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Fachada oeste de la iglesia

Identificador
39094_01_008n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 55' 44.78'' , -3º 52' 58.35''
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa Marina

Localidad
Allén del Hoyo
Municipio
Valderredible
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
MAGNÍFICO LUGAR ES ÉSTE, donde está colocada esta aldea de Allén del Hoyo, en alto, abierta a todos los vientos, a pesar de su nombre y abierta de dos alturas, Peña Alta y El Castro, roca pura ambas. Su complicada iglesia de Santa Marina es obra trabajada por el hombre, pero también por el tiempo, y se ha ido haciendo a golpe de necesidades. Tiene, al parecer absurdamente, dos espadañas, una más grande y otra más pequeña, unidas, como madre e hija. En la más grande abrieron dos troneras útiles, ocupadas por dos campanas que todavía pueden sonar. La más pequeña se ha abandonado hace muchos años, y para nada le sirven sus dos huecos que bajo el piñón, coronado por cruz, tienen como fondo el color azul del cielo o el blanco de las nubes. El misterio del por qué de estas espadañas siamesas se debe, como el de tantas extrañezas de las iglesias en este viejo Val de ripa Iberi, al ensanchamiento de la iglesia primitiva para dar más cabida a los fieles. Así la iglesia se ha transformado ahora, de una fábrica primera, románica avanzada de una sola nave, en otra de dos naves, también de un gótico tocante de renacimiento, con bóvedas de crucería de doce plementos y cuatro claves para cada tramo, sostenidas por tres grandes columnas cilíndricas (una aislada y dos entregas) y una pilastra. Al exterior, todavía se mantienen numerosos canecillos de caveto de lo románico. La primera espadaña, pues, y estos canecillos, son los únicos restos visibles de lo más antiguo, predominando las estructuras modernas del siglo XVI, con reformas posteriores aún, como parece ser la capilla principal de la nave añadida, que debió de ser transformada a costa de don Tomás del Campo y Pinedo, en 1787, según consta en lápida, y en el cuadro pintado al óleo de la Purísima Concepción con las figurillas orantes del benefactor y de su esposa doña Josefa de Villavieja y firmado por “Aguilar M. Pinyt”, en el ángulo inferior izquierdo. Quedan en la iglesia dos pilas, la bautismal y la benditera, que pudieran muy bien pertenecer a la iglesia románica. La primera, sin embargo, es bastante extraña a las normalmente fabricadas en el mundo del románico, tanto por su altura de cuba, más reducida, como por el pilar cilíndrico, con boceles esquinados, como fustes, que la sostienen. Además, se alza sobre dos escalones circulares. La altura total, con basa, es de 84 cm; el diámetro, de 90 y anchura de borde de 30,5 cm. No tiene decoración y se cierra en bajo por un señalado bocel. La pila benditera, colocada a la entrada de la iglesia, mide de altura de cuba, 24 cm; de diámetro, 43 cm, con un borde de 6 cm. Es semiesférica, adornada en su superficie por las clásicas arquerías ahondadas del románico.