esta ventana la gran figura de un ave rapaz que ase con sus garras una rama o serpiente, no reconocible por su deterioro, con las alas explayadas aunque recogidas y en actitud de agachar su fracturada cabeza, incurvando el cuerpo. Aunque el tema es recurrente en la plástica románica, su disposición y tratamiento es estrechamente similar al del capitel del exterior de la ventana que porta la inscripción en la fachada meridional de Moradillo de Sedano, adelantándola incluso en calidad nuestro relieve. La primorosa calidad del abultado plumaje del águila, unida al preciosismo y refinamiento del tratamiento acordado a los vegetales, remiten el origen del estilo de San Felices a los mejores talleres que ejercen su oficio en el valle de Sedano -fundamentalmente Moradillo-, ligados en lo vegetal al círculo del taller tardorrománico cuyos capiteles fueron reutilizados a principios del siglo XIII en el claustro de Santa María la Real de Aguilar de Campoo (capitel del ala norte). Ambos horizontes, el figurativo y el vegetal, coinciden en la iglesia de Moradillo de Sedano, fechada en 1187, por lo que en consonancia con ella debemos datar esta obra en las últimas dos décadas del siglo XII.