Pasar al contenido principal
x

Capitel izquierdo de la portada

Identificador
37110_02_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 6' 11.20'' , -5º 47' 7.11''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Román Mártir

Localidad
Torresmenudas
Municipio
Torresmenudas
Provincia
Salamanca
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN ROMÁN SE SITÚA en el núcleo de la población, exenta y presidiendo la plaza del pueblo. La estructura del edificio -nave rectangular con armadura sobre arcos diafragma, cabecera de testero plano y espadaña barroca en el hastial occidental- se levantó en mampostería y corresponde a las radicales reformas de los siglos XVI y XVIII, sólo conservando de su pasado románico la portada, abierta en un cuerpo avanzado del muro meridional. La definida por Gómez-Moreno como “armadura morisca sencilla”, probablemente coetánea de la nave, desapareció en el incendio que sufrió el edificio en 1947. La sencilla portada, único vestigio románico, se abre en un antecuerpo de sillería del costado sur de la nave. El arco es de medio punto y se decora con un bocel y una banda de zigzag, molduración y ornato que se prolonga en las jambas. Lo circunda una arquivolta con idéntica decoración y otra exterior, a modo de chambrana sin resalte, profusamente decorada con extraños motivos, de ruda talla a bisel y en reserva, entre los que reconocemos (de izquierda a derecha): un tosco sapo afrontado a una enroscada serpiente a la que picotea un ave; le sigue una banda de entrelazo y, en la zona central y en tres dovelas, un grupo de siete aves, dos menores en sentido radial y el resto longitudinal, unas con apariencia de paloma, otras de gallinácea y una de largo pico, a modo de ibis o pelícano. Continúa la decoración con otro batracio ante un estilizado helecho, un pez, un felino pasante y, finalmente, un personaje desnudo, muy esquemático, que alza en su diestra un largo vástago vegetal del que brotan hojas avolutadas. Apean los arcos en jambas escalonadas con una pareja de columnas en los codillos, de fustes monolíticos, basas de grueso toro inferior sobre fino plinto y capiteles figurados de ábacos lisos y prominentes astrágalos. El capitel izquierdo se decora con una cruz inscrita en un clípeo y una palmeta muy ramificada, picoteada por un ave. Centra la composición un muy erosionado personaje, aparentemente desnudo y con los brazos en jarras, completando la decoración otro ave picoteando esquemáticas palmetas, bajo una representación dentada de difícil identificación (quizá una alusión solar). El capitel derecho muestra, a ambos lados de una hoja lanceolada de nervios incisos, esquemáticos cuadrúpedos sobre hojas. Los gruesos cimacios, moldurados con doble chaflán y listel, se decoran por su parte con dos niveles de hojitas u ovas. El primitivo antecuerpo, recrecido en la reforma de la nave, se coronaba con un tejaroz, del que restan -hoy sin función- los canes que soportaban la desaparecida cornisa. Presentan perfil de nacela y una sumaria y ruda decoración, tallada en reserva, en todo consonante con los relieves del resto de la portada: tres torpes figuras humanas con los brazos en jarras y desproporcionadas cabezas, dos de ellas probablemente con connotaciones sexuales, un cuadrúpedo pasante de larga cola, una cruz inscrita en un clípeo y el último con banda plisada y bola. La total reconstrucción de la nave en el siglo XVI explica los evidentes síntomas de remonte de esta portada, obra de un taller local poco dotado para la escultura y ajeno a las corrientes innovadoras de la segunda mitad del siglo XII.