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Detalle del muro sudeste de la cabecera

Identificador
31451_03_041
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 47' 4.16'' , -1º 5' 20.50''
Idioma
Autor
Julia Baldó Alcoz
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Cosme y San Damián

Localidad
Iciz / Izize
Municipio
Gallués / Galoze
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
EL EDIFICIO SE ENCUENTRA EN EL CENTRO de la población y rodeado de viviendas. Fue sometido a una restauración en 1989 subvencionada por la Insitución Príncipe de Viana y que consistió en el retejado de la cubierta de la nave y en la reparación del pavimento interior y del pórtico. El antiguo cementerio, hoy atrio enlosado, conserva dos ejemplares de estelas discoideas. Al Este se dispone el ábside semicircular formado por aparejo regular de mediano tamaño, en el que se distinguen dos fábricas. Dos ventanas saeteras, cegadas, se abren en su eje y en el lienzo sudeste. En el muro sur se adosa un pórtico moderno con puerta de remate semicircular. En su interior acoge una portada (2,28 m de frente, por 1,32 m de profundidad) de ingreso al templo que resulta muy semejante a la de Santa María del Campo de Navascués, tanto en soluciones arquitectónicas como en sus motivos decorativos. Está formada por una arquivolta baquetonada, enmarcada por una moldura semicircular adornada mediante alternancia de billetes de notable tamaño y una segunda moldura, algo más ancha, con el típico ajedrezado del pleno románico. Su tímpano está formado arriba por tres pequeños sillares y abajo por un gran dintel monolítico. En el centro de la zona superior se cincela un crismón trinitario con las letras habituales, trabajadas de forma muy semejante al de Santa María del Campo, es decir, con los brazos en marcado resalte, la X de terminaciones ensanchadas, travesaño central y alfa y omega colgando de sus correspondientes travesaños. La parte exterior de este tímpano, que está en contacto con la arquivolta, se adorna con una moldura que contiene una hilera de bolas, a diferencia de Navascués, donde se cincela una sucesión de billetes. En las jambas de la puerta (1,19 m de luz) se disponen motivos parecidos a los de Santa María del Campo, sólo que al revés y constituyendo una traza más tosca y sencilla. Sobre semicolumnas figuran cimacios decorados: el oriental, con dos rosetas tetralobuladas inscritas en círculos que se entrelazan; el occidental, con doble nacela. La arquivolta apea en un cimacio corrido a modo de imposta decorado con ajedrezado, siguiendo la misma disposición que en Navascués. Así sucede también en otras iglesias de la zona, tales como Ustés o Uscarrés, que continúan el modelo de portada de Navascués. Es necesario señalar, en este punto, que la mayor parte de esta portada quedó cubierta por una capa de relleno y enlucido, que sólo dejaba ver las arquivoltas pero ocultaba el tímpano. En el año 2006, los vecinos decidieron intervenir en este pórtico eliminando las capas añadidas al muro original. Fue entonces cuando descubrieron en la portada el dintel, así como la piedra y restos de su policromía rojiza primitiva. En estas mismas obras también se dejó al descubierto, en el lienzo oriental del pórtico, una serie de policromías y pinturas más tardías en color negro y blanco que representan el monograma IHS. Al Oeste, se superpone la torre cuyo tercio superior fue recrecido con posterioridad. Cuenta con vanos de medio punto en sus frentes Este, Sur y Oeste (doble arcada). Y otra ventana más moderna y semicircular se abre también en el hastial, a la altura del coro. En el muro norte, paralela a la cabecera, se adosa la sacristía que, probablemente, ha embutido en su estructura un contrafuerte añadido de menor tamaño y altura. Finalmente, bajo el perímetro del tejado del templo, y hasta la mitad del frente norte de la torre, se dispone una hilera de modillones lisos ligeramente cóncavos. El interior de la iglesia está formado por una nave única dividida en dos tramos más una profunda cabecera semicircular, de forma muy parecida a como ocurre en Uscarrés. Se aboveda con cuarto de esfera para el ábside, y medio cañón apuntado para la nave, articulado por fajones que apean en pilastras adosadas (de 27-30 cm de profundidad por 72 de anchura frontal). En la zona de contacto entre bóveda, los cimacios oblicuos se prolongan en imposta a lo largo de los muros y la cabecera. Toda la bóveda y las paredes fueron policromadas, posiblemente en el siglo XIX o principios del XX, siguiendo un estilo idéntico al que se puede ver en la iglesia de Uscarrés. Bajo la capa de enlucido se observan vestigios de pintura anterior en la que se aprecia un nimbo radial que envuelve un ojo de Dios en la bóveda del coro. Este templo sobresale, al igual que el de Uscarrés, por la estrechez de la nave (4,56 m) que acentúa la largura (aproximadamente 13 m) y la altura del edificio. Esta tipología, si bien no coincide de forma exacta con su planta y alzado, recuerda sobremanera a la estructura de Santa María del Campo, que también sigue una disposición arquitectónica caracterizada por la estrechez de su nave. En cuanto a los vanos que horadan el interior, la ventana axial no se aprecia por estar tapada por el retablo mayor. Tampoco se distingue, en la zona sur del presbiterio, otra saetera más moderna que, sin embargo, sí se ve claramente en el exterior. Tan sólo se nota levemente una forma semicircular que parece corresponder a una ventana, que ha quedado tapiada y cegada bajo el encalado. Debajo de ella, un arco rebajado perfora la pared, a modo de capilla. En el muro norte del sotocoro, otro vano similar acoge una pila bautismal. En el hastial, otra ventana semicircular, moderna, da luz al edificio. A los pies del templo se levanta un coro de madera. Aunque la construcción de esta iglesia ha venido siendo fechada en el entorno del año 1200, las semejanzas con Santa María del Campo de Navascués permiten adelantar su ejecución al tercer cuarto del siglo XII.